José Silva, el transportista que fue seducido por los vehículos eléctricos
José Silva llegó a la cooperativa Saucinc en 2002 y en 2008 compró la mayoría de acciones. En la foto junto al primer bus eléctrico que adquirió la empresa.
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José Silva se considera un visionario en el negocio de la transportación. En octubre, mientras el país estaba en caos por el paro de transportistas, los buses eléctricos rodaban sin problemas en Guayaquil.
Silva es propietario de la cooperativa Saucinc, cuyos conductores no salieron a protestar por la eliminación de los subsidios al diésel o gasolina Extra.
La idea de cambiar las unidades de diésel por buses eléctricos inició en 2014. Ese año, Silva vio el documental del exvicepresidente norteamericano, Al Gore, Una verdad incómoda sobre la contaminación generada por el transporte.
Fue entonces que Silva entendió: "los subsidios a los combustibles no van a durar toda la vida. El transporte eléctrico nos protegerá".
Un camino que tomó cinco años
Silva dice que golpeó varias puertas de proveedores de autos eléctricos desde 2014. Ninguno lo tomó en serio porque el valor del pasaje (USD 0,25) no cubriría la inversión.
Un bus eléctrico cuesta hasta USD 400.000, mientras que uno de diésel no supera los USD 150.000.
En 2016 y través de Facebook, Silva contactó a la multinacional china BYD, logrando su interés. Luego se reunió con la Agencia de Tránsito Municipal (ATM).
Hicieron varias encuestas a los ciudadanos sobre la tarifa de transporte y logró subir el valor a USD 0,35 a cambio de un mejor servicio.
Finamente, consiguió un crédito en la Corporación Financiera Nacional (CFN) a 15 años plazo. Con el préstamo financió su inversión. Cinco años después, en marzo de 2019 comenzó a operar la flota de unidades eléctricas.
Silva asegura que la movilidad eléctrica beneficia a todos. "Primero se deja de consumir combustible fósil y es un ahorro para el Estado en el subsidio al diésel".
Según el Ministerio de Finanzas, Ecuador ha invertido cerca de USD 40.000 millones en subsidios a los combustibles en la última década.
Otras innovaciones en Saucinc
A la oficina de Silva, ubicada en Sauces (norte de Guayaquil), llegan otros transportistas a pedir consejo. Quieren saber cómo logró ordenar las cuentas de la cooperativa que maneja desde 2008.
La compañía de transporte Saucinc está registrada en la Superintendencia de Compañías y entrega dividendos a sus 10 accionistas. En 2018 reportó ingresos por más de USD 852.000.
Además, la empresa tiene a sus 28 choferes afiliados al Seguro Social, un derecho poco usual en el negocio de la transportación.
Bajo las riendas de Silva, Saucinc incluyó equipos GPS en los buses para saber si había excesos de velocidad o desvíos en las rutas.
A través de los GPS, abolió el sistema de marcar tarjeta, una práctica que provoca que las unidades vayan a toda velocidad con el fin de evitar multas del dueño de la cooperativa.
Y la última innovación será llenar todas las vacantes con choferes mujeres. Por ello, se planifica con el Municipio de Guayaquil un programa para otorgar licencias profesionales a mujeres.
Mientras esto se consigue, Silva dice que sensibilizó a los choferes en equidad de género y mecanismos para evitar el acoso en los buses.
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