La violencia machista apagó el idealismo de Johanna Guayguacundo
A sus 28 años Johanna Guayguacundo fue víctima de femicidio. Su cuerpo fue encontrado la mañana del 2 de febrero en una zanja en el sector de Calderón, en el norte de Quito.
La periodista Johanna Guayguacundo en una de sus primeras coberturas.
Wambra Sapo/Instagram
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El presunto autor del crimen fue su expareja.
Testigos lo ubican junto a la víctima el día del crimen, además contra él pesaba una boleta de auxilio, y una denuncia por violencia psicológica planteada en 2018, según confirmó la Fiscalía mediante un comunicado de prensa.
Johanna es una de las 1.047 mujeres que han sido víctimas de femicidio en Ecuador entre 2014 y 2021, según la Asociación Latinoamericana para el Desarrollo Alternativo.
Pero su familia y amigos no quieren que a Johanna se la recuerde por el crimen, sino por quien fue en vida, por sus proyectos, sus pasiones, sus logros profesionales y por cómo era como hija, hermana y amiga.
"Nos alentaba, nos animaba y motivaba", dicen sus amigas Andrea Arias y Marycruz Martínez. Su hermana Ana insiste, "a Johanna hay que recordarla como una mujer que luchaba".
Esa lucha se plasmó en una vida académica intachable. Logró becas por sus calificaciones en el colegio Fernández Madrid, de Quito, y en la Universidad Central, donde estudió Comunicación Social, dice Marco Guayguacundo, hermano de Johanna.
En el ámbito laboral también destacó prematuramente y fue subdirectora del medio de comunicación independiente Wambra Sapo. Todo eso sin descuidar sus pasatiempos: el maquillaje, el baile y la animación de fiestas infantiles.
"Nosotros nos veíamos como un medio pequeño de estudiantes, pero 'Johu' (como le gustaba que la llamen) nos veía como un medio importante", dice Martínez, jefa de Redacción de Wambra Sapo.
“Con Johu creíamos en un periodismo idealista, en uno que puede cambiar la sociedad”.
Andrea Arias, directora de Wambra Sapo
Johanna coordinaba los temas periodísticos y organizaba a los reporteros, aunque también hacía coberturas.
Sus amigas y colegas, recuerdan uno en particular. Un video que se publicó en marzo de 2019 sobre los perros abandonados que deambulan en la Universidad Central. El video fue uno de los primeros éxitos del medio emergente y fue compartido casi 1.000 veces desde Facebook.
Preocupada por temas sociales
Ese idealismo no se quedó en debates de la sala de redacción. En su afán de visibilizar temas sociales, como la violencia de género o la discriminación, obtuvo una beca de financiamiento para producir un reportaje sobre el transfemicidio en Wambra Sapo.
“Ella se encargó de buscar y contar la historia de una mujer trans que fue violada de niña", detalla su colega y amiga, Andrea Aria.
Otro de los proyectos profesionales de Johanna fue 'Abducidas', un espacio radial que busca generar debate sobre temas como la legalización de la marihuana y los derechos reproductivos, para el que logró un espacio en la radio de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
El programa debía iniciar su transmisión el 7 de febrero de 2022.
Johnna no solo hablaba sobre cambios sociales, sino que los impulsaba. En su último año en la universidad dio talleres de alfabetización mediática a personas de la tercera edad, en la parroquia de Amaguaña, a más de 60 kilómetros de su casa.
Planes pendientes
En el ámbito familiar, Johanna era cariñosa y una hija abnegada. "Le decía a mi mami: Voy a trabajar muy duro por usted, para que nada le falte", dice su hermana Ana, con la voz entrecortada.
Amaba a sus siete sobrinos y Benito, su french poodle de cuatro años. A los pequeños "les motivaba y les decía que deben luchar para alcanzar sus metas y sus sueños".
Una de sus últimas proezas fue conseguir un ukelele, pues su sobrina de 10 años le había dicho que le interesaba aprender el instrumento.
El esfuerzo de la búsqueda no llegó a materializarse, porque la compra estaba planificada para esta semana. La semana en la que fue asesinada.
El mensaje que nunca llegó
Johanna fue encontrada en una zanja en Calderón, con signos de asfixia por estrangulamiento, la mañana del miércoles 2 de febrero de 2022.
Fue el día anterior la última vez que alguien la vio con vida.
En la tarde su amiga Andrea Arias la dejó en una estación de bus en la avenida Naciones Unidas. Se despidieron con la promesa de que se contactara cuando llegue a casa, pero el aviso nunca llegó.
El pedido no era raro, pues la joven ya había sido víctima de violencia en otras ocasiones por su expareja, quien fue detenido por la Policía y según reportes de prensa, se declaró culpable.
Según la Fiscalía, un testigo vio como el agresor golpeaba a la joven el día que se cometió el crimen. Nadie hizo nada.
Hace un año Johanna trató de poner una denuncia por violencia de género, pero en la Unidad de Flagrancia le dijeron que no podía hacerlo porque la agresión había ocurrido el día anterior. Además, dicen sus amigas, le condicionaron que la denuncia debía hacerse frente al agresor.
La Fiscalía anunció verificará las actuaciones fiscales que se habrían realizado en torno a este caso.
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