109 niños han ingresado a casas de acogida durante la pandemia
Niños de una casa hogar juegan en el parque Itchimbía de Quito, el 8 de agosto de 2019.
Jonathan Machado / Primicias
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Una niña de apenas horas de nacida fue rescatada, el 2 de julio de 2020, de una quebrada de la parroquia de Píntag, ubicada en el suroriente de Quito. La bebé fue encontrada en un saco de yute y sufría hipotermia.
Fue llevada al hospital Baca Ortiz, en donde permaneció cuatro días bajo vigilancia médica antes de ser entregada a la Fundación Henry Davis, en el valle de Los Chillos, en el suroriente de Quito.
Ema Esteher, como la bautizaron en la casa hogar, es uno de los 109 niños y adolescentes que han ingresado a las casas de acogida que hay en Ecuador, desde que inició la emergencia sanitaria por el Covid-19.
Ni el estado de excepción ni las medidas restrictivas impidieron que estos niños sean víctimas de negligencia, maltrato, violencia sexual, abandono y trata de personas, según el Ministerio de Inclusión Económica y Social.
La Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen) dice que el objetivo de que los niños ingresen a una casa de acogida es restituir una parte de sus derechos que les negaron quienes estaban a su cuidado.
El MIES también señala que la mayoría de niños que ha ingresado a las casas hogar, según su edad, son quienes tienen menos de dos años. Una de las principales causas es el abandono, como fue el caso de la pequeña Ema Esther.
Pero también han llegado adolescentes de entre 12 y 16 años por negligencia de sus padres. Esto significa que los padres no tuvieron la capacidad para cuidarlos y de garantizar sus derechos como la alimentación, el vestido y un hogar para vivir.
Cuatro nacionalidades
Los 109 niños que ingresaron a las casas de acogida durante la pandemia del Covid-19 pertenecen a cuatro nacionalidades: ecuatoriana, colombiana, española y venezolana.
El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) detalla que 20 de ellos ingresaron a las casas hogar de Quito, siendo la ciudad que ha albergado a la mayoría de niños. En segundo lugar está Cuenca con 15 niños, seguido de Lago Agrio y Machala con 10 niños cada una.
Los 109 niños son parte de los 2.521 que viven en las 92 casas de acogida que hay en el país y que trabajan bajo las normativas que expide el MIES.
Datos de la entidad dicen que, a las cuatro nacionalidades citadas, se suman la china, afgana, boliviana, guatemalteca y haitiana.
Se buscan hogares
Uno de los principales objetivos que tiene el MIES es que los niños vivan el menor tiempo posible en las casas de acogida. Para lograrlo hay dos vías: la reinserción familiar y la adopción.
La primera aspira a que la familia de un niño reclame su patria potestad para que vuelva a su núcleo familiar.
Mientras que la adopción es el recurso que se utiliza cuando se ha agotado la búsqueda de un familiar y el niño es entregado a una familia extraña.
El exministro de Inclusión Económica y Social, Iván Granda, aspira a que la adopción dure máximo seis meses, aunque actualmente los trámites se extienden hasta por dos años.
El problema que se evidencia es que, de los 2.521 niños que viven en las 92 casas de acogida, solo 285 tienen la declaratoria de adoptabilidad. Es decir, apenas el 11,3%. De ellos, 193 tienen más de 10 años.
Pero, los datos del MIES revelan que las familias buscan niños que tengan máximo nueve años. Esto significa que 37 niños posiblemente no encuentren un hogar.
La psicóloga Alejandra Cadena dice que es necesario que el Estado agilice los trámites de adopción para, de alguna manera, restituir los derechos de los niños.
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