Falsos centros de interrupción del embarazo se multiplican en Ecuador
Un centro de crisis por dentro.
Ángela Meléndez.
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En el país el aborto, salvo contadas excepciones, está sancionado por el Código Orgánico Integral Penal, por lo que extraña que estos centros que, aparentemente ofrecen asesoría para abortar, sigan funcionando y no hayan sido investigados.
Acceder a ellos es sencillo. Basta buscar la frase 'aborto seguro' en Facebook o en Google para dar con varios números telefónicos y páginas web que los promocionan.
Los centros aseguran que atienden a mujeres con embarazos no deseados e incluso informan sobre las píldoras de Cytotec (misoprostol) para llevar a cabo el procedimiento. Cuando el gancho surte efecto y la mujer acude a una cita, la historia es otra.
Primero, los sitios no se asemejan a un centro hospitalario; son casas o departamentos en los que los 'especialistas', que tampoco se presentan como médicos, se enfocan en culpar a la mujer por su decisión hasta hacerla desistir.
Para ello tienen recursos. En la mayoría de sitios muestran material gráfico, como fotos o videos, para convencer a las mujeres.
A esto se suma la desinformación médica que se proporcionan, como señalar que con el uso de anticonceptivos “ya te estás volviendo estéril”.
O decirles sobre el proceso abortivo que “no importa si tienes un embarazo de una hora, dos horas, un día o un mes (el aborto) destruye tu matriz… No importa a la clínica a la que vayas”.
Una reportera encubierta visitó uno de estos centros en Quito y este es el mensaje que recibió:
Los vínculos internacionales
Todos estos centros forman parte de las redes globales de dos influyentes grupos religiosos y conservadores estadounidenses: Heartbeat International, con sede en Ohio, y Human Life International (HLI), con sede en Virginia.
Ambos grupos aseguran tener estrechos vínculos con la Casa Blanca.
Heartbeat viene apoyando estos 'centros de embarazos en crisis' desde su fundación, a inicios de los años 70, en medio de la ola de legalización del aborto en Estados Unidos.
Ahora existen unos 2.000 de esos grupos en Estados Unidos, donde han sido objeto de numerosas controversias, incluyendo denuncias por desinformación.
Heartbeat tiene cientos de afiliados fuera de Estados Unidos, incluyendo a América Latina, donde tiene una asociación con la red regional Centros de Ayuda para la Mujer Latinoamericana (CAM).
La red CAM se fundó en la década de 1980, luego de que un activista local asistiera a una conferencia en Estados Unidos organizada por otro grupo antiaborto, Human Life International (HLI).
Persuasión al ataque
Existen en Ecuador 19 centros afiliados a Heartbeat International que aparecen registrados en el directorio de Internet de este grupo estadounidense.
Además hay 22 CAM. Y la red regional CAM es una socia internacional de Heartbeat. Entre los grupos ecuatorianos afiliados a Heartbeat figuran centros CAM y otros bajo el nombre de Profem (Centro de Asistencia a la Mujer).
En respuesta a las preguntas de openDemocracy, Heartbeat sostuvo que “nos adherimos firmemente a nuestro compromiso de cuidado”, que obliga a los afiliados a la exactitud en la información y la publicidad.
“Diferentes países tienen sus culturas y diversas formas de comunicarse, pero sigue siendo un hecho que el aborto entraña riesgos para las mujeres”, sostuvo la organización.
“Con amor y verdad, nuestro objetivo es ayudar a que la clienta entienda el aborto de manera más cabal para que pueda tomar una decisión realmente informada”, añadió la organización.
En América Latina, la red CAM no respondió a preguntas, y tampoco lo hicieron los centros que las reporteras visitaron en Argentina, Costa Rica, Ecuador y México. HLI también se abstuvo de hacer comentarios.
Reacciones en Ecuador
Tras conocer los primeros hallazgos en Ecuador, la presidenta de la Comisión de Justicia de la Asamblea Nacional, Ximena Peña, consideró necesario ponerlos en conocimiento de las autoridades pertinentes, “para que puedan iniciar una investigación de estos centros, de estos lugares que están dando información con una gran manipulación a las mujeres más vulnerables”.
Recordó, además, que en la Constitución y en la Ley de Derechos del Consumidor existen artículos que garantizan, precisamente, que la información que reciban los ciudadanos, y en este caso particular las mujeres, “sea real y que les permita buscar una solución de acuerdo con lo que ellas desean”.
La asambleísta Mónica Alemán, presidenta del Grupo Parlamentario por los Derechos de la Mujer de Ecuador, instó a las mujeres a denunciar estos casos, pero también mencionó la necesidad de reforzar el control.
"En varios países, como menciona la investigación, aunque tienen una política pública en salud, no existe control por parte del ente que regula el sector, lo que hace que estos centros sigan funcionando”, agregó Alemán.
¿Qué dice el ministerio?
En respuesta a las interrogantes planteadas por openDemocracy, el Ministerio de Salud señaló que “no tiene conocimiento sobre la actividad o la existencia de los mencionados ‘centros de crisis de embarazo’ (CPC, por sus siglas en inglés)”.
El ministerio dice que es necesario que openDemocracy “comparta oficialmente la investigación realizada y detalle la ubicación de los lugares de los mencionados centros, para que de acuerdo con las atribuciones y competencias del Ministerio de Salud Pública o las instituciones adscritas se realice el monitoreo correspondiente”.
Ficha técnica:
Durante nueve meses la fundación openDemocracy trabajó con reporteras encubiertas en 18 países (5 latinoamericanos) para investigar cómo mujeres en todo el mundo son captadas, desinformadas y presionadas para continuar con sus embarazos indeseados.
En Ecuador la investigación comprobó la existencia de estas prácticas, que se promocionan como servicios de 'aborto seguro', pero cuya agenda responde a otras intenciones.
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