Los negocios de La Comuna y La Gasca intentan resurgir del desastre
El Municipio de Quito y la Alianza por el Emprendimiento e Innovación (AEI) cuantificaron que 125 negocios de la zona sufrieron daños en el aluvión del 31 de enero.
Una ferretería en La Comuna, el 16 de febrero de 2022.
Nelson Dávalos/PRIMICIAS
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Con la infraestructura destruida, máquinas dañadas, locales cerrados y las ventas por el piso, los pequeños empresarios de La Comuna y de La Gasca intentan levantar cabeza, luego que sus barrios sufrieran el embate de un aluvión
Las pérdidas se ven en toda su dimensión dos semanas después de que el lodo arrasara casas, vehículos, postes de electricidad y matara a 28 personas, la tarde y noche del 31 de enero pasado.
En la denominada 'zona cero' está la ferretería Consa, que abrió sus puertas apenas dos meses antes de la tragedia y ahora está devastada.
Erika Conchambay cuenta que junto a una sobrina suya, invirtió todo lo que tenía e incluso obtuvo a un crédito para completar los USD 20.000 que necesitaba para montar el negocio. Ese dinero se destinó a comprar estantes, mercadería, computadoras y un mostrador acondicionado para cumplir las medidas de bioseguridad.
De eso ya no queda nada. Hasta las puertas del negocio fueron destrozadas por el lodo y su lugar lo ocupan unos tablones. El día del aluvión el lodo se coló al local por una pared lateral que cayó bajo el peso de un enorme tronco.
La mercadería y el mobiliario se convirtieron en escombros en cuestión de minutos.
"Tuvimos que endeudarnos. La inversión fue grande y duró muy poco".
Erica Conchambay, damnificada
Conchambay quiso emprender para lograr independencia económica y ser el sustento de sus padres y su hijo, con quienes vive, en el mismo edificio donde estaba la ferretería.
Tras el desastre Conchambay quedó devastada, pero tras meditarlo llegó a la conclusión de que necesita abrir de nuevo la ferretería "para sacar adelante a su familia y generar empleo".
Conchambay dice que quienes le han dado una mano son empresas privadas. Sus proveedores han levantado paredes y han donado pintura. Ellos son quienes le han animado con su solidaridad.
Promesas pendientes
Otro de los damnificados es Luis Lara, que tenía una cerrajería junto al túnel de La Comuna, también en la zona cero.
El lodo ingresó a su local, donde había amoladoras y soldadoras que ahora son chatarra. Él calcula que perdió unos USD 1.000 en equipos. Para seguir trabajando, Lara recurrió a la solidaridad de sus amigos que le han prestado algunas máquinas.
Pero está desorientado sobre el camino que debe seguir para recuperar su negocio.
Algunos funcionarios públicos le han dicho que debe ir al Municipio de Quito para solicitar alguna ayuda, pero ante la escasez y la falta de certezas, ha preferido seguir trabajando como puede y así obtener algún ingreso para su familia.
Lo único que e interesa a Lara es que se cumpla el ofrecimiento que hizo el presidente Guillermo Lasso para la entrega de créditos a 30 años plazo y al 1% de interés, porque "quiere trabajar".
Ventas bajas
El 16 de febrero PRIMICIAS recorrió el sector del desastre y comprobó que las historias se repiten: daños de máquinas por cortes de electricidad, productos que se perdieron, cierres de negocios y ventas bajas.
A pesar de los problemas, los pequeños comerciantes del sector siguen trabajando.
En las tiendas, una lavandería y un bazar ubicados en la calle Domingo Espinar de La Comuna las ventas son mínimas, los propietarios de los negocios calculan que han bajado a la mitad, porque menos personas circulan por la zona.
La facturación también se ha mantenido baja en los negocios de la calle La Gasca, como la panadería Praliné. El establecimiento no pudo abrir durante una semana, por el flujo de barro que cubrió calles y veredas, dice Priscila Morales, quien atiende el local.
Los rastros del lodo aún se pueden ver en las fachadas de las viviendas y de los locales comerciales. El polvo aún cubre las calles.
Asistencia por USD 400.000
La Secretaría de Desarrollo Productivo del Municipio de Quito y la Alianza por el Emprendimiento e Innovación (AEI) cuantificaron que 125 negocios que sufrieron daños en el aluvión.
El objetivo de este catastro es evaluar el modelo de negocio de los locales comerciales del sector y dar asistencia técnica, dice Andrés Zurita, director ejecutivo de la AEI.
La idea es que esos negocios se reactiven en función de las necesidades del sector, las mismas que se determinarán a través de una consultoría.
La ayuda técnica durará dos años y para ello, se creará un fondo por USD 400.000. Hasta el momento ya se han recibido donaciones por USD 120.000 de ciudadanos y empresas.
Los fondos se destinarán a:
- Personal que capacitará a los emprendedores.
- Bono de manutención para los emprendedores mientras se capacitan.
- Entrega de activos productivos.
- Reembolsos de los intereses de los créditos.
Como parte de la iniciativa el Municipio entregó equipos a cuatro negocios de La Comuna y La Gasca, la tarde del 17 de febrero.
Los negocios que recibieron una primera ayuda son una tienda, una pizzería, un negocio que elabora rótulos y un local de telecomunicaciones.
Crédito productivo
Andrés Zurita, director ejecutivo de la AEI, afirma que, dentro del programa denominado Reemprende Quito, los dueños de los negocios registrados recibirán asistencia financiera a través de acceso a crédito con la banca pública.
En caso de que los préstamos se realicen con instituciones financieras privadas se trabajará con reembolso de intereses, para que disminuyan las tasas entre 10 y 15 puntos porcentuales.
El modelo de reembolso de intereses ya se ha usado con 8.000 damnificados por el terremoto de 2016 en las provincias de Manabí y Esmeraldas.
"Se colocaron USD 7 millones y han registrado apenas un 0,03% de mora. Eso demuestra que los emprendedores son buenos pagadores", dice Zurita.
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