El Niño Viajero es el centro de un multitudinario desfile navideño
El pase que tiene lugar hoy, 24 de diciembre en el Centro Histórico de Cuenca, acogerá a unas 100.000 personas según la proyección del ECU-911 para el plan de contingencia del evento religioso. Habrá mil carros alegóricos.
Vista general del Pase de Niño Viajero de 2018.
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En una urna de cristal y vestido de gala, la pequeña figura del Niño Viajero, una representación del ‘Divino Niño’ de 60 centímetros, aguarda el día en el que Cuenca se convierte en el centro de una de una masiva procesión en su honor.
Esa figura presidirá la mayor muestra de fe en Cuenca, conocida como el Pase del Niño Viajero, una procesión cargada de villancicos, disfraces, dulces, pan y chicha. Según la autoridades religiosas y los organizadores, este año se espera la participación de unas 100.000 personas, entre locales y turistas.
Los preparativos para la fiesta empezaron el 13 de diciembre con un pregón que tuvo como priostes principales a los miembros de la Tercera División de Ejército Tarqui. El desfile ocupó unas cinco cuadras del Centro Histórico de Cuenca como una pequeña muestra de la pasada principal.
Este año el Pase del Niño Viajero tendrá entre 800 y 1.000 carros alegóricos y se prevé que la procesión ocupe unos ocho kilómetros de vías y tome ocho horas hasta que todos los caminantes lleguen hasta el céntrico parque Abdón Calderón, destacó Diana Cárdenas, una de las organizadoras.
Haga clic en las flechas laterales para observar las fotografías del Pase del Niño Viajero 2018
Cada año una institución pública, comúnmente la Policía Nacional o la Tercera División del Ejército Tarqui, se han hecho cargo de la procesión.
Este año la Arquidiócesis y la familia Pulla, tradicionales organizadores del evento religioso, decidieron darle un padrino ciudadano. De manera que los priostes serán los comerciantes del mercado 10 de Agosto, uno de los de mayor tradición de la ciudad, estarán encargados de la fiesta, junto al grupo de apoyo religioso Hermano Miguel.
En paralelo a los preparativos para el Pase, durante las últimas dos semanas la familia Pulla prepara el pan y la chicha que son entregados a quienes participan en la procesión.
Esta familia de devotos ha preparado este año 10.000 litros de la tradicional bebida y 40.000 panes, que fueron bendecidos en una ceremonia religiosa que se cumplió el domingo 22 de diciembre de 2019, indica Patricia Pulla, quien participa en la tradición familiar desde hace 10 años.
Haga clic en las flechas laterales para observar las fotografías de la elaboración de chicha y panes para el Pase del Niño Viajero 2019.
Los fieles también se alistan para su participación. Carlos Durazno y su familia se reúnen en las noches para rezar la novena y coser las mantas que cubrirán a los ocho caballos y los dos camionetas que llevarán la escenografía del Pase del Niño. La decoración incluye dulces y productos agrícolas de sus huertas, como choclo y fréjol.
Además, llevarán un chancho hornado sobre la carrocería de una de las camionetas y otros elementos, como botellas de aguardiente y cajetillas de cigarrillos.
“La devoción al Niño se representa con la hermandad, todo lo que lleva el carro se comparte, es la forma que tenemos de agradecer por los favores recibidos” destaca Durazno.
¿Por qué se llama Niño Viajero?
El apelativo de 'viajero' de la imagen proviene de una gira que hizo la imagen en 1961. Su guardián, monseñor Miguel Cordero, una de las figuras de la sociedad cuencana de mediados del siglo pasado, lo llevó a dos sitios relevantes para el catolicismo.
El sacerdote llevó la figura del Divino Niño, a El Vaticano para que recibiera la bendición del papa Juan XXIII y luego lo trasladó a Belén para colocarlo por unos instantes en el que se considera el sitio de nacimiento de Jesús.
Al llegar a Cuenca, la comunidad religiosa y los fieles católicos de la ciudad lo esperaban con una procesión en la que exclamaban “llegó el viajero”.
Ese es el relato de monseñor Marco Aurelio Pérez Caicedo, arzobispo de Cuenca. El religioso detalla que en honor a ese apelativo una réplica del Niño recorre durante todo el año comunidades religiosas de Azuay.
La imagen original, que data de 1823, está bajo el cuidado de la familia Pulla y de las religiosas de convento de claustro El Carmen de la Asunción, donde se encuentra el niño.
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