Solo dos de cada 10 ecuatorianas se realizan mamografías
El examen reconoce si una mujer tiene cáncer o posibilidades de padecerlo. El objetivo es identificar los signos para iniciar el tratamiento a tiempo.
La mamografía detecta la presencia de cáncer.
Ilustración: Diego Corrales / Primicias
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La mamografía es el examen más confiable para identificar si una mujer padece cáncer de mama.
Lo más importante, según Tania Soria, presidenta de la Sociedad Ecuatoriana de Oncología, "es que se la realice lo antes posible para evitar que el cáncer avance y comenzar los tratamientos lo más pronto posible para que surtan efecto".
A pesar de ello, los datos del Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC) reflejan que solo dos de cada 10 mujeres de entre 24 y 49 años han acudido al médico a realizarse una mamografía a lo largo de su vida.
Las mujeres de 45 a 49 años son las que más exámenes se han practicado. Aún así, la cifra llega al 43%.
Esto que significa que el porcentaje no llega ni a la mitad de las mujeres que pertenecen a este rango etario y debieran hacerse los exámenes.
"Las mujeres deben practicarse obligatoriamente una mamografía cada dos años después de cumplir 40".
Tania Soria, presidenta de la Sociedad Ecuatoriana de Oncología.
Soria agrega que, quienes tienen menos de 40 años y noten alguna anomalía en su cuerpo, deben acudir a un profesional para determinar si es necesaria una mamografía.
Andrea Torres tiene 54 años. A los 40 acudió a un chequeo de rutina por una molestia en su seno derecho.
Los resultados arrojaron que padecía cáncer.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), elaborada por el INEC y publicada en enero de 2020, también señala que el porcentaje de mujeres que acuden a realizarse una mamografía se reduce conforme disminuye su edad.
El 29% de mujeres de 40 a 44 años se ha practicado este examen, pero solo el 20% de quienes tienen entre 35 y 39 años de edad lo ha hecho.
Ese rango cae al 17% en las mujeres de 30 a 34 años y a apenas 12% entre aquellas que tienen de 24 a 29 años.
Entre más educadas más previsivas
Lo que el estudio deja claro es que entre mayor instrucción académica tienen las mujeres, mayor es el porcentaje que se practica esta evaluación.
El porcentaje de quienes cuentan con estudios superiores llega al 30%, mientras que quienes han culminado la secundaria alcanza el 22%.
La cifra cae al 17% entre las mujeres que han estudiado solo hasta la secundaria y al 9% entre las que han accedido a la educación básica únicamente.
Una enfermedad mortal
El oncólogo Luis Nieto dice que si las mujeres no acuden a un profesional a examinarse corren el riesgo de que el cáncer les gane la batalla.
"Hay una estrecha relación entre la poca cultura de acudir a un profesional y el número de muertes de pacientes. Esto no solo sucede con el cáncer de mama, sino con cualquier enfermedad", explica.
"Sentí que la muerte estaba por llegar. La ayuda de mi familia me ayudó a afrontar la enfermedad y a vencerla".
Andrea Torres, sobreviviente de cáncer de mama.
El INEC señala que el cáncer de mama se ha convertido en el más común entre las mujeres ecuatorianas, superando al de cuello uterino, tiroides, estómago y colorrectal.
Las muertes debido al cáncer de mama pasaron de 399 en 2008 a 721 en 2018.
Pichincha y Guayas, con 10,2 y 9,7, son las provincias en las que se evidencia una mayor tasa de muertes por cada 100.000 mujeres, según las últimas estadísticas de INEC, con corte a 2018.
En Zamora Chimchipe y Morona Santiago no se registran fallecimientos a causa de esta enfermedad.
Nieto dice que es necesaria la implementación de campañas estatales que informen acerca de los riesgos de no practicarse una mamografía.
"Estamos hablando de una enfermedad mortal, que ya deja cientos de víctimas en el país. Es hora de que el Estado tome cartas en el asunto", concluye Nieto.
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