Así operaba la fábrica de armas dentro de la Penitenciaría del Litoral
Los detenidos en la Penitenciaría convertían todo elemento metálico en armas, ya sean cortopunzantes o de fuego. Tenían una soldadora y otros equipos.
Los internos de la Penitenciaría usaban todo tipo de metal para fabricar armas artesanales.
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Una soldadora era el arma secreta de los detenidos en la Penitenciaría del Litoral para montar un taller en el que fabricaban cuchillos, machetes y hasta pistolas artesanales, las que eran utilizadas en los amotinamientos y peleas entre bandas que se disputan el poder al interior de este centro.
Esta soldadora era la pieza central del taller que fue desmantelado tras la incursión de 1.500 policías a este centro de detención, la madrugada del miércoles 16 de junio. Con este aparato convertían en arma todo metal que llegaba a sus manos.
"Todo lo que tienen utilizan: cables, fierros, las propias camas, barrotes. Todo lo que encuentran lo reciclan, lo utilizan y generan un arma, ya sea un arma blanca, ahora estaban fabricando armas artesanales", dijo Tannya Varela, Comandanta General de la Policía Nacional, que encabezó la requisa.
"Tenían todo el material necesario y los instrumentos para fabricar las armas artesanales, las mismas que son utilizadas en el centro penitenciario", señaló.
La soldadora permitía a los detenidos sellar las puertas de sus pabellones para cumplir sus actividades sin ser molestados, también era un mecanismo de defensa para evitar el ataque de bandas rivales.
El soldar las puertas, además, demoraba la intervención policial, lo que daba el tiempo suficiente para esconder las armas, celulares, droga y demás artículos que les permitían seguir delinquiendo desde el interior de la cárcel.
Garitas propias, armas poderosas
El operativo, en el que además de los 1.500 policías participaron 400 militares, que custodiaron el perímetro, fue la respuesta al intento de fuga de 28 reos el fin de semana, que dejó dos fallecidos y siete heridos.
Otro de los hallazgos que sorprendió a la Policía Nacional fue el de unos miradores, fabricados con correas de metal y tablas, ubicados en las partes altas de los patios de la Penitenciaría.
"Garitas que les permitía a las personas privadas de la libertad, desde la parte superior, atacar a los otros pabellones", explicó Varela.
Eran cuatro puntos de observación, los que fueron destruidos por las autoridades.
En febrero, motines coordinados en las cárceles de Guayaquil, Cuenca y Cotopaxi dejaron 79 personas fallecidas, en una acción que las autoridades relacionan con la disputa de bandas por tener el poder en las cárceles.
Pero estos miradores también tenían otro objetivo, según Varela. "Observar el ingreso de la Policía Nacional cuando hacían operativos", así podían soldar las puertas de los pabellones y colocar armas, drogas y teléfonos en jardineras, dentro de las paredes, en las lámparas y hasta en el piso.
Además del arsenal hecho en casa, los policías encontraron ocho armas de fuego, entre ellas dos fusiles de largo alcance, de mayor poder que los que manejan las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.
Tradicionalmente este tipo de armas son introducidas por familiares, o empleados de la penitenciaría por dinero o, muchas veces, por chantaje.
Los uniformados mostraron su sorpresa por el poder de los fusiles, con los que se puede alcanzar con precisión a un blanco a 550 metros de distancia.
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