Hay 101.000 metros cúbicos de desperdicios en el relleno sanitario de Quito
Una de las piscinas del relleno sanitario El Inga, el 13 de febrero de 2020.
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La crisis sanitaria por la pandemia del Covid-19 no es el único problema que afronta la capital.
Una posible crisis ambiental por la falta de tratamiento de los líquidos que produce la basura -conocidos como lixiviados- también es una posibilidad cercana.
El problema es tan grave que el alcalde de la ciudad, Jorge Yunda, ha cambiado tres veces de gerente, en lo que va de 2020, de la Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs).
La nueva funcionaria, María Gabriela Dávila, conversó con PRIMICIAS sobre la situación del relleno sanitario de El Inga, ubicado a 45 kilómetros de Quito.
Hasta este lugar llegan, cada día, 2.150 toneladas de basura que, a su vez, producen alrededor de 450 metros cúbicos de lixiviados que contienen metales y sustancias químicas altamente contaminantes.
Dávila dice que las anteriores administraciones dejaron que se acumulen 101.000 metros cúbicos de estos líquidos en las 11 piscinas que tiene el relleno sanitario, lo que derivó en la actual crisis que vive la entidad.
Para solucionar el problema, anuncia la funcionaria, el Municipio contratará a una empresa privada para que procese los 101.000 metros cúbicos acumulados, mientras que la Emgirs tratará la producción diaria de lixiviados.
Cuando la empresa privada termine su contrato, la Emgirs "debe procesar los lixiviados y la basura porque tiene la capacidad técnica para hacerlo", agrega Dávila.
Pero, hasta que se contrate a la empresa privada los lixiviados siguen acumulándose y el riesgo de una crisis ambiental sigue latente.
Por eso, la Emgirs está construyendo nueve piscinas con una capacidad de almacenamiento de 84.000 metros cúbicos para evitar el derrame de los líquidos.
Aunque el objetivo de la Emgirs es realizar el tratamiento de los lixiviados en el corto plazo, la funcionaria reconoce que las dos plantas que tiene la empresa no están 100% operativas.
Una de estas, por ejemplo, está paralizada desde hace casi un año sin recibir mantenimiento.
A esto se suma que, desde 2017, una máquina separadora de basura no funciona en la Estación de Transferencia Sur, lo que evitaría que 200 toneladas de basura lleguen cada día al relleno sanitario.
Contrato con Villacapria
Villacapria es la empresa que ha realizado el tratamiento de los lixiviados desde 2014, ganando tres contratos bajo régimen especial y uno por emergencia.
El último contrato que ganó fue el 3 de julio de 2020 cuando la Emgirs requería el tratamiento urgente de 31.500 metros cúbicos de lixiviados para evitar que se derramen.
El gerente de Villacapria, Juan Carlos Villacís, dijo a PRIMICIAS que pidió la terminación del contrato porque la Emgirs no pagó el 30% de los USD 550.000 que se había comprometido.
Si bien Dávila reconoce que eso es verdad, explica que el administrador del contrato está analizando las razones por las que no se pagó el adelanto.
La funcionaria agrega que "ya se están realizando los términos de referencia para el próximo contrato". Aunque no hay una fecha exacta en la que la nueva empresa entrará a operar en el relleno sanitario.
Dávila dice que este contrato "debe ser el último que Emgirs firme con una empresa privada porque el tratamiento de lixiviados debe hacerlo por cuenta propia".
Nuevo cubeto
El tratamiento de lixiviados no es el único problema que afronta la Emgirs. El espacio en el que se deposita la basura -conocido como cubeto- está a punto de cumplir su vida útil.
Ante este problema, la Emgirs lanzó un concurso, el 15 de julio de 2020, para que una empresa privada construya el cubeto 10; sin embargo, el 24 de agosto, la empresa municipal dio de baja el proceso aduciendo que las propuestas presentadas eran perjudiciales para los intereses institucionales.
El 26 de agosto, la Emgirs anunció que la Empresa Metropolitana de Obras Públicas (Epmmop) será la entidad del proyecto aunque esta empresa municipal no cuenta con la experiencia para este tipo de obras.
Dávila dice que el convenio entre las dos entidades municipales significará un ahorro de USD 800.000 al municipio. El cubeto tendrá una vida útil de siete meses.
"El precio referencial estaba pactado en USD 2,3 millones, pero creemos que las dos empresas lo haremos por USD 1,5".
Dávila dice que el principal objetivo que tiene en la Emgirs es la creación de un nuevo modelo de gestión de la basura que no se base en el enterramiento de la basura.
"Las ciudades modernas no tienen rellenos sanitarios. Lo ideal es que el 70% de la basura sea aprovechable en nuevos productos para promover la economía circular".
María Gabriela Dávila
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La empresa Villacapria solicitó la terminación del contrato de tratamiento de lixiviados, que están acumulándose desde diciembre de 2019 en El Inga.
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