El Ejecutivo pide intervención de la Iglesia católica por crisis carcelaria
La Iglesia católica ha sido mediadora en conflictos en Nicaragua, Colombia e incluso en Ecuador, durante las movilizaciones de octubre de 2019.
Operativo policial en la Penitenciaría del Litoral, el 24 de agosto de 2021.
Policía Nacional
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Octubre de 2019, Quito estaba sitiada por miles de manifestantes que se unieron al llamado de la Conaie para reclamar en las calles el alza en el precio de los combustibles decretada por el Gobierno de Lenin Moreno.
La protesta se replicó en varias ciudades. Al bloqueo de vías se sumaron algunos saqueos a comercios y enfrentamientos con la Policía, mientras el Gobierno y la Conaie endurecían su discurso.
Cuando todo parecía llegar a un punto de no retorno, la Conferencia Episcopal Ecuatoriana y el Sistema de Naciones Unidas en Ecuador lograron sentar a las partes ante una mesa de negociaciones y, en unas cuantas horas, se desbloquearon vías y los manifestantes levantaron la protesta.
Este caso es el más reciente de la mediación de la Iglesia católica en un conflicto en Ecuador.
Dispuestos al acompañamiento
Ahora, el Gobierno vuelve a tocar las puertas de la Iglesia católica, para lograr su intervención en la crisis carcelaria, que ha dejado más de 250 personas asesinadas en lo que va de 2021.
"Se ha solicitado la intervención de la Iglesia católica y de organizaciones de carácter académico que tienen que ver con el manejo interno de las prisiones".
Alexandra Vela, ministra de Gobierno
El objetivo, dijo en una entrevista en Teleamazonas, es "lograr pacificar el interior de las cárceles".
La iniciativa constituye una variante en la estrategia del Gobierno de Guillermo Lasso, de confesión católica, que decretó el estado de excepción para que policías y militares intenten tomar el control de los centros de detención.
El 22 de octubre, monseñor Luis Cabrera, presidente de la Confederación Episcopal Ecuatoriana, ya hizo una "invitación a promover el diálogo tras la crisis carcelaria y política que vive el país".
En un comunicado, añadió que el "dolor y la preocupación vivida por las muertes sangrientas en las cárceles y calles de nuestras ciudades han enlutado al Ecuador entero".
"Nos comprometemos como Iglesia católica a sostener toda iniciativa que (...) favorezca un Ecuador de paz".
Conferencia Episcopal
"Debemos pensar en la realidad de nuestro país, difícil, compleja, pero con esperanza porque seguimos acompañando en nuestros procesos de pastoral, no solamente a aquellos que acuden a nuestras iglesias, sino a aquellos vulnerables que están en las cárceles", sostiene Giovanni Pazmiño, obispo de la Diócesis de Ambato.
Según datos del INEC, el 91,95% de la población ecuatoriana afirma tener una religión, de los cuales el 80,4% pertenece a la religión Católica, el 11,3% Evangélica, 1,29% Testigos de Jehová y el restante 6,96% pertenecen a otras religiones.
Tejedores de consensos
El papel de la iglesia como mediador no es nueva en América Latina. En Colombia, donde un conflicto armado que duró por décadas cegó más de 200.000 vidas, los religiosos intervinieron durante los enfrentamientos y en la posterior edificación de la paz.
"La Iglesia está llamada a proponer transformaciones en la sociedad, proponer formas de reconstruir las relaciones personales, a la superación de las causas estructurales de los conflictos", explica William Donado, docente de la Universidad de San Buenaventura Cartagena.
Trabajar en las causas estructurales de los desencuentros permitió a la Iglesia católica pacificar a Nicaragua en mayo de 2018, cuando enfrentamientos entre opositores y las fuerzas del Gobierno dejaron un saldo de fatal de 70 muertos.
"Ayudar a la reconciliación, mediante el perdón, y la resolución pacífica de conflictos domésticos, comunales o de barriadas", es, según Donado, el nuevo reto pastoral de la Iglesia.
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