'Mostaceros' y otras seis modalidades que usan los delincuentes para robar

Este tipo de robo consiste cuando una persona es salpicada con una sustancia similar a la mostaza o excremento de ave. En ese momento, los delincuentes se acercan y ofrecen ayuda para limpiar su ropa con pañuelos. Sin embargo, esa supuesta ayuda es una estrategia para sustraer las billeteras o los monederos de las víctimas. El mayor problema de esta modalidad es que los delincuentes pueden utilizar las tarjetas bancarias robadas para retirar dinero o hacer compras vía electrónica.

Las principales víctimas de esta modalidad son los conductores que dejan sus pertenencias a la vista en el pesado tráfico de las ciudades. Los delincuentes utilizan bujías para romper los cristales del vehículo y llevarse lo que puedan. Una variante de esta modalidad es la conocida como el 'huevo estrellado'. En este caso, los delincuentes lanzan huevos al parabrisas de los autos y esperan que los conductores se detengan para asaltarlos, pues es imposible circular con el parabrisas sucio.

Esta es una de las modalidades de robo con más prevalencia en ciudades como Quito y Guayaquil. Los delincuentes interceptan a las víctimas que, generalmente, se movilizan en sus vehículos particulares o taxis. Los golpean y los acuestan en la parte trasera de los automotores. El objetivo es obligarlos a entregarles las claves de sus tarjetas bancarias y retirar la mayor cantidad de dinero posible. Si la víctima se niega, sufre golpes e incluso su vida corre peligro. Luego del robo, las víctimas son abandonadas en lugares apartados. Muchas veces sin zapatos y vendados los ojos.

La escopolamina, también conocida como burundanga, es una de las drogas más utilizadas por los delincuentes. Una pequeña dosis puede 'hipnotizar' a las víctimas hasta el punto de que llegan a 'colaborar' en el robo, pues pierden la noción del lugar y del tiempo. En Ecuador, los delincuentes generalmente colocan la escopolamina en bebidas o una hoja en la que está escrita una dirección. En este caso, los delincuentes se acercan a la víctima para pedirle que lea la hoja, soplan la sustancia y en cuestión de segundos, la persona cae bajo los efectos de la droga. Si bien el principal objetivo es llevar a la víctima a un cajero automático para que retire dinero, los delincuentes también aprovechan para quitarle sus pertenencias. O incluso pueden dirigirlo a su hogar para robar sus cosas.

Se trata de una modalidad de robo que tomó fuerza a partir de 2010. Los delincuentes se apostan en las afueras de las entidades bancarias e identifican a las personas que retiran altas cantidades de dinero. El objetivo es, en cuestión de segundos, ganarse su confianza y engañarlas para intercambiar el dinero por paquetes llenos de papel sin ningún valor. Aunque pueden tener un billete encima para aparentar ser un fajo de billetes. Las entidades financieras recomiendan a sus clientes no retirar grandes cantidades de dinero o solicitar el acompañamiento de la Policía Nacional para evitar ser víctimas de la delincuencia.

El descuido al momento de hacer una compra con tarjeta de crédito puede traer un fuerte dolor de cabeza. No hay que perder de vista la tarjeta, al momento de un pago. La Policía Nacional ha identificado a personas que ofrecen dinero a trabajadores de locales comerciales para copiar la información de las bandas magnéticas de las tarjetas en diferentes dispositivos electrónicos. Según las autoridades, los cómplices de los delincuentes piden las tarjetas de los clientes para deslizarlas por el punto de venta electrónico, pero en un descuido también la colocan en un aparato llamado 'skiming'. Con la información de las tarjetas bancarias, los delincuentes pueden hacer compras electrónicas en cualquier página web.

Se trata de una de las modalidades más utilizadas en el transporte público. Los delincuentes aprovechan el momento en el que un bus urbano o las unidades de transporte masivo circulan a su máxima capacidad para acercarse a las víctimas y sustraerles sus pertenencias sin que se den cuenta. También utilizan cuchillos o estiletes para cortar las carteras y mochilas de los usuarios, y robarles sus billeteras y monederos.