Maestra destina dinero de su jubilación para reabrir escuela en Guayaquil
Martha Córdova trabaja en la reapertura de una escuela en el corazón del suburbio de Guayaquil, que cerró sus puertas debido a la crisis de la pandemia por Covid-19.
Imagen de una aula de una escuela de Guayas.
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Ni la crisis ni la pandemia frenaron las ganas de educar de Martha Córdova.
Tras jubilarse como directora de una institución educativa privada, Córdova decidió comenzar desde cero y reabrir una escuela que se cerró a causa de la pandemia. Tenía otras opciones, pero buscó cumplir una tarea, la que "tenía pendiente".
Cambio sus tizas y libros por pintura, sus alumnos por albañiles para volver a darle color y vida a "Semillitas de Guayaquil", una institución ubicada en el suburbio guayaquileño.
Esta escuela es parte de la historia de las calles 29 y Amazonas, pues funcionó en el lugar por 50 años.
Los hijos y algunos nietos de exalumnos se educaban ahí hasta el cierre de sus puertas a inicios de 2020, por el confinamiento a causa de la pandemia.
El diácono católico que la fundó no se sentía con fuerzas para lidiar con el confinamiento y la educación virtual, que se imponían debido al brote de coronavirus.
Cuando cerró las puertas, le propusieron comprar el local para poner un motel, pero él quería que el lugar sirviera para educar a la gente.
"No valía la pena perder ese legado, así que llegamos a un acuerdo para arrendar la escuela y reabrir", dice Córdova a PRIMICIAS.
"Las personas que amamos la educación sentimos emoción por estas cosas. Así que comencé a trabajar en la pintura, en la limpieza y a hacer todo para volver a servir con educación a esta zona de la ciudad", puntualiza.
Inversión propia
La maestra Córdova no da detalles de cuanto ha invertido en revivir a su escuela. En líneas generales relata que más que el dinero de su jubilación y de sus ahorros, ha invertido el amor por educar.
"Es muy fuerte, hay que hacer mucha inversión versus ningún retorno", comenta.
"Semillitas de Guayaquil" tenía cerca de 400 alumnos al momento de su cierre y ofrece desde educación inicial hasta Décimo año.
"La educación cambia la vida, cambia el futuro de las personas".
Martha Córdova, directora "Semillitas de Guayaquil"
Su primera meta es conseguir el retorno de la mayoría de sus exalumnos, que migraron a otras instituciones.
"Estamos inscribiendo, hay un grupo de padres muy optimistas por la reapertura", sostiene.
Cuenta que ha destinado una buena parte de su patrimonio para la implementación de computadoras, también ha invertido en laboratorio de Inglés.
Tiempos difíciles para la educación
El Ministerio de Educación mantiene en la incertidumbre al sector, pues no ha definido si el año lectivo 2021-2022 en la Costa será presencial, semipresencial o continuará con la modalidad a distancia, como terminó a mediados de marzo.
La apuesta de Córdova por la educación ocurre en momentos en los que los establecimientos educativos sufren problemas económicos a causa de una moratoria en el pago de pensiones, que supera el 40%.
Este porcentaje de moratoria pone en duda la continuación de la asistencia de los estudiantes a esos colegios para el próximo año lectivo.
Por ley el 80% de los egresos de un colegio se destina al pago de salarios de maestros y otros funcionarios.
Las cifras de las Federaciones de Educadores Privados revelan que más de 400.000 estudiantes, de un total de 1.015.000 que se matriculó en el régimen Costa en 2020, deben una o más colegiaturas.
"A veces en las crisis salen cosas bonitas", sostiene Córdova. Agrega que su plan para el próximo año es abrir bachillerato.
Después, vendrá un Tecnológico para atender a los jóvenes del Suburbio, cuya población se calcula similar a la de Cuenca, estimada en unas 636.000 personas.
"Los jóvenes del suburbio tienen poco acceso a la Universidad y acá en el suburbio no hay un tecnológico donde puedan sacar un título de tercer nivel en dos años y medio", señala la educadora.
"Hay que darles una opción y esa opción es la educación", finaliza.
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