Geraldine Guerra, una activista entre las mujeres más influyentes
Desde hace 20 años, la activista trabaja con organizaciones sociales que velan por los derechos de las mujeres. Actualmente, es presidenta de la Red de Casas de Acogida.
Geraldine Guerra (verde) durante una rueda de prensa, el 16 de septiembre de 2022, en Quito.
Fundación Aldea
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El nombre de Geraldine Guerra ganó relevancia en los últimos días, luego de que la cadena británica BBC la haya escogido como una de las 100 mujeres más influyentes del mundo.
El medio británico asegura que la designación responde a que Guerra "ha defendido los derechos de las mujeres durante más de 17 años". Además, destaca que la activista se especializa en recolectar información para aumentar la visibilidad de los femicidios.
En entrevista con PRIMICIAS, Guerra habla sobre el reconocimiento que recibió y denuncia nuevas formas de violencia que viven las mujeres en el país.
¿Cómo tomó el reconocimiento como mujer influyente?
La primera impresión es de alegría porque se trata de un reconocimiento internacional en el que están mujeres valiosas de todo el mundo.
Sin embargo, también es doloroso porque quiere decir que la violencia femicida todavía nos sigue matando. Significa que hay muchos padres, madres, hijos y hermanos afectados por este crimen.
En lo único que podía pensar era en todas las mujeres que acompañan a las víctimas de violencia, en las mujeres asesinadas y en sus familias.
¿Cómo nace su vinculación con la defensa de los derechos de las mujeres?
Si no estoy mal, llevo 20 años siendo activista por los derechos de las mujeres. El vínculo nació en la universidad cuando fui parte de un grupo de organizaciones sociales que velaba por las mujeres en situación de vulnerabilidad.
Después de ese primer acercamiento, me vinculé a la Corporación Mujer a Mujer y allí pude conversar con las víctimas de violencia y con los equipos que hacían el acompañamiento psicológico y social.
En los últimos 10 años he trabajado con la Red Nacional de Casas de Acogida, que recibe a mujeres que sufren violencia.
Desde 2017, nos volcamos con la Fundación Aldea a levantar información de los femicidios que se cometen en el país para que la gente conozca de cerca este problema.
El objetivo es sensibilizar a la ciudadanía y a las autoridades y que entiendan que el femicidio es el último paso de una escalada de violencia.
¿Cómo evitar que los casos de violencia afecten a quienes trabajan de cerca con este tema?
Es una situación difícil porque esto golpea en el plano personal. Yo decidí mudarme a Mindo en 2015 porque la ciudad me abrumaba.
Aquí, me sano en medio del bosque y del río. Hay días en los que me baño en el río helado para reponerme porque es difícil estar envuelta todo el día en violencia. Esto me ayuda a mi, pero cada persona tiene que encontrar su fórmula.
¿La violencia contra las mujeres se ha incrementado en los últimos años?
Sí, la prevención es un trabajo que debe hacer el Estado. Su incremento tiene que ver con el aumento de la pobreza y de la desigualdad. Muchas mujeres dependen económicamente de sus agresores y así resulta difícil salir de ese círculo de violencia.
Hasta inicios de diciembre se contabilizaron 275 femicidios, una cifra que retrata el horror que vivimos las mujeres en el país. Además, vemos que la justicia no hace su trabajo y aparecen casos de femicidios que la justicia los califica como suicidios. Es inaceptable.
A esto hay que añadir que los transfemicidios no constan en las estadísticas estatales porque cuando asesinan a una de estas personas, los operadores de justicia inscriben su nombre masculino. Es decir, este transfemicidio queda invisibilizado.
¿El Ministerio de la Mujer, anunciado por el presidente Guillermo Lasso, ayudará a reducir los niveles de violencia?
Es muy fácil firmar un papel para la creación de cualquier entidad.
Creemos que es un buen paso del Presidente, pero queremos un ministerio que cuente con recursos suficientes para prevenir la violencia. Necesitamos políticas concretas para que los femicidios no sigan aumentando.
Tenemos una ley para prevenir y erradicar este tipo de violencia que no se aplica por falta de recursos, al igual que el registro único de violencia. El Gobierno deben entender que es mejor invertir en prevención que atender a las víctimas y sus familias.
¿Las víctimas colaterales siguen enfrentando trabas para acceder al bono?
¿Y el acceso a la justicia?
La justicia sigue siendo un calvario para las víctimas que deja el femicidio. Los procesos son revictimizantes y no hay reparación integral para las víctimas. Un cambio que ayudaría mucho es que se pueda juzgar a un femicida aunque esté prófugo.
Por ejemplo, Germán Cáceres debería ser sentenciado como femicida, pero la familia deberá esperar su captura, que no sabemos si se concretará.
El mensaje que emite el sistema de justicia es de impunidad ante los casos de femicidio.
¿Las organizaciones sociales pedirán más cambios a la ley que regula el aborto?
Las organizaciones vamos a seguir alzando la voz. Es una tortura que el Estado obligue a dar a luz a una mujer víctima de violencia sexual. No deben existir plazos ni otro requisito para que estas mujeres puedan acceder a un aborto.
Las mujeres no pueden ser esclavizadas a reproducir hijos y menos de quiénes las agredieron. Hay que recordar que el 70% de las agresiones sexuales que sufren las mujeres son cometidas por hombres de su círculo cercano.
El feminismo ha recibido críticas de personas que dicen que se trata del machismo, pero desde la otra orilla
En la actualidad, con el acceso a la información es mucho más fácil entender temas como el feminismo, su origen y su discurso. El feminismo lo único que busca es la igualdad entre hombres y mujeres.
En la realidad que vive el país frente a la violencia de género, todos deberíamos saber lo que es el feminismo porque existen muchas probabilidades de que una mujer cercana sea víctima de violencia machista.
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