Ministro de Salud denuncia envío de citas telefónicas falsas de vacunación
Al menos 1.000 personas habrían recibido citas telefónicas para vacunarse desde una terminal no autorizada, lo que caotizó el proceso de inmunización en Quito.
El ministro de Salud, Camilo Salinas, supervisó el proceso de vacunación en Quito.
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El ministro de Salud, Camilo Salinas, presentará una denuncia en la Fiscalía para que investigue el envío de mensajes para agendar citas de vacunación desde un número telefónico no autorizado.
El anuncio lo hizo la gerente de la Corporación Nacional de Telecomunicación (CNT), Martha Moncayo, quien aseguró que el 8 de abril acudieron 1.000 personas que habían sido citadas vía telefónica a dos puntos de vacunación en Quito.
El 7 de abril, cerca de 4.000 personas mayores de 80 años fueron convocados desde las 08:00 para recibir las dosis de la vacuna Pfizer.
Sin embargo, la jornada no se logró completar porque, según los coordinadores del Ministerio de Salud, las vacunas no llegaban.
Martha Moncayo considera que hubo falta de coordinación y transparencia por parte del Ministerio de Salud en el proceso de vacunación de los adultos mayores en el colegio Dillon y en la ESPE de Quito.
El problema surgió de un oficio enviado la madrugada del 7 de abril por el exministro de Salud, Mauro Falconí, en el que se pedía a CNT agendar las citas con la vacuna de Astrazeneca y no con la de Pfizer.
Pero la planificación no se puede cambiar de un día para el otro, explica Moncayo, ya que a las personas notificadas se les dijo que iban a ser inoculadas con la de Pfizer.
Moncayo dijo que se enteró por redes sociales de que en la ESPE estaban vacunando con AstraZeneca, pese a que desde la noche del 6 de abril se había anunciado el uso de Pfizer, por lo que preguntó a Falconí si esa información era correcta.
Falconí contestó, dice Moncayo, que no había dosis disponibles de Pfizer para cumplir con la jornada, pese a que el 5 de abril habían llegado al país más de 53.000 dosis de esa farmacéutica.
Sin embargo, CNT monitoreó la existencia del producto en el país y encontró que en Portoviejo (Manabí) existían aproximadamente 4.000 vacunas disponibles para usarlas en Quito.
¿Por qué? A Manabí llegaron 11.000 dosis, explica Moncayo, y en la provincia se iban a usar 7.000 hasta el martes 13 de abril, por lo que había tiempo para devolver ese remanente.
Para CNT, la solución era enviar, a las 08:00 del 7 de abril, el avión presidencial a Manabí para recoger las dosis, que lleguen a Quito a las 11:00, y que una hora después, comenzaran a vacunar.
Sin embargo, la respuesta oficial de Salud llegó recién a las 15:00, por lo que la jornada comenzó a las 18:00.
Hasta las 22:00 solo se vacunó a 3.036 convocados. Los 1.092 que no lo hicieron debían acudir al día siguiente a los colegios Dillon o al Central Técnico para concretar el proceso.
Y es ahí donde ocurre otro problema. El 8 de abril llegaron 1.000 personas más que no constaban en la convocatoria, pero que habían recibido su cita agendada desde otra plataforma telefónica no autorizada.
Por ello, el ministro de Salud, Camilo Salinas, ya instruyó a sus abogados para que denunciaran esta irregularidad en la Fiscalía.
¿Existe un boicot interno al proceso de vacunación? Moncayo considera que sí, porque los responsables conocen el procedimiento interno.
Por eso, Moncayo precisa que los mensajes que reciban los agendados deben provenir del número 1570.
En el caso de las llamadas telefónicas, CNT tiene un sistema robotizado, por lo que no existe la interacción humana en la comunicación.
Tras el caos en estos centros, el Gobierno le pidió la renuncia a Falconí, quien luego denunció supuestas injerencias de Moncayo y de la vicepresidenta María Alejandra Muñoz en un plan de vacunación que aún no se ha hecho público.
PRIMICIAS se comunicó con Falconí para conocer su versión, pero no contestó mensajes ni llamadas.
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