La H: de la cárcel a Facebook
Jóvenes reciben terapia de rehabilitación en el centro Virgen de Fátima, al sur de Guayaquil.
Karla Pesantes
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El tráfico de esta droga altamente adictiva ha cambiado de distribución. Pasó de las calles de la ciudad para instalarse ahora en redes sociales, como Facebook.
Un microtraficante de drogas en proceso de rehabilitación, identificado como “El Guaraní”, dijo a PRIMICIAS que la H nació en Guayaquil, concretamente en la antigua Penitenciaría del Litoral, en el kilómetro 16.5 de la vía a Daule.
A partir del 2002, los traficantes empezaron a vender la H en las calles y exteriores de los colegios de la ciudad, pero en 2014 las autoridades reforzaron la vigilancia dentro y fuera de las unidades educativas con la campaña “Revolución Preventiva”, a cargo de la Gobernación del Guayas y la Dirección Nacional de la Policía especializada en Niños y Adolescentes (Dinapen).
El año pasado la Dinapen instaló a policías en 20 colegios guayaquileños. Fue entonces que los traficantes migraron a las redes sociales. En Facebook existen numerosas comunidades de “hacheros” y los adolescentes pueden ordenar la droga incluso vía WhatsApp, como si fuera una pizza a domicilio.
Por lo general, los microtraficantes ofrecen el primer “pase” de H gratis. Las ganas de probar la droga comienzan con la invitación de un “amigo” o por curiosidad, comenta Teresa de 18 años, quien dejó la droga hace casi 9 meses.
Los adolescentes adictos consumen al menos cinco dosis de H a la semana, pero los que están más “enganchados” necesitan una dosis cada cuatro horas. Se trata de jóvenes de escasos recursos, la mayoría proviene de la Isla Trinitaria y Suburbio, como se conoce a los barrios ubicados a orillas del Estero Salado, al sur de Guayaquil. También provienen de Nueva Prosperina, al noroeste de la ciudad.
Un estudio realizado por la Secretaría Nacional de Planificación (Senplades) en 2016 ubica a las más de 2.500 familias de la Trinitaria en la línea de pobreza, con ingresos menores a USD 84 mensuales. En el Suburbio, un 40% de los pobladores tiene necesidades básicas (agua, alcantarillado) insatisfechas.
Teresa es uno de los jóvenes adictos a la H. La probó por primera vez a los 14 años en el colegio y, tras pasar por tres centros de rehabilitación logró dejarla. Hoy estudia enfermería. “Cuando no tenía dinero del recreo, le pedía prestados 10 o 25 centavos a mis amigos para comprar un pase”, dice.
Si uno de los muchachos sufre la “mona”, como llaman los “hacheros” al síndrome de abstinencia, siempre hay un amigo dispuesto a ofrecerle un “pase”, dice Teresa. En el círculo de la H “la letra se comparte”.
En el centro de este círculo de adicciones tempranas están los “hacheros” o microtraficantes, que promocionan la droga en Facebook y en WhatsApp. Son los administradores de varios grupos privados en las redes sociales más visitadas de Ecuador.
De los 12 millones de personas conectadas a Facebook en Ecuador, el 9% tiene entre 13 y 17 años de edad, según el estudio de la agencia ecuatoriana Formación Gerencial.
“¿Nadie en el Sur?” Pregunta uno de los usuarios de un grupo dedicado a la H en Guayaquil. “Acá se venden caramelos de USD 4,50 que son de medio gramo y de dos latas (dólares)”, escribe otro de los administradores del grupo.
Cada usuario puede replicar con un “Me Gusta”, o un mensaje directo. Luego viene el intercambio de números de teléfono y las partes acuerdan una hora y un punto de encuentro.
Teresa dice que es fácil preguntar por la droga en internet. Siempre hay alguien que conoce a un “dealer” o a un “pusher”. Una vez identificado el traficante, el usuario le envía una solicitud de amistad por Facebook o se agrega el contacto a WhatsApp. “Pides y te la van a dejar a la casa”, agrega.
Únicamente si Facebook recibe una denuncia de la autoridad cierra estos grupos dedicados a la venta de H, marihuana o de cualquier droga en Ecuador, explica la Dinapen.
El Viceministro del interior, Diego Tipán, asegura que en 2018 se desarticularon 166 organizaciones delictivas y una parte de éstas (sin precisar el número exacto) vendía drogas en internet. “Sí se hace vigilancia en la Red y todas las personas pueden denunciar los casos llamando a la línea 1-800 delito”.
Para Tipán, los microtraficantes online son solo una parte marginal y reemplazable en la cadena de venta de estupefacientes, “nuestra meta es desmontar organizaciones criminales, no perseguir el canal donde se vende”.
La H, una droga barata pero con tratamiento costoso
Más de USD 700 al mes cuesta un centro privado de adicciones en Guayaquil. En Ecuador solo hay cuatro centros públicos de recuperación de drogas.
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