Inmigrantes LGBTI son las víctimas olvidadas de la pandemia
Muchos de los integrantes de esta comunidad no tienen acceso al bono de emergencia ni a los kits de alimentos. Los inmigrantes pertenecientes a minorías son los más vulnerables.
Ilustración de una pareja de chicas LGTBI,
Diego Corrales / Primicias
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Andrea llegó a Ecuador a mediados de 2018. Huyó de Venezuela por la grave crisis económica que atraviesa su país y por la falta de oportunidades laborales.
No sabe ni leer ni escribir y su vida ha estado llena de violencia. Desde pequeña vivió en las calles de Caracas, en donde fue víctima de abuso sexual, en ocasiones no tuvo otra opción que vivir de la prostitución.
Fue ahí cuando se contagió de VIH y ese fue el inició de la época más tormentosa de su vida: no tenía acceso a tratamientos antirretrovirales para detener el avance de la enfermedad.
La desesperación la obligó a dejar su país y, con dificultades, llegó a Ecuador. Se radicó en el populoso barrio de La Ferroviaria, ubicado en el sur de Quito.
La venta de caramelos ha sido su fuente de ingresos, pues en la ciudad no tiene amigos ni familiares. El Ministerio de Salud le entregaba medicamentos para controlar el VIH.
Cuando creía que había alcanzado la estabilidad emocional y en parte económica, la pandemia del coronavirus cambió su vida.
No puede trabajar por las restricciones de movilidad y tampoco puede salir porque su sistema inmune está deprimido, lo que la hace vulnerable a un contagio de Covid-19.
La falta de ingresos económicos ha impedido que pueda comprar alimentos, pagar los servicios básicos y el arriendo.
Los programas sociales que el Gobierno implementó para 950.000 personas que viven en sectores vulnerables -bono emergente de USD 120 y kits de alimentos- no han llegado hasta el humilde cuarto en el que vive Andrea.
Daniel Regalado, presidente de la Asociación de Venezolanos de Ecuador, dice que los inmigrantes no siempre reciben ayuda de las entidades públicas y menos aún si son parte de la comunidad LGBTI.
"Generalmente son personas solas y creemos que la prioridad del Gobierno es atender las necesidades de las familias".
Efraín Soria, director de la Fundación Equidad, organización que vela por los derechos de las personas LGBTI, dice que el trabajo de las organizaciones sociales ha sido la única ayuda que llega a los miembros de esa población.
"La discriminación hacia la comunidad LGBTI también se ha evidenciado en esta crisis sanitaria y la ha vuelto más vulnerable".
Efraín Soria, Fundación Equidad
Andrea ha recibido alimentos de la Fundación Equidad en dos ocasiones. La comida le ha servido para calmar el hambre durante ocho días de los 61 que llevan las medidas de aislamiento en Ecuador.
Dice que algunos días no ha comido por la falta de alimentos, pero que en otras ocasiones ha recibido donaciones de sus vecinos.
Andrea espera que la pandemia termine para salir a vender caramelos en las calles, ganar algo de dinero y pagar los dos meses de arriendo que le debe a su casero. Ella no quiere regresar a Venezuela.
La xenofobia
Carolina y Priscila son una pareja colombiana que llegó a Ecuador huyendo del conflicto armado en el vecino país.
Arriendan un cuarto en el norte de Quito. Allí viven con sus hijos: dos de cada una. En total son seis personas.
Esta familia ha sido víctima de xenofobia y homofobia por parte de sus vecinos durante la pandemia. Su casero, incluso, les ha cortado el servicio de agua en tres ocasiones.
Temen denunciarlo porque no tienen dinero para arrendar un departamento más grande y porque -dice Carolina- "al menos tenemos un techo para pasar la noche".
Agrega que "muchas personas nos han insultado porque somos extranjeros. Nos dicen que les hemos quitado sus trabajos, pero no saben que nosotros tampoco tenemos un empleo ni dinero para vivir dignamente".
Carolina dice que no han recibido ayuda del Gobierno ni de entidades municipales. "Organizaciones civiles nos han regalado comida para que los niños no pasen hambre, pero siempre hace falta".
El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) entrega kits alimenticios a los sectores vulnerables. Sin embargo, no existe una política específica para atender a la comunidad LGBTI y mucho menos si es extranjera.
Fabrizio Zabala, coordinador del MIES, dice que "la entrega de alimentos es para todas las personas, sin distinción de la nacionalidad porque la pandemia ha afectado a todos".
Los bonos de emergencia, en cambio, están dirigidos a personas ecuatorianas que son parte de la Unidad del Registro Social.
Efraín Soria dice que han solicitado al Gobierno la creación de protocolos de atención para la comunidad LGBTI sin que hasta el momento haya una respuesta que permita cambiar la realidad de un sector que históricamente ha sido víctima de la exclusión.
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