Una familia ecuatoriana atrapada en Kiev durante sus vacaciones
Elena Tacle, su hija y su madre no han podido escapar de Kiev, la capital ucraniana, que cada vez está más asediada por las tropas rusas.
Mujeres caminan por las calles de Kiev, el 3 de marzo de 2022 en medio del conflicto entre Ucrania y Rusia.
EFE
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“No hemos dormido en casi tres días. Tenemos miedo de que en cualquier momento una bomba caiga encima y podamos morir”.
Estas son las palabras de Elena Tacle, una de las pocas ecuatorianas que siguen en Kiev, la capital ucraniana. En su caso junto a su hija de cinco años y su madre de la tercera edad.
Según datos de la Cancillería, se estima que en Ucrania hubo alrededor de 800 ecuatorianos que llegaron a ese país por estudios, turismo o trabajo. De ellos, 745 ya han salido del país.
Tacle se cuenta entre quienes todavía no logran huir. Su presencia en Kiev al inicio de la invasión rusa fue casual y desafortunada. Ella llegó a mediados de febrero para pasar unos días de vacaciones, procedente de Polonia, donde cursa una maestría.
A los pocos días de su llegada, el 24 de febrero, empezaron los ataques rusos.
“Cuando llegué a Europa me radiqué en Ucrania, pero por la maestría me mudé a Polonia y siempre regresaba a Ucrania para visitar a mis amigos”, dice a PRIMICIAS.
A través de mensajes de texto y de llamadas por WhatsApp -las comunicaciones se cortan constantemente- Tacle cuenta que desde el 26 de febrero duerme en un búnker junto a su hija, su madre y otras 15 personas que viven en el edificio en el que rentó un departamento.
“Lo hacemos por seguridad, pero es muy incómodo y miedoso, porque se escuchan ruidos de bomba toda la noche. No sabemos qué tan lejos o cerca están los ataques”, señala.
Casi todo el día suenan las alarmas que anuncian posibles bombardeos.
Esta ecuatoriana dice que cada día la situación se vuelve más difícil. “Casi no podemos salir de casa porque hay toques de queda. Apenas salgo a la calle para pasear a nuestra mascota”.
Su hija, Daniela, está asustada de lo que ve en televisión y por los estruendos que escucha. Pasa casi todo el día encerrada con su abuela.
"Sus amigos, sus estudios y casi toda su vida está en Polonia. Solo sale para dormir en el búnker", relata.
Ellas no han podido viajar a la frontera porque las estaciones de trenes están abarrotadas de personas con el mismo objetivo: huir. “¿Cómo hago para salir con una niña y una madre de la tercera edad?”, se pregunta.
Cuenta que a estas alturas del conflicto, cuando las tropas rusas han atacado sitios estratégicos en Kiev como la torre de televisión de la ciudad, es peligroso viajar porque “nunca sabes si puedes ser alcanzado por una bomba o por el ejército ruso”.
En medio del caos que vive esta ecuatoriana, aparece otro problema: los alimentos empiezan a escasear en muchas ciudades. “Lo que tenía guardado en la nevera y en la alacena se está agotando y es difícil conseguir más comida”.
Es por eso que las familias que viven en el mismo edificio juntaron la comida que tenían disponible para repartirla de forma equitativa.
La última vez que Tacle conversó con PRIMICIAS dijo que ella y su familia decidieron salir de Kiev por miedo a que la capital sea tomada por las tropas rusas. No contó cuáles eran sus planes, o cómo pensaba escapar.
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