La industria de la moda encuentra opciones para sobrevivir a la pandemia
La crisis económica derivada de la pandemia ha afectado a casi todos los sectores productivos. El sector textil y de la moda busca alternativas para sobrevivir a esta crisis: la confección de mascarillas estampadas y prendas con tela antifluido emergen como las primeras opciones.
Imagen referencial de cuatro marcas en Ecuador que apostaron por confeccionar mascarillas y trajes de bioseguridad con distintos diseños.
PRIMICIAS
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Las casas de alta costura Louis Vuitton o Fendi fueron las primeras en reinventar las mascarillas, aquel accesorio tan apreciado gracias a la pandemia. Cambiaron el color blanco convencional por diseños estampados y logos de las marcas.
Pero las alternativas de moda no se limitan a la confección de mascarillas con telas y filtros antibacteriales. Los trajes protectores elaborados con textiles reciclados y antifluidos ganan espacio.
Estas telas poseen un acabado protector, que repele líquidos o salpicaduras. Por esta razón estos trajes son usados por médicos y personal de salud.
Los diseñadores y marcas en Ecuador también intentan sumarse a esta tendencia. PRIMICIAS ha encontrado las historias de algunos negocios que buscan reinventarse para adaptarse a estas necesidades.
Pinto empezó apenas iniciada la cuarentena
Pinto tiene más de 100 años de historia en Ecuador y por ello dejar morir la marca por el confinamiento no era una opción. “Una semana después que ordenaron la cuarentena comenzamos a fabricar tapabocas”, cuenta María José Pinto, gerente de producción de la empresa.
La marca se adaptó rápido y en abril lanzó una línea de ropa deportiva y casual, hecha con tela antifluido y bajo medidas de protección sanitaria en toda la cadena de producción.
En la tiendas físicas y en el portal web de la marca se encuentran capuchas de protección y pantalones para combinar estas prendas. Además hay 15 diseños de tapabocas.
Todo lo producido por Pinto se confecciona en su planta de Otavalo (Imbabura), donde laboran 110 personas, la mayoría mujeres.
Según María José Pinto, esta reinvención les ayudó para mantener intacta la plantilla de trabajadores. “Al inicio el 80% de lo que vendíamos era ropa antifluido y la aceptación ha sido excelente”, agrega.
Alta costura ecuatoriana
Los vestidos de Mónica Campaña son un sello visible de muchas celebraciones y matrimonios en Guayaquil. Pero con la pandemia los eventos masivos fueron cancelados.
Campaña no cerró por completo y se aventuró a usar la antigua máquina de coser de su suegra, para confeccionar mascarillas con telas estampadas. Las primeras 200 unidades fueron donadas a la fundación de Karla Morales.
Fue así que inició la línea MC Protective Wear que incluye 10 prendas. “El primero paso fue buscar la tela más idónea para la producción”, expresa Juan Andrés Ochoa, gerente de la marca.
Como el estilo evoluciona, la marca acaba de estrenar un nuevo diseño de chaqueta casual y que se ha convertido es su producto estrella. “Este tipo de ropa responde a una necesidad sana a la gente de sentirse bien en medio de la pandemia”, agrega Ochoa.
La reinvención de las mascarillas
Nancy Pelosi, senadora demócrata y presidenta del Congreso en Estados Unidos, es un ejemplo de aún en cuarentena se puede no descuidar la moda. Ella combina sus trajes de tipo sastre con sus mascarillas en cada aparición pública.
En Ecuador otras personalidades públicas han hecho algo parecido como Claudia Salem, esposa del vicepresidente Otto Sonnenholzner. Ella usa mascarillas hechas de tela antifluido y con coloridos estampados.
La diseñadora Florencia Dávalos, quien tiene un estudio en Quito, ha dedicado sus esfuerzos a la confección de mascarillas multifuncionales. Son tapabocas que incluyen cintas de satín para el cabello, que además se pueden sacar y usar como accesorio en bolsos y carteras.
“Nos demoramos un poco en sacar la colección porque buscábamos la tela perfecta hasta que la encontramos”, dice Dávalos, quien importa el material desde Colombia.
Según Dávalos, este accesorio está hecho con tela antifluido libre de químicos y tiene dos filtros que no dejan pasar el agua.
Bertha Serrano es otra joven diseñadora que reinventó su colección tras la pandemia. En su tienda Fulgore, ubicada en Guayaquil, hay una nueva sección dedicada a sus mascarillas multicolores.
Serrano ha creado también una línea de visores con tela antifluido, que pueden combinarse con los tapabocas, según el color.
Entre los diseños también hay un diminuto bolso, hecho de materiales antifluidos, que al extenderse se convierte en una mochila.
Estos son solo ejemplos de que la reinvención forzada por la pandemia ha encontrado también alternativas creativas que no descuidan la moda.
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