41% de hogares ecuatorianos tiene dificultad para conseguir alimentos
Un estudio de la Universidad Católica del Ecuador señala que en el 56% de los hogares donde viven niños, uno de sus integrantes sufrió la pérdida de empleo.
Un hombre y su hijo piden dinero en las calles del Centro Histórico de Quito, el 11 de marzo de 2020.
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Una de las consecuencias que deja el Covid-19 es la imposibilidad que tienen las personas para acceder a una alimentación adecuada.
En Ecuador, este problema impacta al 41% de los hogares. Así lo revela un estudio de la Universidad Católica del Ecuador que se realizó en 1.800 familias entre enero y febrero de 2021.
"Los indicadores muestran que los grupos vulnerables son los más golpeados por la pandemia", dice Pablo Samaniego, docente a cargo del estudio.
Y esto se refleja en la pérdida del empleo. El estudio detalla que al menos uno de los miembros del 48% de los hogares encuestados perdieron el empleo. Pero ese porcentaje se incrementa al 56% en los hogares en los que viven niños.
Esto deriva en la disminución de ingresos. "El 70% de las familias reconoce que sus ingresos han sufrido una reducción", agrega Samaniego.
Por otra parte, el estudio también destaca que la reducción de horas trabajadas provoca que las personas tengan menor poder adquisitivo.
Según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), entre diciembre de 2019 y el mismo mes de 2020, el número de horas trabajadas por los hombres cayó de 40 a 36 por semana.
En el caso de las mujeres pasaron de 34 a 31.
Samaniego prevé que las consecuencias de estas cifras se verán en el corto y mediano plazo. "Es posible que se observe un aumento de la mendicidad, derivada de la incapacidad de las familias para pagar una vivienda y para conseguir alimentos", alerta.
Peor que antes
El 68% de los hogares considera que su situación empeoró desde la llegada del Covid-19. Mientras que solo el 19% asegura que está mejor.
Samaniego explica que dentro de ese 68%, la mayoría son familias que vivían con ingresos inferiores al salario básico unificado (USD 400).
Estas cifras coinciden con las estadísticas del INEC. Según la entidad, la pobreza pasó del 25% en 2019 al 34,5% en 2020. Esto significa que una tercera parte de los ecuatorianos vive en situación de pobreza.
La pobreza extrema también aumentó en el mismo período. El índice se incrementó en seis puntos: pasó de 8,9% a 14,9%.
En este contexto, el informe señala que las familias en situación de pobreza son las que tendrán mayores dificultades para salir de la crisis.
¿Ayudas temporales?
El Gobierno destina USD 1.463 millones para cubrir bonos y pensiones de más de tres millones de personas en situación de vulnerabilidad.
De este universo, 1,8 millones de personas son nuevos beneficiarios.
Estas personas reciben transferencias directas, a través de cuatro ayudas: bono de Protección Familiar, de Apoyo Nutricional, bono a familias pobres de la provincia de Galápagos y una ayuda de contingencia por contracción económica.
Por ello, el profesor Pablo Samaniego considera que estas transferencias sirven para paliar los golpes de la pandemia. Aunque aclara que deben focalizarse mejor.
En tanto que el catedrático de la Escuela de Negocios de la Universidad de las Américas, Fidel Jaramillo, concuerda con Samaniego. Opina que las transferencias ayudan a segmentos vulnerables de la población.
Sin embargo, dice que la continuidad de esta política dependerá de la disponibilidad de recursos que tenga el próximo gobierno.
"Es posible que estas ayudas vayan reduciéndose si la situación económica del país no mejora", advierte Jaramillo.
Panorama desalentador
El panorama para el medio y largo plazo es desalentador, según los economistas Pablo Samaniego y Fidel Jaramillo.
Samaniego señala que en el mercado existe una gran competencia entre las personas que aspiran a conseguir un empleo.
Por eso cree que muchos se mantendrán en el desempleo y "posiblemente seguirán en el sector informal o pasarán a la extrema pobreza".
Mientras que Jaramillo afirma que la situación puede cambiar si el próximo gobierno impulsa el desarrollo de las empresas. Menciona a las pequeñas y medianas que tienen la capacidad para exportar sus productos a nuevos mercados.
"Si estas empresas crecen es muy posible que brinden empleo a quienes hoy no tienen trabajo".
Fidel Jaramillo.
Además, considera posible que los pequeños emprendimientos que ayudan a que las personas produzcan ingresos para satisfacer sus necesidades básicas continúen en aumento.
Por ejemplo -dice- negocios de venta de productos a domicilio que han tenido un auge durante la pandemia.
Y cree que es fundamental la creación de alianzas público-privadas para dinamizar la economía.
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