La adopción en Ecuador, un "viacrucis burocrático" que aleja a niños y familias
Apenas el 13% de niños que vive en casas de acogida ha sido calificado como adoptable y solo hay familias calificadas para un tercio de ellos. Las parejas atraviesan largos procesos que fácilmente duran más de dos años.
Una niña en una casa de acogida de Quito, el 6 de octubre de 2021.
MIES
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Las historias de padres que intentan adoptar a un niño en Ecuador se repiten. En 2019, Andrés Corrales y Diana Altamirano decidieron adoptar luego de comprobar que no podrían tener hijos por su cuenta.
La decisión fue el inicio de un viacrucis que duró un año y medio. "En el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) nos pidieron decenas de papeles y documentos (...) el proceso se volvió frustrante", dice Corrales.
Por eso, la pareja retiró la solicitud de adopción con impotencia ante la burocracia y lentitud del proceso.
La experiencia de esta pareja no es un caso aislado. Hace pocos meses, la exvicealcaldesa de Quito, Daniela Chacón, y su esposo, iniciaron su propio viacrucis.
En enero de 2021, la pareja se registró en la página web del MIES para cumplir con la primera de las 11 fases que forman parte del proceso de admisión. Chacón dice que en 10 meses no han logrado avanzar de la segunda fase.
Solo el 13% de los niños puede ser adoptado
En el MIES hay "procesos subjetivos y llenos de discrecionalidad que pueden acelerar o retrasar el camino de la adopción", dice Daniela Chacón.
Y continúa: "hay cuestionamientos muy duros sobre el deseo que tiene una familia en adoptar. Entiendo que los procesos son rigurosos, pero parece que no existen criterios objetivos".
Además, agrega que "cuando hay cambios de funcionarios el proceso vuelve a empezar y eso es desgastante". A esto se suma la demora en la declaratoria de adoptabilidad que deben recibir los niños para que puedan ser adoptados.
Es tan complejo y enredado el proceso de adopción, que actualmente 2.266 niños viven en 92 casas de acogida y solo 289 (el 13% de los niños que esperan por un hogar) están calificados como adoptables.
Pero solo la tercera parte de ellos tiene una opción real de encontrar un hogar, pues apenas 77 familias han cumplido con los procesos necesarios para adoptar y han sido calificadas.
Las esperanzas de tener una familia para los niños con discapacidad, en cambio, es casi nula. En los documentos que presentaron las 77 familias sobre sus preferencias, ninguna planea adoptar un niño con estas condiciones.
La mayoría (36) dijo que le gustaría un niño sano que tenga entre cero y cuatro años. Es decir, que mientras los niños crecen tienen menos oportunidades de ser adoptados.
¿Adopción en nueve meses?
El ministro de Inclusión Social, Esteban Bernal, es consciente de que el proceso de adopción en el país es un dolor de cabeza para los solicitantes.
En entrevista con PRIMICIAS, el funcionario dijo que la intención del Gobierno es apelar "a los simbolismos". En sus palabras, "que un niño sea adoptado en nueve meses, el mismo tiempo que dura un embarazo".
Bernal reconoce que no es un tema fácil, pues asegura que los cambios no solo dependen del MIES, sino de las autoridades judiciales que son las que entregan las declaratorias de adoptabilidad.
Fue precisamente la notoriedad que alcanzó Daniela Chacón, al exponer su caso en un artículo de opinión, lo que motivó a que el MIES desarrolle mesas de trabajo con el Consejo de la Judicatura para buscar mecanismos que aceleren la adopción.
Uno de los puntos críticos que las autoridades ya han identificado tiene que ver con los cursos que deben seguir las familias. Se trata de la fase tres del proceso en la que los solicitantes reciben una capacitación diaria durante un mes, pero los horarios son en medio de la jornada laboral.
Bernal asegura que el MIES creará cursos que se adapten a los horarios de las familias que buscan adoptar. "No puede ser que las adopciones duren un año y medio o dos. Hay fases que demoran hasta cuatro meses cuando deberían durar uno".
La exministra del MIES, Berenice Cordero, sostiene que la adopción en Ecuador es compleja porque significa "que el niño termina con todo tipo de vínculo con su familia de origen para que una nueva pueda acogerlo".
Además, explica que en el MIES hay demora para establecer la situación legal que atraviesan los niños que viven en las casas de acogida, pues no cuenta con un cuerpo de abogados propio.
"Esto es fundamental para que los jueces tengan los argumentos legales necesarios y determinen si el niño puede recibir la declaratoria de adoptabilidad".
Berenice Cordero, exministra MIES
Cordero dice que en el nuevo Código de la Niñez y Adolescencia, que se discute en la Asamblea, plantea que el MIES debe pagar los honorarios de los abogados para que cumplan con este trabajo.
"Aspiramos a que el mismo juez que emite la declaratoria de adoptabilidad sea quien lleve a cabo el proceso de adopción para reducir los tiempos", dice la exministra.
Mientras este Código sigue su trámite en el Legislativo, el MIES anunció que está en la búsqueda de asesoría internacional en países en los que los procesos de adopción duran menos de dos años garantizando los derechos de los niños.
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