El Niño: Esto fue lo que encontró el buque Orión en el mar de Ecuador
El director de oceanografía y meteorología del Inocar advierte que el fenómeno climático tendrá al menos impactos similares al del primer semestre de 2023, cuando las lluvias causaron estragos en Costa y Sierra. El calentamiento oceánico es de más del doble de inicios de año.
Una expedición científica del buque Orión de la Armada del Ecuador comprobó parámetros oceanográficos de El Niño en el mar ecuatoriano.
Inocar
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El fenómeno de El Niño 2023-2024 provocará al menos impactos similares a los de la etapa lluviosa de inicios de año en Ecuador. Así lo asegura Michael Linthon, director de oceanografía y meteorología del Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada (Inocar).
Se trata de una época lluviosa, la del primer semestre de 2023, que causó inundaciones en Chone (febrero) y Guayaquil (marzo y abril), en la cuenca media y baja del río Daule (abril) o en Esmeraldas (junio); además del enorme deslizamiento de tierra de Alausí (marzo).
En entrevista con PRIMICIAS, Linthon detalla que el calentamiento oceánico está más de dos veces por encima de los niveles del primer semestre de 2023. Y asegura que se prevé que las lluvias alcancen su máximo pico durante el trimestre diciembre-enero-febrero.
Linthon, teniente de navío de la Armada de Ecuador, también se refirió a la expedición del buque de investigación Orión. El barco-laboratorio estudió por un mes -hasta hace una semana- las condiciones oceanográficas de El Niño, entre el continente y las islas Galápagos.
¿Qué resultados arrojó la expedición del Orión?
Teníamos que verificar un parámetro importante, el sostenimiento de la temperatura del mar, pues en los meses anteriores existió una fluctuación y los valores de temperatura tendieron a disminuir. Eso llevó a que ciertas personas piensen que nos alejábamos de El Niño.
Con el monitoreo que hicimos en el buque Orión confirmamos que la temperatura ha sido sostenida, tanto en superficie como en la columna del agua. Entonces contrastamos las imágenes satelitales, modelos y pronósticos internacionales con los datos de campo.
¿Y qué nos dicen estos datos, de forma general?
Que estos cambios de disminución de la temperatura se presentaron solo en superficie, pero en la columna del agua, en el fondo, la temperatura sigue por encima de sus valores normales, lo que evidencia que las condiciones oceanográficas de El Niño persisten.
Ahora lo que estamos haciendo es el monitoreo de la atmósfera. Porque como tal, las lluvias se producen cuando los factores oceánicos y atmosféricos se relacionan entre sí. Ahí es cuando se producen las famosas lluvias de El Niño.
¿Qué diferencia una lluvia de El Niño de una normal?
Las lluvias de El Niño colapsan los sistemas de drenaje y causan inundaciones más que por fuerza o por su intensidad, por su duración.
Una lluvia habitual en Guayaquil o Manta se extiende por un periodo de tres o cuatro horas, de forma esporádica y puntual. Por el contrario, las lluvias de El Niño se extienden por 10 o 12 horas, incluso más.
Es decir, primero son precipitaciones mucho más prolongadas. Y segundo, estamos hablando de toda una región, de lluvias simultáneas en todo el sector centro-norte de la Costa, por ejemplo.
En Guayaquil, lluvias intensas de dos horas inundan la ciudad…
En el caso de El Niño será esta acumulación prolongada de agua la que va a generar a la larga inundaciones en diferentes sectores.
"Una lluvia de El Niño puede ser de intensidad moderada, pero dura 10 a 12 horas o incluso más".
Se trata de la acumulación y prolongación, ese es el problema. Porque los sistemas de alcantarillado, los sistemas de drenaje, llegan a un punto que colapsan.
¿Lluvias así van a coincidir con marea alta?
Exactamente. Hay más posibilidades, sabemos que la marea alta evita el drenaje normal de las aguas y suele provocar inundaciones en la ciudad. A inicios de año distintos sectores de Guayaquil se anegaron, incluso cuando no hubo lluvias (por el incremento de los aguajes).
La lluvia solo es una de las manifestaciones de El Niño. Otro de los parámetros, que es importante considerar, es el incremento del nivel del mar, que ahora está en 17 centímetros de media, pero en otros fenómenos ha causado incrementos de 40 centímetros y más.
¿Por qué aumenta el nivel del mar con El Niño?
Esto se debe a ondas de calor que pasan por todo el Pacífico. Estas ondas hacen que el mar se dilate, se expanda e incremente en nivel.
Entonces esto es muy preocupante cuando coincide con los oleajes, con los aguajes -sin importar su intensidad-, sobre todo para la población más expuesta y vulnerable que está en el borde costero.
¿Las lluvias en exceso de octubre no eran de El Niño?
Tuvieron que ver probablemente con parte del desarrollo del fenómeno. No podemos tampoco decir que no tiene nada que ver, porque igual el mar caliente aporta humedad, a través de la evaporación, lo que contribuye y genera precipitación.
¿El que llueva depende también de factores atmosféricos?
Sí, de la denominada zona de convergencia intertropical, que no es más que una suerte de cinturón de nubes que rodea todo el planeta; lo que hace es subir y bajar dependiendo de la estación del año.
"Ahora a finales de noviembre se vienen las lluvias relacionadas propiamente con El Niño porque hay una interacción del océano caliente con las condiciones de las nubes".
Este cinturón de nubes normalmente comienza a acercarse a nuestra región a mediados del mes de diciembre (cuando suelen iniciar las lluvias en el Litoral), pero estamos viendo que está acelerándose su acercamiento al Ecuador, de forma muy gradual.
¿Por qué resulta complejo comparar este fenómeno con otros?
El calentamiento se ha extendido a todos los océanos y muchos mares del mundo. Cada evento de El Niño ha sido único y el impacto puede ser mayor ahora debido a las zonas y población más vulnerables.
"En 2016 tuvimos El Niño históricamente más extremo de todos, pero en Ecuador ni se lo recuerda. Acá no se manifestó con lluvias, si no con incremento del mar".
Tenemos un registro de 40 eventos del Niño en los últimos 50 años, con fenómenos muy distintos.
¿Por qué se habla de un incremento de vulnerabilidad?
En una zona rural en 1982 o 1997 quizás no existía nada, ni producción, ni infraestructura.
Ahora seguramente sí hay cultivos, infraestructura, poblaciones, entonces el impacto va a ser muy diferente, no necesariamente porque las lluvias sean más intensas, sino porque áreas que geográficamente no estaban ocupadas hace muchos años atrás, ahora sí.
¿Cuánto más puede subir el nivel del mar?
Se han registrado hasta ahora incrementos de entre 15 y 17 centímetros y no se puede predecir cuánto más aumentará. El nivel de aguajes varía a lo largo del año y se puede consultar en el calendario de Inocar.
Muchas estructuras en la Costa están diseñadas a un determinado nivel de referencia, nadie calcula un exceso de 15 o 20 centímetros que parece poco, pero que pueden ocasionar daños si se suman las condiciones de oleaje y aguaje habituales a lo largo del año.
Las precipitaciones más intensas estarían empezando en diciembre, con su pico máximo en enero y febrero, las lluvias tenderían desde marzo a disminuir en intensidad y duración, pero probablemente se extenderán hasta junio de 2024.
¿Qué decir respecto a pronósticos de un Niño moderado?
No tenemos un contexto para relacionar lo que puede ser un fenómeno moderado o fuerte. Eso para el común de la gente carece de significado, si no hay un punto de comparación.
Lo que le decimos a la población para que tome medidas de prevención en casa y a nivel barrial es que tenemos que prepararnos para un invierno, al menos, de la misma intensidad, tan fuerte, como la temporada de lluvias de inicios de año.
Quienes vivimos en Guayaquil seguramente recordaremos la temporada invernal que tuvimos en febrero y marzo de este año, hablo de 2023.
¿Al menos de esa magnitud será entonces El Niño?
Puede ser mayor. Los registros de lluvias estuvieron a inicios de año hasta casi tres veces por encima de las condiciones de una época normal, porque ya desde entonces teníamos calentamiento oceánico.
Ahora tenemos más del doble del calentamiento que a principios de año, cuando teníamos entre 0,4 a 0,6 grados de calentamiento. Ahora estamos en dos grados Celsius de anomalías por encima del promedio normal, imagínense.
Si se le inundaron las cisternas, si su patio se anegó, si su techo se vio afectado por las fuertes lluvias, si su casa o su barrio se inundaron o su sector sufrió deslizamientos, prepárese para eso otra vez, porque es lo mínimo que tenemos que esperar.
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