Migrantes ecuatorianos alargan fila para buscar albergue en Nueva York
Cientos de migrantes recién llegados a Nueva York hicieron una fila de dos calles a la espera de ser ubicados en un refugio, hasta encontrar un empleo.
Migrantes comen pizza donada mientras hacen fila en espera de ser enviados a un albergue, el 31 de julio de 2023,, en Nueva York.
EFE
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Migrantes de Venezuela, Colombia, Nicaragua, Ecuador, Senegal, Mauritania y Chad pasaron la noche frente al conocido hotel Roosevelt, tras llegar el domingo 30 de julio de 2023 a Nueva York, en Estados Unidos.
Este grupo de de personas se unió a otros cientos que durante el fin de semana hicieron cola frente a un edificio en la calle 45, a pasos de la Quinta Avenida. En ese sitio la ciudad estableció un centro de procesamiento para migrantes.
Los viajeros estaban sentados en la vereda, donde algunos se protegían con sombrillas o cartones del sol que ya comenzaba a calentar. También comían sánduches, pizzas o burritos.
Otros, en cambio, se entretenían jugando con sus celulares o conversaban. Los restantes, en silencio, parecían perdidos en sus pensamientos.
Ante la larga cola que había el viernes, en medio de una intensa ola de calor, las autoridades enviaron varios autobuses.
En estos automotores, algunos pudieron pasar la noche con aire acondicionado. El hotel Roosevelt, con capacidad para 1.000 personas, ya no tiene espacio y los migrantes están siendo enviados a otros albergues.
La esperanza de un trabajo
"Queremos trabajar". Esa era la respuesta que se escuchaba una y otra vez sin importar el país de origen al responder por qué vinieron a Nueva York. Los migrantes hacían la cola que se extendía hasta la calle 46, tras haber obtenido un número que les garantizaba su turno.
Algunos estaban al tanto de que la ciudad limitó a 60 días la estadía en albergues para los adultos solteros, hombres o mujeres. El objetivo de la medida es dar espacio a familias con niños.
El flujo de inmigrantes -la mayoría demandantes de asilo llegados desde Latinoamérica- ha llevado a Nueva York desde el año pasado a casi 100.000 personas. De las que más de 52.000 están bajo cuidado de la ciudad, que además de albergue les proporciona alimentos, escolarización y servicios sanitarios, entre otra ayuda.
Ante el colapso de los albergues públicos el año pasado, la ciudad, con una ley que le obliga a dar albergue a quien lo solicite, tuvo que alquilar hoteles.
Migrantes, hijos de la crisis
Según afirmó un inmigrante venezolano, "los presidentes de Suramérica y Centroamérica tienen la culpa" de la migración. Porque "han destrozado" sus países, comentó, mientras asentían quienes le rodeaban.
Un nicaragüense aludió por su parte al terror en Nicaragua. "Los que se van pierden la nacionalidad y no puedes ni poner la bandera de tu país en tu casa porque es ir contra el Gobierno".
Por su parte, otro venezolano que escuchaba atento señaló que quieren aprovechar la oportunidad entregada por el Alcalde Nueva York, ya que obtienen refugio y comida mientras obtienen trabajo.
Alex, un venezolano de 36 años, llegó el sábado a Nueva York junto a su esposa tras haber estado dos meses con un amigo en Nueva Jersey.
Pero "ya no tenemos donde estar", dijo, y ahora esperan encontrar alojamiento para trabajar y enviar dinero a los cuatro hijos menores que dejaron en Venezuela bajo el cuidado de una abuela.
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