Ni el terremoto ni la pandemia vencieron a las guerreras de Galeras
En Galeras, cantón Muisne, provincia de Esmeraldas, un grupo de 24 mujeres se organizó para buscar trabajo. Hoy cuenta con apoyo de ONGs.
24 mujeres de la Asociación Mujeres Guerreras de Galera, que se dedican a la gastronomía, recibieron financiamiento para la construcción de una covacha que les permitirá mejorar sus condiciones de trabajo.
Cortesía Re-Emprende
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La historia de las Mujeres Guerreras de Galeras se remonta a 2015, año en el que comenzaron a agruparse para buscar trabajo.
En Galeras, una de las nueve parroquias del cantón esmeraldeño de Muisne, el hombre es el sustento del hogar.
Pero entre estas 24 mujeres guerreras había muchas madres solteras que buscaban una forma de llevar el pan a su casa.
Montaron una covacha, en la que cada una ofrecía lo que sabía hacer. Una preparaba batidos, otra hacía bolones y las demás cocinaban las recetas que habían aprendido de madres y abuelas.
Es así que lograron hacer famosa su "guatita de pulpo" o su "encocado de langostino".
"Antes del terremoto teníamos bastante clientela, venían bastantes clientes", relata Rita Cagua, presidenta de las Mujeres Guerreras de Galeras.
En abril del 2016 un terremoto sacudió a gran parte de Ecuador, pero se ensañó especialmente con Manabí y el sur de Esmeraldas.
"Después del terremoto tuvimos un bajón bien fuerte, la gente llegaba poco por acá", añadió.
Ella decidieron seguir, a pesar de los pocos turistas y de que los ladrones aprovecharon que su covacha había sido afectada por el sismo y se robaron cocinas, licuadoras y otros implementos de su emprendimiento culinario. No se rindieron.
"Iban a trabajar, cada una llevaba la cocina de su casa, la licuadora de su casa y a la tarde, regresaban con sus electrodomésticos de vuelta", señaló Ney Mieles, gerente de Re - Emprende Ecuador, una iniciativa liderada por la Alianza para el Emprendimiento e Innovación (AEI).
Mieles asegura que esa constancia y esa solidaridad fue lo que les motivó a apoyar a las Mujeres Guerreras de Galeras para seguir adelante con su emprendimiento.
Comenzaron con lo básico, enseñarles algo de finanzas para sacarle más provecho a su dinero, también algo de mercadeo y turismo, para atraer más clientes.
"Nos estábamos recuperando, hasta que llegó la pandemia", recordó Cagua.
Rendirse no fue una opción
Estas mujeres no se doblegaron. Sabían que el hambre de sus hijos no puede esperar y buscaron maneras de avanzar.
Tenían el apoyo de Re-Emprende y AEI, entidades que reciben financiamiento para sus proyectos de ayuda al emprendedor de parte de la empresa privada y el Banco Mundial.
Como guerreras que se llaman, estas mujeres continuaron con su covacha, la que cada vez estaba en peores condiciones.
"Al ver esa insistencia, esa sororidad, decidimos apoyarlas en mejorar su covacha", comentó Mieles.
Es así que con una inversión no reembolsable de USD 12.000 y el apoyo de la comunidad, se levantó una nueva covacha, la que tiene todas las facilidades para que el emprendimiento siga adelante.
"Se mejoró la calidad del empleo, para que puedan ser autosustentables cuando nosotros no estemos", señaló Mieles.
Y la inauguración fue una fiesta, no en vano Muisne es la cuna de los arrullos, alabados, chigualos, décimas; cantos y ritos ancestrales afroecuatorianos. Allí el baile de la marimba y el mapalé pasa de generación en generación.
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