Familias de acogida, una esperanza para niños en situación vulnerable
En el país hay apenas 19 familias que han abierto sus puertas para recibir a niños víctimas de abuso sexual, abandono, negligencia u orfandad.
Leonor Campaña e Iván Vaca juegan con Diana en su casa, el 22 de junio de 2021.
Leonor Campaña
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Diana es una pequeña niña de apenas cuatro años. Su madre, quien sufría problemas de adicción al alcohol, la abandonó a las pocas semanas de nacida.
Sin una familia que la pueda cuidar, la niña fue enviada a una fundación, ubicada en el norte de Quito. En ese lugar vivió durante dos años, junto a más de 20 niños víctimas de violencia sexual, negligencia parental y abandono.
La vida de Diana cambió cuando los esposos Leonor Campaña e Iván Vaca conocieron su historia y decidieron acogerla en su hogar.
Esta pareja es una de las 19 familias de acogida que existen en Ecuador. Se trata de un número muy bajo con relación a los 2.415 niños que viven en fundaciones u orfanatos esperando ser adoptados o, al menos, vivir temporalmente con una familia.
La viceministra de Inclusión Económica y Social, Susana Santistevan, explica que una familia de acogida, a diferencia de una que busca adoptar, recibe a un niño en situación de vulnerabilidad por un tiempo limitado.
Y aclara que el proceso para convertirse en una familia de acogida es diferente al que siguen las personas que quieren adoptar, aunque igual de riguroso.
El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) evalúa la capacidad económica de los aspirantes y constata el ambiente familiar y el entorno en el que van a vivir los niños, dice Santistevan.
Tras ese análisis, las familias que cumplen con los requisitos reciben la autorización del MIES para recibir a un niño que vive en una casa de acogida.
La familia Vaca Campaña asegura que el proceso no es fácil. Por el contrario, la pareja dice que es largo, burocrático y desanima a las personas que desean tener a un niño en casa. En su caso, tuvieron que esperar tres años para que Diana llegue a su hogar.
"En un momento estuvimos a punto de abandonar el proceso porque requiere de mucha dedicación", dice Vaca.
Datos del MIES detallan que el programa de familias de acogida ha permitido que 20 niños encuentren un hogar temporal.
Con un futuro incierto
Las familias de acogida están conscientes de que los niños que llegan a sus casas se irán en algún momento.
El problema, dice Leonor Campaña, es que ese tiempo es incierto, pues depende de cuánto demore el proceso de adopción.
Y explica que, por ejemplo, el proceso de adopción de Diana está paralizado. "No se ha dado ningún paso para que se concrete. Con nosotros ya vive casi un año".
La viceministra de Inclusión Económica y Social, Susana Santistevan, reconoce que hay problemas en los procesos destinados para que un niño viva en una familia de acogida o en un hogar definitivo.
Asegura que ha mantenido reuniones con representantes de organismos internacionales para conocer experiencias que permitan reducir los tiempos de espera.
Muchos niños, pocos hogares
En las casas de acogida que funcionan en el país viven 2.415 niños. De esta cifra, apenas 308 pueden ser adoptados, pues ya cuentan con la declaratoria de adoptabilidad.
Según un reporte de Ministerio de Inclusión Económica (MIES), publicado en abril de 2021, 77 familias han sido autorizadas para adoptar. Más de la mitad (40) aspiran a tener un niño entre 0 y 4 años. Y solo cinco esperan un niño mayor a 10 años.
El problema, entonces, es que 226 niños mayores de 10 años tienen pocas probabilidades de encontrar un hogar.
La viceministra Susana Santistevan dice que es necesario impulsar una cultura de adopción, para que más niños crezcan en un ambiente familiar y lejos de orfanatos.
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