Tras un año de la emergencia, la depresión golpea a los médicos
Una pareja de médicos fue encontrada muerta el 12 de abril en Guayaquil. Ambos trataban pacientes con Covid-19 y uno de ellos sufría de depresión.
Un médico del Hospital Quito IESS Sur atiende a una mujer con Covid-19, el 26 de enero de 2021.
Hopsital Quito Sur
Autor:
Actualizada:
Compartir:
La hipótesis del doble suicidio de Tatiana Calderón y Renato Rodríguez aún no está confirmada. Pero ha sido el detonante para que varios médicos hablen de sus emociones y depresión tras 14 meses de pandemia.
Uno de estos médicos es Jacqueline Rodríguez, líder de guardia en una sala de emergencia de un hospital centinela de Quito. Es decir, atiende a pacientes con Covid-19 y describe que en este último tiempo siente un cansancio extremo y miedo.
“Se ha vuelto algo como no querer ir a trabajar, porque no sé qué me espera cada día que voy”, dice la doctora Rodríguez.
Junto a un equipo de cerca de 12 personas, tiene turnos de 24 horas en los que prácticamente “las pasamos trabajando cada minuto”, cuenta la profesional.
Me afecta el cansancio y no poder disfrutar al máximo con mi familia, porque estoy cansada todo el tiempo.
Jacqueline Rodríguez, médica emergencióloga en Quito.
Son casi 300 pacientes que debe ver constantemente porque, a diferencia del trabajo antes de la pandemia, los enfermos eran rotativos. Además se podían derivar a otros especialistas o se los daba de alta en un par de horas.
“Son escenas desgarradoras de familias enteras que se destruyen porque perdieron a un familiar. Hay familias en las que fallecen los esposos, los hijos o están todos ingresados”, añade Rodríguez.
Entre muertes y temor
En Guayaquil, la muerte de Calderón y Rodríguez aún es investigada por la Dinased. El primero en morir, según las investigaciones, fue Rodríguez en una vivienda que compartía con la doctora.
Mientras que Calderón fue encontrada en un hotel de la ciudad. Ambos trabajaban en el hospital Luis Vernaza y atendían pacientes con Covid-19 a diario.
Incluso Calderón había publicado mensajes en redes sociales sobre sus emociones durante la pandemia.
“Son seres humanos y no estaban acostumbrados a esto”, explica la psiquiatra Sara Torres, al referirse a los médicos que tratan pacientes en la pandemia.
“Existe el temor del contagio o la muerte, ese factor estresante aumenta la posibilidad de caer en una ansiedad o depresión”, dice Torres.
Y no solo enfrentar la muerte cada día, también la latente posibilidad de enfermar a sus familiares.
“Es una preocupación extrema traer una enfermedad a mi familia. Tengo a mis padres que me ayudan a cuidar a mi hijo y el miedo de contagiarlos siempre existe”, cuenta por ejemplo la doctora Rodríguez.
Además, persiste una barrera cultural de trabajar en la salud mental y en la depresión con un especialista, ya sea con un psicólogo o un psiquiatra.
“Así como cuando uno tiene un problema gástrico, va al gastroenterólogo; cuando tengo problemas con las emociones, dificultad con el sueño o falta la respiración se puede requerir de ayuda de un profesional de la salud mental”, aconseja Torres.
Falta de apoyo al médico
En Ecuador, pocos hospitales dan las facilidades para los médicos que requieren de apoyo psicológico.
Según la psicóloga Torres, se debería empezar con una valoración del personal, porque a cada médico le impacta de forma diferente la situación.
“No es lo mismo la parte administrativa que la técnica”, dice Torres.
Y añade que inclusive en las áreas técnicas no es igual la carga en cirugía o en el área de cuidados intensivos.
El tratamiento puede ser charlas, terapias grupales o una cita personal y debe ser continuo, porque los expertos coinciden que la pandemia no terminará pronto.
“Y si necesita medicación deben tomarla, porque el cerebro a veces se desajusta, y necesita un tiempo para volver y a estar estables anímicamente”, añade Torres.
Mientras que la doctora Rodríguez, del hospital centinela de Quito, pide empatía a la ciudadanía.
“Cada vez que vemos los centros comerciales llenos, todos los médicos nos llenamos de rabia, desearía que la ciudadanía venga a trabajar con nosotros y se dé cuenta de las escenas que tenemos”, comenta Rodríguez.
Compartir: