Bosque Llanganates-Sangay, entre las grandes reservas naturales del mundo
Este corredor ecológico compite con otras grandes reservas de la biósfera como el Yasuní y el Parque Nacional del Manu, en Perú.
Un grupo de turistas en el parque Llanganates-Sangay, en julio de 2022.
Tungurahua Turismo
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Un bosque ubicado entre los Andes y la Amazonía ecuatoriana alberga 285 especies de anfibios y reptiles. Una cifra que equivale a la riqueza natural de reservas de la biósfera como el peruano Parque Nacional del Manu, que es 18 veces más grande, reveló un informe científico el 7 de julio de 2023.
"Tenemos esta biodiversidad tan sobresaliente y que está en un pedacito pequeño que es el corredor Llanganates-Sangay", dijo el investigador Mario Yánez, del Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio).
En ese corredor ecológico, de 92.145 hectáreas, se han descrito para la ciencia 180 anfibios y 105 reptiles.
Esa cantidad de especies de anfibios es casi la cuarta parte de las registradas en todo Ecuador, con unas 650 variedades.
Al ser el corredor Llanganates-Sangay una zona que no se ha explorado en su totalidad, las cifras podrían aumentar.
"Seguimos saliendo al campo y aparecen especies nuevas y los números van cambiando cada año", comentó esperanzado Juan Pablo Reyes, científico de la fundación Ecominga.
Considerado un lugar de alto endemismo, el corredor atraviesa la andina provincia de Tungurahua y a las amazónicas de Pastaza y Morona Santiago, conectando a los parques nacionales Llanganates y Sangay.
Endémicas y en peligro
Como una guía para empoderar a la población sobre la riqueza del área, el reporte -que incluye información de casi 20 años de trabajo y documentación histórica- fue dado a conocer en la localidad de Baños.
El informe fue elaborado por Alex Bentley junto con Reyes, Yánez, Julio Carrión-Olmedo, Zane Libke y Jaime Culebras.
El corredor es una suerte de "archipiélago de montañas", lo que "ha formado microhábitats ideales que favorecen la especiación de varios grupos endémicos", señaló Yánez.
También explicó que las elevaciones operan como barreras geológicas. Sumado a los diferentes climas de la zona da como resultado la gran diversidad.
En el corredor hay 36 especies endémicas de anfibios y tres de reptiles. Algunas de ellas están en la categoría de peligro de la lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaliza.
El Parque Yasuní tiene una "baja incidencia de endemismo, mientras que esta zona tan pequeña alberga con esta alta variabilidad de ecosistemas una explosión de especies únicas", agregó Yánez.
En el Yasuní, que al igual que el Manu fue declarado reserva de la biósfera por la Unesco, se han inscrito 271 especies de anfibios y reptiles, menos que las halladas en Llanganates-Sangay.
Pero el cambio climático que provoca variaciones en los patrones de humedad y en la lluvia son la amenaza latente para esta joya natural.
Esas modificaciones ponen en riesgo a anfibios y reptiles porque causan "alteraciones en los ciclos reproductivos" y en la cadena alimenticia, precisó Reyes.
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