Los jóvenes ecuatorianos luchan contra el cambio climático con acciones creativas y cotidianas
Mientras el mundo debate y se admira sobre la franqueza de la joven sueca Greta Thunberg, en Ecuador muchos jóvenes atacan el problema de la contaminación con estrategias que, si se multiplican, pueden hacer más que los discursos políticos.
Diana Godoy es propietaria de la tienda Zero Waste, que vende productos a base de Bambú
Jonathan Machado / Primicias
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La Cumbre sobre la acción climática que presidió a la Asamblea General de las Naciones Unidas estuvo llena de discursos e intervenciones sobre las acciones que deben tomar los gobiernos para minimizar el impacto del cambio climático.
Curiosamente, el discurso que más impacto logró fue el de una adolescente que sufre síndrome de Asperger: Greta Thunberg, quien regañó a los líderes mundiales a quienes acusó de "destrozar su futuro":
¿Ustedes vienen a nosotros, los jóvenes, en busca de esperanza? ¿Cómo se atreven?
Greta Thunberg
Como ella, parecen ser los jóvenes lo que más preocupados se muestran sobre el el cambio climático y han optado por crear iniciativas personales para frenarlo.
PRIMICIAS muestra a continuación dos ejemplos:
Diana Godoy, cero residuos
Diana Godoy decidió ser una persona 'zero waste' o cero residuos desde 2017.
Esto significa que aspira a generar la menor cantidad de basura posible. Lo que no puede reutilizar o reciclar, lo guarda en una botella en lugar de depositarlo en bolsas de basura, que terminan en los rellenos sanitarios.
En lo que va del año no ha producido más que un puñado de basura no reciclable. Pero emprender ese camino fue complejo, pues tuvo que cambiar sus hábitos de vida.
Lo primero que hizo fue dejar de consumir productos con envolturas o botellas plásticas y los reemplazó por alimentos que se compran en los mercados o a pequeños productores y que no tienen empaque.
Ese cambio incluyó fabricar sus propios champús, jabones, cepillos dentales y lociones corporales en casa. Allí elaboró una compostera de tres niveles en la que descompone los residuos orgánicos, junto con aserrín y césped.
Después de cuatro meses, los residuos caen al segundo nivel en forma de abono. En el tercer nivel se recoge la basura 100% orgánica, que regresa a la naturaleza sin ninguna contaminación.
"Poco a poco he ido aprendiendo a consumir productos orgánicos que no dañen el planeta y que ayudan a tener un mejor estado de salud", agrega.
Cuando a sus manos llega algún producto con envoltura, la guarda en un recipiente de vidrio, espera a que se llene y lo lleva a fundaciones que lo transforman en materiales de construcción, u otros objetos reutilizables.
Desde 2018, Godoy también fabrica sus cubiertos y su vajilla a base de bambú y los utiliza cuando viaja, a fin de no usar productos desechables. Eso es también el eje de su emprendimiento, pues fundó la tienda Zero waste, donde vende estos productos.
Alumbrado público con energía limpia
Francisco Ribadeneira siempre pensó en ayudar a las poblaciones vulnerables del país, pero no sabía cómo.
El dato de que el 2,8% de ecuatorianos no tiene acceso al servicio de luz eléctrica disparó su idea. "Aspiraba a que las personas accedieran este servicio, pero con energía limpia que no dañe el medioambiente", dice Ribadeneira.
Mientras concretaba la idea, creó la empresa Ánku, que elabora cordones para lentes y gafas. Fue ahí cuando conoció la iniciativa 'Un litro de luz'.
Ribadeneira se contactó con los directivos de esa ONG y decidió aliarse con ellos para llevar luz a las poblaciones marginales de Quito y Guayaquil.
La iniciativa consiste en instalar postes de luz -elaborados con caña o PVC-, botellas plásticas recicladas, paneles solares y luces led, que se alimentan de la iluminación que absorben los paneles y no necesitan estar conectados al sistema de alumbrado público.
"Estos paneles alcanzan una autonomía de 12 horas por las noches, con lo que las poblaciones tienen el servicio de luz", agrega Ribadeneira.
Desde que nació la iniciativa -en marzo de 2019- se han construido 65 postes de luz, con los que se han beneficiado 600 personas. Ribadeneira dice que Ánku destina el 10% de sus ventas a 'Un litro de luz' y que cada mes analiza la posibilidad de llevar la idea a más sectores.
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