Ecuador 'comercializa' gasolina y medicamentos en el mercado negro
Imagen referencia. Efectivos de la Policía Nacional realizan un decomiso de hidrocarburos que se comercializaban ilegalmente.
Ministerio de Gobierno
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InSight Crime, fundación dedicada al estudio de las amenazas a la seguridad nacional y ciudadana en Latinoamérica y el Caribe, evaluó el comportamiento de los mercados negros en América Latina durante la pandemia de Covid-19.
Latinoamérica es una región en la que el 50% de la población se dedica al mercado informal. Y, por eso, el florecimiento del mercado negro durante la crisis sanitaria no es una sorpresa.
Entre los casos que se destacan en la región está de la 'Mafia del agua'. Este grupo criminal funciona en el estado de Falcón, al norte de Venezuela. Los criminales rompieron -una y otra vez- las tuberías para robar miles de litros de agua y revenderla en todo el país.
También está el contrabando de productos de primera necesidad. Esto ocurrió, sobre todo, en zonas fronterizas. Ni los cierres de los pasos internacionales terrestres frenaron el paso sin pago de impuestos de aranceles e impuestos entre naciones.
El contrabando es el segundo negocio criminal más lucrativo del mundo, según el Foro Económico Mundial. Y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el 10% de los medicamentos vendidos en América Latina podrían ser falsos o robados.
Ecuador
Combustibles
Ecuador es una de las localidades que entró en el análisis de la fundación InSight Crime. Primero, el país es mencionado como uno de los sitios de origen del tráfico de combustible.
El primer elemento que demuestra este fenómeno es la incautación de combustible. A finales de septiembre de 2020, por ejemplo, las Fuerzas Armadas decomisaron 1.210 galones de gasolina en la parroquia fronteriza con Colombia, General Farfán, en Sucumbíos.
El derivado estaba almacenado de manera antitécnica en envases de plástico, que estaban expuestos a altas temperaturas. Fueron hallados en una bodega de construcción artesanal, hecha con hojas de duratecho y tablas.
Además, a mediados de octubre, en Huaquillas (frontera con Perú), las autoridades ecuatorianas desmantelaron una bodega que almacenaba 635 galones de diésel en fundas plásticas.
Según la investigación, así como la gasolina contrabandeada desde Ecuador se ha utilizado para producir cocaína y trasladar drogas hacia Colombia, en septiembre se halló una refinería clandestina en la provincia de Sucumbíos, cerca de un oleoducto a lo largo de la frontera.
Dicha refinería tomaba el petróleo directamente del oleoducto, lo refinaba en sus propias instalaciones y lo subía a barcos que estaban a la espera.
Medicamentos
A raíz de la pandemia, un nuevo tipo de contrabando surgió en la región. Los grupos criminales entraron en la carrera por suministrar a la población insumos médicos y medicamentos para combatir el Covid-19.
Una de las primeras señales de que este mercado interesó a las bandas criminales se dio en Brasil, en abril. Un grupo de ladrones asaltó una bodega en el aeropuerto internacional de Guarulhos, en São Paulo. Los delincuentes se llevaron 15.000 kits de pruebas de coronavirus y dos millones de artículos de protección personal.
Según la investigación de Insight Crime, Ecuador participó en el mercado negro de ivermectina. Se trata de un antiparasitario que se promocionó como una posible cura al coronavirus que se estaba produciendo en Perú y contrabandeándose hacia Venezuela, Colombia y Ecuador.
En octubre, además, Ecuador reportó un robo de tocilizumab. La Contraloría halló las irregularidades en una auditoría al despacho del medicamento en el Hospital Teodoro Maldonado, del IESS, Guayaquil.
Entre el 10 abril y el 1 julio de 2020, por ejemplo, desde la bodega de esa casa de salud se despacharon 45 ampollas a terapia intensiva, emergencias y neumología. 44 no fueron aplicadas a ningún paciente.
Además, se encontraron casos en los que se entregaron más ampollas de las necesitadas por paciente. El 5 de abril, por ejemplo, se registró la entrega de 10 ampollas a un paciente, pero en el hospital no se le suministró ninguna.
Este medicamento también es conocido como Actemra, un fármaco inmunosupresor que se descubrió que podía reducir las tasas de mortalidad entre los pacientes gravemente enfermos por coronavirus.
Abraham Muñoz, quien es parte de un proceso por peculado relacionado con el caso Salcedo, comercializaba las ampollas de este medicamento, obtenidas de las bodegas del IESS y del MSP, hasta en USD 2.000 en el mercado negro.
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