Pacientes con cáncer de mama esperan meses para ser atendidas
Las pacientes que han sido diagnosticadas con cáncer de seno en Ecuador reclaman atención y acceso temprano a tratamientos y medicamentos.
Las 10 mujeres llegaron de diferentes provincias para reclamar por un tratamiento digno.
Emerson Rubio / PRIMICIAS
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Alexandra Reinoso cuenta que su tormento empezó hace ocho meses. Gracias a una autoevaluación de su seno izquierdo, ella, de 50 años, notó que algo no andaba bien. Entonces, se sometió a una biopsia y confirmaron que tenía cáncer de mama.
"Mira ese edificio fue como haberme botado de allí", lamenta mientras señala el vértice más alto.
Es una de las 10 mujeres que pintaron sobre las heridas de sus mastectomías, o "cicatrices de guerra" como las llaman, tallos verdes con flores de colores. Para ellas, las flores y las plantas son un símbolo de esperanza y renacimiento.
Este acto tuvo lugar en Quito al iniciar el mes en el que se conmemora el Día Mundial de la Lucha Contra el Cáncer de Mama, que es el 19 de octubre.
Ellas son de diferentes provincias y cada una tiene su historia. Pero todas batallan por una misma causa: el acceso temprano al tratamiento y a los medicamentos para combatir el cáncer de seno.
“Lo más triste es que no somos atendidas ni escuchadas”, asiente Alexandra Reinoso, nacida en Tena (Napo), y madre de dos hijos. Su familia es su motor, asegura. Lo que la sostiene.
Trabajó 27 años en el servicio público. Hizo sus aportaciones al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) puntualmente. Ahora se queja del servicio y de la atención que ha recibido, en lugares como el Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM).
Hace dos meses debía someterse a radioterapia y no ha podido hacerlo, pero tampoco ha recibido explicaciones. "Nadie se digna a llamarme y decirme que las máquinas están dañadas", agrega.
Esperanza de vida
Gustavo Dávila, presidente de la Fundación Jóvenes contra el Cáncer y quien abandera el programa 'Cicatrices de honor para mujeres con cáncer de seno', afirma que el problema más grande es el acceso a los tratamientos.
"Si no hay mamógrafos, los equipos no funcionan, las citas se dan para cinco meses después, no hay medicamentos. ¿De qué esperanza de vida hablamos? Alcemos la voz", dice.
Natali Moya tiene 37 años y nació en Tungurahua. En 2019, ella acudió a Solca y a médicos particulares porque "tenía una bolita en su seno derecho". Le decían que no era nada.
En marzo de 2022, Moya se sometió a una punción. "Ahí supe que tenía cáncer". Si el diagnóstico hubiera sido más temprano, su estado no habría alcanzado el grado tres, de los seis que tiene esta enfermedad.
A ella le extirparon el seno derecho. “Falta la especialización de los médicos”, insiste.
Madre de tres hijos, Moya cuenta que presentó sus papeles para acceder a las radioterapias en el HCAM hace cinco meses, pero no sabe nada. "Ni siquiera nos avisan que las máquinas están dañadas", lamenta.
Desde marzo ha recibido quimioterapia, pero no es suficiente. “Estoy desesperada. Necesito mi radioterapia y no se abren las puertas”, dice.
En Ecuador, 8.000 mujeres son diagnosticadas con cáncer de mama al año. De estos, 570 casos se encuentran en estado avanzado.
Una lucha diaria
María Ángela Bazurto, nacida en Esmeraldas hace 66 años, dice que hay gente que aún cree que el cáncer es sinónimo de muerte. Para ella no.
"Cuando a mí me preguntan: ¿Usted tiene cáncer? Yo respondo: no estoy enferma, yo no tengo nada". Para Bazurto, la enfermedad es pasajera. “Es mi slogan”.
Nunca descuida su tratamiento, afirma, pero sí ha debido sacar dinero de su bolsillo para comprar la medicina que le ha hecho falta. Asegura que la Fundación Jóvenes contra el Cáncer sí les ayuda mucho.
Lucha desde hace cinco años con la enfermedad. “Gracias a Dios, estoy bien”, concluye.
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