Pacientes de hospitales públicos ponen USD 257 millones de su bolsillo para comprar medicinas
El abastecimiento de medicinas en los 135 hospitales públicos del país es de apenas el 52% y disponen solo del 65% de los insumos médicos necesarios, según el Ministerio de Salud.
Familiares de pacientes del Hospital Eugenio Espejo, el 18 de agosto de 2021.
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Desde hace más de un año, Andrés Medina tiene problemas para acceder a su tratamiento para controlar el cáncer de colón que le diagnosticaron en 2015.
Este paciente del hospital Eugenio Espejo de Quito dice que "en la farmacia nunca o casi nunca hay disponibilidad de medicamentos. La situación siempre fue difícil, pero por el Covid-19 se complicó más".
Para combatir la enfermedad, Medina de 56 años, debe gastar mensualmente unos USD 500 en las tabletas de quimioterapia oral. Un medicamento que no puede dejar, porque la enfermedad podría retomar fuerza.
Una situación similar vive Juan, otro paciente del hospital Eugenio Espejo. En 2015 supo que tenía VIH y desde entonces debe tomar medicamentos antirretrovirales para que el virus no pueda desarrollarse.
"El hospital siempre ha tenido un buen trato con los pacientes, pero la falta de medicamentos pone en peligro nuestras vidas". Él calcula que gasta alrededor de USD 200 al mes en la compra de antirretrovirales, una suma importante dentro de su presupuesto.
Gasto de bolsillo
El Ministerio de Salud (MSP) reconoce que el sistema público de salud atraviesa una crisis pocas veces vista.
El viceministro de Atención Integral en Salud, Miguel Moreira, dice que el desabastecimiento de medicamentos en los 135 hospitales del sistema público bordea el 50% y hay una escasez del 35% en dispositivos e insumos médicos.
Es por eso que el 11 de agosto de 2021, la ministra de Salud, Ximena Garzón, declaró emergencia al sistema público de salud.
Un informe del MSP, elaborado en julio de 2021, dice que "los problemas de abastecimiento podrían generar un gasto de bolsillo en las familias de alrededor USD 257 millones hasta finalizar 2021".
De esto, USD 120 millones corresponden a medicinas y USD 136 millones a dispositivos médicos, como sillas de ruedas, muletas o prótesis.
Esas cifras se calculan considerando lo que gastarían los hospitales para estar abastecidos como corresponde, más un 30% que habitualmente se otorga como descuento a los hospitales por la compra de grandes cantidades.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 39,8% del gasto de salud en 2018 salió del bolsillo de los mismos usuarios del sistema público ecuatoriano.
Lo que significa que "el ciudadano financia una parte importante del gasto en salud con desembolsos directos", reconoce el MSP.
La OMS establece como objetivo de largo plazo reducir el gasto de los usuarios del sistema público de salud por debajo del 15% o 20% para "entregar cierta protección contra los riesgos financieros de la enfermedad".
Presupuesto a la baja
Para el Ministerio de Salud, la actual crisis hospitalaria se explica, en gran medida, por la reducción presupuestaria que cada año han sufrido los rubros destinados a la adquisición de medicamentos y de dispositivos médicos.
En el caso de las medicinas, el presupuesto asignado en 2018 fue de USD 352,66 millones, mientras que en 2021 cayó a USD 117 millones. Eso significa una disminución del 77%, aunque los rubros asignados no necesariamente se emplean en su totalidad.
Al comparar el presupuesto codificado, es decir que se ajusta durante el año, los rubros muestran una reducción del 30% entre 2018 y 2021.
Algo similar ocurre con el dinero destinado a la compra de dispositivos médicos. Desde 2018, el Ministerio de Salud ha recibido un presupuesto con continuos recortes.
Ese año, el presupuesto asignado fue de USD 241 millones, mientras que para 2021 la asignación cayó un 14% hasta los USD 209 millones. Mientras que el presupuesto codificado de 2021 fue un 32% menos que en 2018.
Ante todo este panorama, el viceministro de Atención Integral en Salud, Miguel Moreira, dijo a PRIMICIAS que el presidente Guillermo Lasso, trabaja en una propuesta para modificar la metodología de abastecimiento de los hospitales y evitar una nueva crisis.
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