"Sentía que hablaba con la muerte", dice una doctora que lucha contra la pandemia
Una profesional de la salud en Emergencias del Hospital del IESS Quito Sur, el 15 de abril.
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Paola Pérez es médica general y parte del cuerpo médico que intenta evitar que la pandemia gane terreno en el país. Ella enfrenta al virus intentando diagnosticar a quienes padecen síntomas relacionados.
Pérez recuerda que cuando se confirmó la enfermedad en Ecuador recibía, en la línea 171 del Ministerio de Salud, unas 30 llamadas por hora de personas que tenían fiebre o complicaciones para respirar y creían estar infectadas.
Voces angustiadas de quienes piensan que están infectados y tienen miedo de lo desconocido.
"Era desesperante escuchar cómo la gente no podía respirar mientras alcanzaba a decir los síntomas que tenía. Sentía que hablaba con la muerte".
Paola Pérez, medica
Una enfermedad desconocida incluso para los médicos, un grupo que en esta pandemia debe lidiar con dos formas de tensión: la preocupación por la salud de sus pacientes; y la ansiedad de no contagiarse y llevar el virus a casa.
Pérez reconoce ese estrés, por lo que acepta que la intervención de psicólogos que brinden terapia al personal médico es vital en esta lucha: "la salud mental es fundamental para permanecer de pie", dice.
Ella sabe que el Ministerio de Salud ofrece este servicio para el personal médico, aunque no lo ha buscado. Ni siquiera con la desesperación que sintió cuando se enteró que era portadora del virus.
"Estuve sola y encerrada en mi casa durante 15 días hasta superar la enfermedad. No tuve contacto físico con nadie, lo que empeoró mi situación mental porque también tenía ansiedad y miedo a la enfermedad".
Este miedo y ansiedad son similares a los que siente Ana María Díaz, intensivista del Hospital Eugenio de Quito, quien tiene que lidiar día a día con la enfermedad.
Desde que apareció la enfermedad en Quito ha atendido a 12 pacientes infectados con coronavirus. "Con cada uno he sentido compasión, pero también miedo de infectarme", señala Díaz.
Una de sus mayores preocupaciones son su hija y su esposo. Señala que su mente no deja de pensar en que podría ser la causante de que uno de ellos se enferme.
Es por eso que decidió vivir sola mientras dure la emergencia sanitaria. "Es difícil estar lejos de la familia y más aún en estos momentos".
Díaz y Pérez creen que es necesaria la intervención de un psicólogo que sirva como un medio de escape de las tensiones diarias.
"Si me ofrecen ayuda psicológica no dudaría en aceptarla porque debemos estar fuertes para ayudar a nuestros pacientes", dice Díaz.
Terapia psicológica a distancia
La ministra de Gobierno, María Paula Romo, dice que desde hace unas semanas la línea 171 brinda ayuda psicológica gratuita a quienes lo necesiten. "Para el personal de salud son días muy duros, al igual que para la Policía, el personal de Criminalística y para la sociedad en general", señala la funcionaria.
Según ella, el Gobierno ofrece ese servicio a través de "800 psicólogos de 17 universidades que brindan ayuda para las personas que lo requieran".
El psicólogo David Jaramillo dice que la ayuda psicológica es imprescindible para los profesionales de la salud porque están expuestos al estrés, a la enfermedad y a la muerte.
"El apoyo psicológico es necesario para prevenir el Síndrome de Burnout (trabajador quemado) y el estrés postraumático", comenta.
Para Jaramillo, este apoyo debe ser permanente, a través de consultas presenciales. Si esto no es posible -dice- se pueden implementar terapias telefónicas o videollamadas.
"También es muy útil la terapia grupal o grupos de apoyo donde los profesionales sientan que no están solos y puedan ventilar sus problemas y compartir sus emociones y pensamientos con libertad".
David Jaramillo, psicólogo
Jaramillo dice que las terapias psicológicas deben continuar cuando finalice la crisis sanitaria para dar seguimiento al personal médico y evitar el estrés postraumático.
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