Niños sin compañía, el lado crítico de la nueva migración ecuatoriana
Los menores de edad que emigran sin sus padres quedan a cargo del Departamento de Salud de Estados Unidos. La espera para la reunificación familiar o ingreso al sistema social del país toma en promedio 35 días.
Migrantes menores no acompañados en un centro provisional en Donna, Texas, el 17 de marzo de 2021.
U.S. Customs and Border Protection
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El número de ecuatorianos menores de edad que migran irregularmente hacia Estados Unidos es tres veces más alto que en 2020. Solo en el sector de Tucson (Arizona), la cifra pasó de 339 a 1.352 en lo que va del año. Y de ellos 266 hicieron el viaje solos.
Basta con recordar dos historias recientes para entender la problemática: el niño de 5 años abandonado por los coyetes bajo un puente en la frontera en El Paso y las dos niñas que fueron lanzadas desde el muro que divide Estados Unidos y México, también en Nuevo México.
En el país norteamericano estos niños entran en la categoría de menores no acompañados, que da el gobierno a quienes ingresan irregularmente a su territorio sin haber alcanzado los 18 años y sin sus padres o hermanos mayores de edad.
Los niños y adolescentes no son devueltos, como la mayoría de adultos. Ellos entran directamente a la custodia del Programa de Menores no Acompañados, dirigido por la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR, por sus siglas en inglés) y que, a su vez, forma parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HSS, por sus siglas en inglés).
Al igual que los grupos familiares que ingresan irregularmente a Estados Unidos, ellos son llevados a centros provisionales, donde se encargan de reubicarlos según cada caso.
La cónsul ecuatoriana en Phoenix, Leticia Baquerizo, cuenta que ella visita regularmente los centros de este tipo que están bajo su jurisdicción, en Arizona y Nuevo México. Y que ya no son como antes, en la época del presidente Donald Trump, donde hubo denuncias de que los tenían en jaulas y separaban a las unidades familiares.
"Cuando son niños no acompañados, yo hablo con ellos y les pido sus nombres, teléfonos, fecha de nacimiento, para verificar que son ecuatorianos y, entonces, se les pregunta por sus familiares en Estados Unidos, para iniciar la reunificación", explica a PRIMICIAS la diplomática.
Pero, en varios de estos casos, los padres o familiares le piden que no intervenga. Y la Cónsul argumenta que el problema es que estos procesos demoran y que, además, hay mucha presión desde determinados sectores sociales y políticos estadounidenses para que no se permitan.
También hay situaciones en las que los menores de edad no llegan con sus familiares directos, sino con tíos o primos. Ahí el Consulado tiene la tarea de verificar el permiso de salida del país de los niños y adolescentes, incluso si viajan con uno solo de sus padres.
Además, en Estados Unidos, la cónsul Baquerizo añade que el Estado no reconoce los parentescos más lejanos como legalmente vinculantes, por lo que los niños pueden ser separados de los familiares con quienes viajan.
Es entonces que el Consulado interviene, siempre y cuando las familias lo permitan, para evitar que sean separados y que los lleven a otro centro y sigan otro proceso legal. Usualmente se busca a los padres en Estados Unidos para que colaboren en el proceso de reunificación.
El proceso de reunificación familiar
Las autoridades locales tienen la obligación de colocar a los menores de edad "rápidamente en el entorno menos restrictivo que sea para el mejor interés del niño", según la Administración para Niños y Familias (ACF, por sus siglas en inglés).
Según el reporte de la ACF del 17 de septiembre, debido a las grandes fluctuaciones de menores de edad no acompañados en el número de llegadas a lo largo del año, ORR mantiene una combinación de camas "estándar", que están disponibles durante todo el año, y camas "temporales", que se pueden agregar o reducir según sea necesario.
Tan pronto como los niños y adolescentes ingresan al cuidado de la ORR, los ponen en contacto con sus padres, tutores o familiares, si existen, y comienza el proceso de búsqueda de un "patrocinador" adecuado.
La gran mayoría de los patrocinadores son un padre o un familiar cercano que vive en los Estados Unidos. Y, mientras el programa de refugio busca patrocinadores, los niños reciben atención para su edad y servicios integrales en una de las aproximadamente 200 instalaciones en 22 estados.
Al 15 de septiembre de 2021, había aproximadamente 13,179 menores de edad no acompañados, de todas las nacionalidades, a cargo del HHS. Y hasta julio de 2021, la duración promedio de su estancia en estos centros era de 35 días.
Los que se quedan en el sistema
Según el último reporte mensual de HSS y ACF al Congreso, entre abril de 2018 y junio de 2021, el Departamento de Seguridad Nacional separó en la frontera a 3.858 menores de edad que viajaban con sus padres. De ellos, 2.272 fueron reunificados y 1.586 pasaron a otros "patrocinadores", bajo vigilancia de ORR.
Lo mismo sucede con los niños no acompañados que no tienen familiares o tutores legales en Estados Unidos, a menos que un familiar en Ecuador los reclame y se inicia un proceso de repatriación.
Los niños y adolescentes cuyos padres han fallecido, no se pueden rastrear o son inapropiados por motivos de abuso o negligencia pueden ser colocados en hogares de acogida por un período prolongado.
El programa de refugio para menores de edad asegura que "reciban la gama completa de asistencia, cuidado y servicios disponibles para todos los niños de crianza temporal en el Estado, al establecer una autoridad legal para actuar en lugar de los padres no disponibles del niño".
Otras opciones de ubicación, según la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, "incluyen hogares grupales, vida semi-independiente, vida independiente, ubicación con un familiar e instalaciones de tratamiento residencial".
Finalmente, un menor de edad no acompañado no necesariamente va a quedarse en Estados Unidos. El Departamento de Salud, desde julio, "está comprometido con los funcionarios estatales a tratar las preocupaciones que puedan tener sobre el cuidado o el impacto de los niños no acompañados en sus estados".
Por lo que, "al tiempo que se asegura que los niños sean tratados con humanidad y de conformidad con la ley", también garantizan que seguirán "los procedimientos legales de inmigración que determinarán si serán removidos y repatriados, o si califican para alguna forma de asistencia".
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