600.000 manabitas no tienen acceso asegurado al agua potable
Algunas poblaciones de Manabí no tienen desde hace ocho meses acceso al servicio constante de agua potable. El desabastecimiento obliga los habitantes de 10 cantones a comprar agua en tanqueros.
Ciudadanos se abastecen de agua comprando en tanqueros en el cantón Jipijapa, en Manabí.
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Es casi irónico que una provincia productiva, exportadora y con gran importancia electoral, como Manabí, sufra por la falta de agua potable y que no haya planteamientos para solucionar la crisis.
Hay zonas en las que sus habitantes se han abastecido solo de tanqueros durante los últimos ocho meses. Eso hace que mucha gente deba idearse para proveerse del líquido vital, en algunos casos pagaron valores no previstos en el presupuesto familiar.
Al menos 10 cantones de esa provincia reportan problemas para abastecerse de agua potable: Jipijapa, Montecristi, Manta, Jaramijó, Sucre, San Vicente, Bolívar, Junín, Rocafuerte y Tosagua. En esos cantones habitan 600.000 personas.
Los problemas van desde la falta de repotenciación en las plantas de tratamiento, daños en tubería, hasta una mala distribución del agua potable.
El capítulo más reciente de esta crisis ocurrió en Jipijapa, donde el sistema de agua potable, administrado por el Municipio, fue declarado en emergencia el 29 de agosto de 2023, por 60 días.
La alcaldesa Angela Plúa admitió que, además de los problemas de abastecimiento, hay "una situación deficiente en materia técnica y financiera”.
Vinculados por la sed
Una de las víctimas de la falta de agua es Carolina Moreira, de 43 años, quien padece de insuficiencia renal y no tiene acceso a agua corriente desde diciembre de 2022, porque hubo daños en una válvula.
Ella vive en el barrio El Prado, en Montecristi, donde al menos otros ocho sectores viven una situación similar. Los pedidos de Moreira y sus vecinos no han surtido efecto y no les queda otra que comprar agua en tanques pequeños de USD 1,50.
“Antes pasaba el tanquero y usted compraba, ahora ya ni eso (...) Este problema del agua me está agobiando la salud", reclama. Ella cuenta que a veces debe salir de su casa a las 05:00 para poder conseguir agua, pues los tanqueros prefieren vender a quienes tienen cisterna.
María Ontaneda, de 42 años, vive en el barrio Santa Lucía, en cantón Sucre, y sufre algo similar. “Hemos padecido por años problemas de falta de agua potable. pero desde inicios de 2023 es común que pasemos 15 o 30 días sin el servicio".
Eso les obliga a comprar agua en tanqueros, en incluso en bidones, pues llenar una cisterna de 20 tanques puede costar desde USD 35.
Hugo Quimís vive en el sur de Manabí, en Jipijapa, y asegura que el problema de la falta de agua en el cantón es “histórico y lleva décadas”, al punto que lo califica como un “mal sin solución”.
Quimís dice que en el cantón hay sectores periféricos, populares o los que están ubicados en zonas altas, que pueden pasar entre 30 y 40 días sin abastecerse del líquido.
"Nos toca elegir entre bañarnos o lavar la ropa. Aunque parezca increíble”. Y reclama que la calidad del agua que se vende en los tanqueros es “pésima” y por eso deben comprar agua en bidones para cocinar.
Y como este problema del agua potable está plagado de ironías. Estas personas, aunque no tienen agua corriente y un servicio estable, sí deben pagar mes a mes sus planillas. A veces recibiendo agua solo uno o dos días al mes.
Una planta de agua para cinco cantones
El centro norte de Manabí, es una de las zonas que más reclama por la falta de agua potable. Hay zonas donde el agua no llega hasta por dos meses y la única opción son los tanqueros.
La planta de tratamiento La Estancilla, ubicada en la vía Tosagua-Calceta, fue construida para abastecer de agua potable a Bahía de Caráquez y a la parroquia Leonidas Plaza, del cantón Sucre.
Pero se conectaron también San Vicente, Tosagua, Bolívar y Junín. Eso significa que más de 200.000 personas habitan en esos territorios abastecidos por esta planta.
El sistema está administrado por la empresa Pública Municipal Mancomunada de Agua Potable de Bolívar, Junín, San Vicente, Sucre y Tosagua (Emmap-Ep). La Estancilla tiene dos plantas de tratamiento, una construida en 1965 y la otra en 1990, desde entonces no ha sido repotenciada.
En diciembre de 2022, el presidente Guillermo Lasso recibió los estudios para el financiamiento de una nueva planta y ofreció agilizar el crédito. Pero, la promesa no se ha cumplido y tampoco el crédito por USD 14,6 millones con el Banco de Desarrollo.
El costo de las deficiencias
A finales de agosto de 2023 un nuevo problema afectó a los cantones Manta, Montecristi y Jaramijó. El agua cruda que transporta el acueducto La Esperanza, administrado por la Refinería del Pacífico (en liquidación)entró en polémica.
La Gobernación de Manabí reconoció que hay deficiencias en la infraestructura y que hay bombas apagadas o deterioradas en la represa La Esperanza. Eso significa problemas de abastecimiento para unas 500.000 personas.
El acalde de Montecristi, Jonathan Toro, calculó que para recuperar la infraestructura del acueducto se necesitan USD. 15 millones.
La primera semana de septiembre hubo otro problema. El funcionamiento del acueducto se vio afectado debido a una falla en el sistema de comunicación interna de los equipos de bombeo y su control supervisorio (Scada).
“El origen de la falla fue la fuente de energía de respaldo del sistema de control Scada que alcanzó su vida útil”, reconoció la Refinería del Pacífico. La empresa advirtió, el 7 de septiembre de 2023, que esta situación deja vulnerable al sistema y que no tiene recursos para ejecutar mantenimientos preventivos y correctivos.
'Divorcio' entre autoridades
Uno de los más líos más recientes surgió entre Manta y Rocafuerte, por el aumento en la tarifa del metro cúbico de agua, luego de que moradores de este último cantón llegaran hasta las instalaciones de la planta potabilizadora El Ceibal.
Según el alcalde de Rocafuerte, Norberto Vélez, subió de USD 0,22 a USD 0, 82 el metro cúbico de agua. Lo que significa que se incumplió un acuerdo existente entre esos dos cantones.
La empresa Aguas de Manta (EPAM), aclaró que el convenio fue firmado en 2006 por cinco años y no fue renovado. EPAM informó que los nuevos valores obedecen a los costos de producción actuales.
Pero desde Rocafuerte alegan que la tarifa nunca fue socializada y el Concejo Cantonal de Rocafuerte se declaró en sesión permanente. El sistema El Ceibal provee de agua potable a algunas localidades de los cantones: Manta, Rocafuerte, Jaramijó, Portoviejo y Sucre.
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