La 'maldición' del antiguo hospital San Lázaro de Quito
La estructura del hospital San Lázaro está deteriorada. Según el Municipio, el sector hotelero se ha mostrado interesado en este inmueble patrimonial, pero las propuestas no se formalizan. Está olvidado y hasta se intentó incendiarlo.
La puerta del hospital fue incendiada la madrugada del 14 de febrero de 2023.
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Al antiguo hospital San Lázaro, situado en el centro de Quito, lo llamaban el hospicio de los pobres. Durante años acogió a enfermos, huérfanos y gente de la calle.
La madrugada del 14 de febrero de 2023, gente de la calle incendió una puerta de aquel inmueble patrimonial y dañó el acceso a la capilla central.
Pero eso solo evidenció la situación crítica de la antigua estructura, también consumida por el olvido y una 'maldición' que empeora su estado.
Su historia empieza así.
Cuando llegaron los jesuitas a Quito, en 1585, ocuparon aquel terreno donde hoy se erige el antiguo hospital San Lázaro, en la calle Ambato.
Años después, en 1767, los jesuitas fueron expulsados y surgió la idea de crear un sitio para albergar desvalidos, enfermos, entre otros, relata el historiador Patricio Guerra.
Y así se construyó el hospicio, cuyo nombre era Jesús, José y María, como la Sagrada Familia. En aquel entonces se atendía, sobre todo, a niños expósitos.
Según Guerra, estos niños eran abandonados en las puertas de los conventos porque los padres no los podían criar.
Por eso, y al contrario de lo que se pensaba que allí solo atendían enfermos, el historiador señala que era -incluso- orfanato. Por supuesto, también brindaban ayuda a los leprosos y personas con enfermedades mentales.
Recuerda Guerra que, en 1812, el director del lugar, Juan Pablo Arévalo, murió tras contagiarse de lepra. Además, allí funcionaba un cuartel, que posteriormente dejó las instalaciones por el peligro de que los soldados contrajeran enfermedades.
Ya en el siglo XIX, el hospicio toma el nombre de San Lázaro, tras la intervención de algunos presidentes del Ecuador, sobre todo Gabriel García Moreno, quien trajo al país a las hermanas de la caridad, detalla el historiador.
En la época de la República se incorporó una sección psiquiátrica, por lo cual, a partir de ese momento se le conoce popularmente como el hospital psiquiátrico San Lázaro, que funcionó en esas instalaciones hasta la primera década del siglo XXI.
Cuando la ciudad comenzó a expandirse tras la llegada del tren, los enfermos fueron trasladados a Pifo, a un lugar llamado El Lazareto de Pifo.
"En algunos documentos se describe que, para que nadie viera lo deprimente de la situación, el traslado lo hicieron en la noche. Las personas se encontraban en un estado calamitoso", dice.
Mientras, las obras de arte fueron llevadas a la reserva del Centro Cultural Metropolitano.
El inmueble fue adquirido por el Municipio de Quito en 1989 mediante declaratoria de utilidad pública por el alcalde Rodrigo Paz Delgado y las comisiones de Centro Histórico y de Expropiaciones, Remates y Avalúos, con datos de escritura de 13.300 metros cuadrados de terreno y 13.259 metros cuadrados de construcción.
Una propiedad deteriorada
En 2013, el Concejo Metropolitano de Quito autorizó la entrega del inmueble en comodato a favor de la Universidad de las Américas (UDLA), por un plazo de 25 años. Se iniciaron las obras de restauración en la propiedad.
Sin embargo, por solicitud de la propia institución, el comodato fue revertido en 2016.
En un informe enviado a PRIMICIAS, el Municipio asegura que el "estado general del inmueble es regular" y que la capilla central, cuya entrada se incendió en esta semana, es el espacio mejor conservado.
La propiedad está bajo custodia de Bienes Inmuebles. PRIMICIAS solicitó el 26 de enero de 2023, mediante una carta -porque así se lo requirió-, la autorización para ingresar al lugar y también una entrevista con el director, Carlos Yépez.
Hasta la redacción del presente artículo, no hubo respuesta.
Sin embargo, el exdirector de Bienes Inmuebles, José Vaca Jones, reveló que el estado del inmueble es "bastante malo". Se inició una restauración parcial que nunca concluyó y aseguró que hubo "intervenciones invasivas desde el punto de vista técnico".
No solo eso. Las edificaciones modernas no patrimoniales situadas en la parte alta (sur del predio) están siendo utilizadas como "bodegas de diferentes instituciones".
Dijo también que las cubiertas, fachadas y estructura están deterioradas.
En 2022, el Instituto Metropolitano de Patrimonio hizo un "adecentamiento y mantenimiento" de los muros perimetrales de cerramiento.
Cómo sacarla del olvido
Según el Municipio, el inmueble ha sido motivo de interés por parte del sector privado y hotelero; sin embargo, la inversión que requeriría la infraestructura es "bastante alta", por lo que ninguna propuesta se ha llegado a formalizar.
Vaca señaló que recuperar el espacio podría costar entre USD 15 y 25 millones.
Existe también otro factor que aleja a las inversiones: La complejidad del barrio. Patricio Guerra, el historiador, dijo que es un sitio que socialmente no está saneado. Es decir, hay delincuencia e inseguridad.
Para Vaca, es urgente establecer el destino de esta propiedad. Podría apuntar al sector turístico, pero también a recuperar el espacio para oficinas municipales y así reducir los arriendos de las instituciones que se encuentran en el norte de la capital.
Recientemente, hubo un recorrido con delegados de la Universidad Central del Ecuador, quienes presentaron interés en la propiedad para la creación de carreras técnicas.
Pero no se ha formalizado ninguna petición. Y nada rompe aún con la maldición de ese lugar histórico de la ciudad.
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