Exorcista de Cuenca: “Con la problemática del narco, el demonio trabaja con más facilidad”
La Arquidiócesis de Cuenca nombró a Francisco Calle, oriundo de Biblián, como exorcista de la ciudad. Tiene más de 50 años en ejercicio del sacerdocio.
Francisco Calle, sacerdote de Cuenca fue designado como el primer exorcista oficial de la ciudad. 16 de marzo de 2024
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A sus 69 años, con casi medio siglo de ordenación sacerdotal, el padre Francisco Calle, respondió afirmativamente y sin cuestionamientos a la encomienda de dirigir el ministerio litúrgico del exorcismo, con la delicada tarea "de liberar a las personas del espíritu maligno", que le encomendó el arzobispo de Cuenca, monseñor Marco Pérez.
Manifestó que "si bien los tiempos han cambiado, el demonio no" y alertó de que "hay momentos en que se visualiza una presencia mucho más fuerte del maligno".
Explicó el caso de nuestro país, Ecuador, donde "esta problemática de narcos, de grupos satánicos determinan que el demonio pueda trabajar con más facilidad" y considera que "todo este caos es una espiritualidad negativa".
De allí la necesidad que tiene la Iglesia de enfrentarlo. "Es una misión propia de la Iglesia", reconoce fervientemente, y recuerda que "Jesús envió a los apóstoles, su primera Iglesia, con este poder de eliminar demonios, como reza en el Evangelio de Marcos".
"El propio Jesús demuestra este poder en varios pasajes evangélicos al sanar a mucha gente de estas maldiciones".
Sobre librar de presencias demoníacas, este sacerdote Diocesano, reconoció que "todos los sacerdotes lo ejercemos en el ritual del bautismo", el denominado sacramento de iniciación de la vida cristiana, en el cual se responde firmemente sobre la "renuncia a Satanás".
¿Qué hace un exorcista?
Los primeros en recibir los pedidos y analizarlos para una posible atención de este tipo serán los sacerdotes de cada parroquia, quienes actuarán como una suerte de primer filtro. Se llegará al exorcismo solo cuando el caso ya no tiene una explicación científica", explicó el arzobispo de Cuenca, Marco Pérez, en una entrevista televisiva.
El exorcismo se entiende como un ritual "por el cual se ordena al demonio abandonar el cuerpo de la persona que tiene bajo su poder", refiere una publicación de la Arquidiócesis de Guayaquil.
Según el Derecho Canónico, el único que puede realizar exorcismos es el obispo y solo el sacerdote a quien este delegue, en el caso de Cuenca, el padre Francisco Calle.
En el caso específico de posesiones demoníacas y exorcismos mayores, explica Calle, existe un documento oficial, un ritual de la Iglesia Católica, reformado en 1999, para realizar este tipo de liberación "que es una liturgia, una celebración litúrgica para expulsar al demonio".
Dentro del ritual se contempla como infaltable en una sesión de exorcismo la presencia de símbolos como la cruz de Cristo, de la imagen de la Virgen María, el Rosario -considerado en el mundo católico como eficaz arma para echar demonios- y el agua bendita.
Sin embargo, para este hombre de fe, "su principal escudo es el amor de Dios, porque actuamos en nombre de Dios" y reiteró “echamos demonios en nombre de Jesucristo”, cuenta este religioso nativo de Biblián, radicado en Cuenca desde muy niño.
El padre Calle admitió que las clásicas películas sobre exorcismos se acercan mucho a la realidad de una sesión de exorcismo, pero dice que no tiene miedo "al ser un instrumento de Dios, que Él acompaña y de que nunca abandona a los suyos".
"En esta fuerza y esta certeza que viene de Dios, estoy asumiendo este ministerio pastoral con alegría", insiste.
Aclaró que existe una evaluación de ciertos comportamientos que pueden ser consecuencia de "otras realidades, de estados de ánimo, de temas psicológicos" a los cuales la Iglesia también está llamada a atender y que allí pueden encontrarse casos de posesiones demoníacas.
Invitó a estar siempre cerca de Dios, puesto que "quien está lejos de Dios, puede quedar vulnerable ante el demonio”.
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