Muertes violentas y robos bajaron en los primeros meses de la pandemia
Operativo policial en la vía pública realizado en Guayaquil, el 13 de septiembre de 2020.
Cortesía Policía
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La pandemia modificó la forma de vivir de las personas y alteró todos los aspectos, incluyendo al mundo criminal. Por ello, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) realizó un informe para medir el impacto de tres tipos de delito: homicidios, robo y hurto.
Como antecedente, el documento menciona que para la primera semana de abril de 2020, 3,9 mil millones personas -más de la mitad de la población mundial- estaban bajo algún tipo de bloqueo como medida de prevención ante el Covid-19.
Los investigadores de la Unodc tomaron los datos previos y posteriores a la pandemia, sobre estas conductas criminales, para determinar el impacto a nivel nacional, regional y mundial.
Para medir el impacto a corto y largo plazo de la pandemia en el crimen, la investigación tomó en cuenta dos teorías criminológicas:
- La teoría de la oportunidad que postula que las medidas de restricción pueden reducir potencialmente la posibilidad de que se cometan delitos penales.
- La teoría de la tensión que sostiene que los problemas socioeconómicos que afectan a un gran estrato de la población, especialmente al más vulnerable, tienen el potencial de crear una atmósfera de presión que impulsa a las personas a cometer delitos.
Reducción de muertes violentas
Para analizar este delito, que es el principal indicador de violencia e inseguridad en los países, la Unodc tomó los datos de 21 países de distintos continentes. Las conclusiones marcaron diversas tendencias.
Cuando las medidas más estrictas de restricción por el coronavirus estuvieron vigentes, entre marzo y abril, las muertes violentas se redujeron en un 25%, en relación con el promedio de casos de 2015 a 2019.
Sin embargo, los datos se fueron normalizando y las muertes volvieron al nivel prepandémico conforme las medidas de restricción se fueron relajando.
Esta tendencia fue homogénea, sobre todo, en Europa. Mientras que en América Latina los datos variaron de país a país. Esta diversidad de tendencias dificultó sacar conclusiones generales.
Hay algunos factores que inciden en la heterogeneidad de tendencias:
- Medidas restrictivas aplicadas por los gobiernos.
- Condiciones socioeconómicas preexistentes.
- Predominio general de una tipología particular de homicidio, que en América Latina está relacionada con el crimen organizado y las pandillas y en Europa con la violencia interpersonal y familiar.
¿Qué sucede en América Latina?
En América Latina, el análisis apunta a que la pandemia tuvo un impacto heterogéneo en la región, a pesar de los muchos conductores comunes de letales violencia.
En algunos países, como Colombia y Guatemala, se observó una caída significativa en el número de víctimas de homicidio después del encierro preventivo.
Comparado con la tendencia media durante el período 2015-2019, hubo un 32% menos de víctimas en abril, un mes después de que comenzara el cierre, en Colombia; y un 26% menos de víctimas en Guatemala. Sin embargo, este efecto fue de corta duración, ya que el número de víctimas volvió al nivel prepandemia en junio.
Una disminución notable en el número de homicidios, relacionada con las medidas adoptadas por los gobiernos nacionales, también se notó en Chile, Ecuador, El Salvador y Honduras.
Sin embargo, señala la investigación, al tener en cuenta la gran volatilidad de las tendencias de homicidios en años anteriores, es difícil atribuir tales cambios a las medidas preventivas por el Covid-19.
Delitos contra la propiedad
De manera general, una vez iniciada la emergencia por la pandemia se observaron disminuciones en el incidencia de robos, hurtos y allanamientos reportados y registrados por las autoridades.
Por ejemplo, la disminución de robos denunciados fue de más del 50% en la mayoría de países. Comparados con las tendencias en las muertes violentas, los cambios en los delitos contra la propiedad registrados fueron más homogéneos y más marcados.
Según la Unodc, esos cambios son más difíciles de interpretar porque reflejan variantes en el propio delito así como en la capacidad de presentación de denuncias y accesibilidad a las instituciones de justicia penal.
Además, la investigación advierte que a mediano y largo plazo, la tendencia a la baja de casos de robos se revertirá como consecuencia de la recesión económica provocada por coronavirus.
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