Illolán, el recinto de Pichincha que no sufre por los apagones de luz
En el recinto Illolán, ubicado en la parroquia Tandapi de Pichincha, viven unas 30 familias. Desde hace un mes no tienen que lidiar con los apagones de luz que soporta el país. Sus casas tienen paneles solares.
Luis Redroban (izquierda) junto al panel solar de su vivienda, el 16 de noviembre de 2023.
Jonathan Machado / Primicias
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Illolán es un pequeño recinto enclavado en el bosque que rodea la vía Aloag-Santo Domingo, en la parroquia Tandapi de la provincia de Pichincha.
Sus 30 familias viven en una zona en la que parecería que no hay nada más que miles de insectos, plantas y árboles de más de cinco metros de altura, que en algo sofocan los 30 grados que castigan durante la mayor parte del día.
El ingreso a Illolán se encuentra en el kilómetro 35 de la vía, una de las más importantes del país, pues es el paso que conecta la Costa con la Sierra.
Las primeras viviendas aparecen tras recorrer en vehículo algo más de 40 minutos sobre un camino de tercer orden, con baches, piedras, troncos y charcos.
En medio de la situación de pobreza que enfrentan los habitantes de Illolán, los apagones que enfrenta el país se han convertido en un dolor de cabeza menos con el que no deben lidiar a diario.
Desde inicios de noviembre de 2023, la Empresa Eléctrica Quito (EEQ) ha instalado paneles solares en las viviendas de la zona para que "tengan una vivienda algo más digna", dice Milton Balseca, director de Energías Renovables y Eficiencia Energética de la EEQ.
Según el funcionario, la entidad ya ha colocado 700 paneles en sus 15.000 kilómetros de área que están bajo su administración.
Este territorio incluye gran parte de la provincia de Pichincha y algunas zonas de Napo, Esmeraldas, Cotopaxi y Santo Domingo de los Tsáchilas.
Uno de los beneficiarios de este proyecto es Luis Redroban, y su esposa, quienes viven en illolán desde hace 36 años.
"La vida es una con luz y otra sin luz. Ahora podemos ver la televisión, utilizar la licuadora y leer la Biblia a cualquier hora, así hayan apagones", dice.
Hasta antes que tuvieran este servicio, esta pareja dormía desde las 18:00, pues pasada esa hora ya no había nada que hacer.
La fabricación de quesos, una de sus fuentes de ingresos, se ha facilitado porque algunos procesos que los hacían a mano ahora los hacen en licuadora.
"Solo salimos del recinto una vez a la semana a vender los quesos y a hacer algo de compras. Los otros seis días pasamos en la casa, cuidamos las vacas y los otros animales", relata mientras come un pedazo grande de queso con jugo de naranjilla hecho con su licuadora.
A 15 minutos de distancia, y junto al río sin nombre que cruza el recinto, aparece la casa de Guido Castillo, otro habitante de Illolán.
En su pequeña casa de madera, que construyó sobre una piedra gigante, dice que los paneles solares ahora le permiten tener luz en su dormitorio, sala y cocina.
"Voy a empezar un negocio para vender truchas a las empresas de Santo Domingo. En este negocio se necesita luz a toda hora para ver cómo están los peces", explica.
Castillo calcula que en marzo de 2024 tendrá lista la primera cosecha con la ayuda de la luz solar.
Así funcionan los paneles solares
Este sistema de luz alternativo está compuesto por tres elementos: dos paneles de 200 vatios pico, un transformador de energía y una batería.
Milton Balseca, de la EEQ, explica que los paneles son elaborados con sílice. Un compuesto que tiene la capacidad para captar la luz solar y transformarla en energía, gracias al movimiento de protones.
Agrega que "esa energía llega al transformador a través de cualquier tipo de cable. Lo que hace el transformador es cambiar la energía continua a energía corriente para que pueda ser utilizada por los usuarios".
Mientras que la batería ahorra la energía del día para usarla en la noche.
"Cada sistema cuesta alrededor de USD 2.000. Los beneficiarios reciben focos LED de 12 voltios", detalla.
Y explica que el sistema permite que los clientes puedan utilizar una televisión, licuadora, focos y una refrigeradora pequeña sin sufrir por los apagones.
Además, dice que estos usuarios, al no consumir megavatios, pagan la planilla por días de consumo. "Ellos están dentro de la tarifa de la dignidad. Pagan entre USD 3 y USD 3,50 mensuales para que el proyecto sea sustentable", puntualiza.
Ampliar el uso de paneles solares
El último Censo de Población y Vivienda muestra que en el país hay alrededor de 165.000 viviendas sin acceso a luz eléctrica.
La EEQ cree que en algunas de ellas se podría instalar paneles solares para mejorar su calidad de vida, sobre todo época de apagones.
"Una opción es que esta competencia pase a manos de entidades privadas y que ellas se encarguen de la instalación y del cobro de la tarifa", dice Milton Balseca, de la EEQ.
Cree que el proyecto podría funcionar con menores costos en zonas de la Amazonía, donde existe la cobertura más baja y hay comunidades enteras sin el servicio.
En el cantón Taisha, por ejemplo, apenas el 56,8% de su población tiene luz eléctrica, lo que lo convierte en el cantón con el peor indicador.
Se suman otros cantones como Tiwintza, Arajuno, Aguarico y Logroño, en los que más del 26% de sus habitantes no tienen el servicio
Balseca considera que los paneles solares serían una buena alternativa, sobre todo porque el pago de la tarifa es mínimo.
Según el funcionario, la EEQ tiene previsto plantear la iniciativa al gobierno de Daniel Noboa para encontrar la mejor estrategia para su implementación.
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