Yunda: "Este mes vamos a inaugurar la hora borojó en La Mariscal"

Octubre 2019. Quito vivió una de las jornadas más violentas de los últimos años por las movilizaciones sociales en contra del Gobierno, tras la eliminación del subsidio a los combustibles. El alcalde de la capital, Jorge Yunda, estuvo en el centro de las críticas de una parte de la ciudadanía que reclamaba una presencia más activa del funcionario en defensa de la ciudad.

Yunda recibió a PRIMICIAS en su despacho para hacer una evaluación a los primeros siete meses de administración, su gestión en el paro de octubre y su futuro político.

Yunda no se arrepiente de su actuación durante las movilizaciones de octubre. Una de las pocas apariciones públicas fue en Guayaquil para ser intermediario como representante de la Asociación de Municipalidades del Ecuador (AME) para negociar la posible restitución de los subsidios.

Él asegura que, durante los días de paralización, los servicios municipales funcionaron, al menos dentro de lo posible. Ahora dice que espera que esos actos violentos "nunca más se vuelvan a repetir en la ciudad".

Apenas terminadas esas protestas, Yunda denuncia que "ilustres ciudadanos" y "unos pocos concejales de la ciudad" quisieron sacarlo del puesto o, como él dice, 'serrucharle el piso'. Aunque no da nombres, el alcalde se ratifica en esa posición.

Y, al parecer, no le preocupa mucho porque dice que el trabajo ejecutado hasta el momento le ha permitido subir su popularidad del 22%, con la que inició su gestión, al 52%.

Según el alcalde, el objetivo de algunos concejales para sacarlo del Municipio no significa que tenga problemas al momento de poner en marcha decisiones y acciones para la ciudad. Pero, aclara que ellos tienen que responder a los intereses de sus electores y no a cálculos personales.

Antes de llegar a la alcaldía de la capital, ocupó una curul en la Asamblea como asambleísta de Pichincha, bajo el paraguas de Alianza PAIS, de donde se desvinculó cuando el presidente Lenín Moreno se separó de la línea que manejaba el exmandatario Rafael Correa.

Ahora, Yunda dice que no necesita el respaldo de un partido o movimiento político para seguir en la alcaldía, así como no lo necesitó para promocionar su candidatura.

El funcionario insiste en su discurso de que no es político y que solo está de paso en el Alcaldía, aunque no descarta seguir en la carrera política.

Una ciudad desordenada

Yunda dice que al posesionarse como máxima autoridad de la capital encontró una ciudad sumida en el desorden y con falta de políticas públicas en movilidad, infraestructura y seguridad.

Lo primero que hizo, explica, es ordenar el gasto y el presupuesto para priorizar las necesidades urgentes. Según sus cálculos, el Municipio ha ahorrado USD 23 millones que serán destinados a obras.

Con ese ahorro, sumado a recursos propios del presupuesto apunta a realizar proyectos que "otras administraciones no lo hicieron".

Centro Histórico

El Centro Histórico es uno de los sectores más golpeados por la informalidad, inseguridad y por el desorden.

Su recuperación -para alentar la visita de turistas- empezó a inicios de septiembre cuando la Policía Metropolitana "se tomó" La Marín. El objetivo: impedir el comercio informal.

El alcalde espera ganar terreno en San Roque, El Panecillo, San Diego y La Victoria, barrios insignes del casco colonial.

Para atraer la visita de turistas también tiene previsto implementar la 'hora borojó': restaurantes, centros de diversión, cafeterías y discotecas funcionarán las 24 horas. El plan piloto se ejecutará en la última semana de diciembre en el barrio La Mariscal.

Movilidad

Para el alcalde, Jorge Yunda, la medida de restricción vehicular 'Hoy no circula' ha servido para aliviar el tráfico.

Además, dice que los resultados serán más notorios cuando termine el plan de repavimentación. Lo que sí deja claro es que, por el momento, no habrá cambios, con lo que queda descartado el sistema rotativo de placas.

Con relación a la tarifa para el transporte público, Yunda dice que no superará los USD 0,35, pero que el objetivo principal es reemplazar la flota que opera en la ciudad (alrededor de 3.000 unidades) por buses eléctricos.

Si este proyecto se concreta, la tarifa aumentará, aunque todavía no se ha previsto el posible valor.