11 hospitales y clínicas privadas dejarán de recibir pacientes derivados del IESS
El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y el Ministerio de Salud deben USD 380 millones a 66 casas de salud privadas, según la Asociación Nacional de Clínicas y Hospitales Privados del Ecuador.
Un hombre es atendido por un médico del Hospital Quito Sur, el 10 de enero de 2022.
Hospital Quito Sur
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La millonaria deuda que mantienen el Ministerio de Salud y el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) con las clínicas y hospitales privados tiene consecuencias para los pacientes que son derivados desde el sistema público.
En entrevista con PRIMICIAS, la directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Clínicas y Hospitales Privados del Ecuador (Achpe), Ana Delgado, dice que 11 hospitales y clínicas privadas dejarán de recibir a pacientes derivados del IESS.
Esto luego de que, según Delgado, los directivos del IESS le hayan admitido que no hay recursos para pagar las atenciones que reciben los pacientes en las casas de salud privadas.
¿Cuál es la deuda que mantiene el Ministerio de Salud y el IESS con los hospitales y clínicas privadas?
Calcular la deuda que mantienen las dos instituciones con los 66 hospitales y clínicas que son parte de la asociación es complicado, pues son sumas altas que van variando mes a mes, dependiendo del número de atenciones.
El último levantamiento de información nos dice que hasta febrero de 2022 la deuda del IESS era de USD 240 millones. A inicios de ese mes hicieron un pago de 16 millones, es decir, solo el 7% del total.
Sin embargo, la deuda sigue incrementándose y hasta finales e inicios de abril, el monto ya es de USD 265 millones.
La realidad con el Ministerio de Salud es otra. Hasta enero, el monto que adeudaba era de USD 126 millones y pagaron un monto importante de USD 31 millones, que es casi el 25%, entre febrero y marzo.
La deuda, en ese entonces, quedó en USD 95 millones, a los que hay que sumar USD 20 millones porque paralelamente se deben contabilizar los servicios prestados en febrero y marzo. En total, el monto son USD 115 millones, sin tomar en cuenta la facturación de abril.
Detallo estas cantidades porque las entidades estatales suelen decir que sí pagan al sector privado, pero se olvidan es que las deudas siguen incrementándose por las derivaciones.
¿Las dos instituciones se han comprometido a hacer pagos cada cierto tiempo?
La situación de las dos instituciones es diferente. Por ejemplo, el Ministerio de Salud ha tomado la precaución de presupuestar USD 450 millones para pagar a los prestadores privados de salud.
El problema es que Salud depende de las asignaciones del Ministerio de Finanzas y no sabemos si este último va a cumplir, porque desde abril de 2022 ya no se han hecho pagos.
Nosotros le pedimos al presidente Guillermo Lasso que tome en cuenta esta situación porque si no hay pagos, tenemos dificultad para atender a los pacientes.
Con el IESS el problema es más grande, porque dependen de su propia gestión y nos han dicho que no tienen recursos.
Una de las salidas que plantean sus autoridades es disminuir el número de derivaciones. Yo les he dicho ¿Cómo van a hacer eso si sus hospitales no cuentan con los medicamentos ni con los insumos que necesitan los pacientes?
Además, no hay que olvidar que los recursos también sirven para que los hospitales y clínicas tengan los equipos, laboratorios, quirófanos y medicinas necesarios para los pacientes.
¿Cuántas derivaciones han hecho el Ministerio de Salud y el IESS?
Esa información no la tenemos. Hace muchos años he pedido esa información al Ministerio de Salud y al IESS, pero voy a volver a intentarlo para ver si nos pueden entregar.
¿No han recopilado de las propias clínicas y hospitales?
Tampoco. Se trata de un trabajo gigante y nos hemos concentrado en reunir la información de la deuda, pues solo en esta tarea nos demoramos más de un mes.
¿Han tenido acercamiento con las dos instituciones para buscar alguna solución?
Sí, con el IESS nos hemos reunido en varias ocasiones. Ellos insisten en que están pasando por una situación difícil. El presidente del Consejo Directivo, Francisco Cepeda, dice que 2021 terminó con un déficit de USD 236 millones y que en 2022 será de USD 566 millones.
Lo que el IESS está esperando es que el Gobierno les devuelva el IVA para que puedan pagar unos USD 10 millones a los prestadores de salud privados, pero nosotros destinamos más de USD 20 millones mensuales para atender a sus pacientes.
Al final, la conclusión es que la deuda que el IESS arrastra se sigue represando y suma nuevos montos.
La solución es que el Gobierno le pague algo de la deuda que tiene para evitar que las cirugías y las citas médicas en sus hospitales se sigan represando y que las clínicas privadas puedan seguir recibiendo derivaciones.
El problema es que no hay ninguna certeza de que cuenten con recursos para pagar.
¿Qué acciones piensan tomar para que el Ministerio de Salud y el IESS paguen?
Con el Ministerio de Salud esperamos tener buenas noticias en mayo cuando el Ministerio de Finanzas le transfiera los recursos.
Al presidente del IESS le dije que hay un número importante de entidades que ya no van a firmar el convenio para recibir a sus pacientes, salvo que sean emergencias porque la ley les obliga a atender esos casos.
Hay otros hospitales, como el San Juan de Dios de Quito, que le han dicho formalmente al IESS que les informe a qué lugar deben enviar a las personas que llegan por las derivaciones.
Son cerca de 70 personas de la tercera edad y otros que sufren de adicciones que reciben esa atención especializada, que es escasa en el país.
¿Cuántas clínicas y hospitales no han firmado el convenio con el IESS?
Son 11 entidades. No le puedo decir los nombres, pero son 11 clínicas y hospitales que ya no recibirán a los pacientes del IESS. A esas hay que sumar a la Clínica El Batán, de Quito, que desde hace un mes dejó de atender a las personas que eran derivadas del IESS.
¿Cuál va a ser la posición de la asociación de aquí en adelante?
El 25 de mayo vamos a tener una reunión con las autoridades del IESS para analizar la situación y buscar soluciones a corto, mediano y largo plazo, porque el problema de la salud en el país radica en la forma en la que está funcionando el sistema en su totalidad.
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