"Falsa salud financiera" frena las inversiones de Etapa, en Cuenca
La falta de ingresos en ETAPA, la empresa municipal más grande de Cuenca, ha frenado obras importantes en los últimos años. Actualmente, la empresa busca USD 20 millones para intervenir en una planta potabilizadora.
Obreros trabajan en la planta de agua potable de El Cebollar, en Cuenca.
Cortesía ETAPA.
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La empresa municipal más grande de Cuenca, Etapa, tiene problemas para financiar obras que son necesarias para garantizar la dotación de agua potable a la ciudad.
En la actualidad, la administración municipal busca recursos para dar mantenimiento y ejecutar obras en las plantas de agua potable más grandes de la capital azuaya: El Cebollar y Tixán.
Solo para intervenir en El Cebollar, la planta de agua potable más antigua de Cuenca, se requieren USD 20 millones. Esta abastece a un 40% de la población y requiere obras urgentes.
La planta se construyó entre 1951 y 1955 y necesita una serie de intervenciones para alargar su vida útil, como la sustitución del canal de conducción de agua, que tiene más de 60 años de antigüedad.
También se requiere el cambio de tuberías y otros componentes de la planta potabilizadora. Eso permitirá aumentar la capacidad de captación del agua y la distribución a las reservas que abastecen a la ciudad.
Esas obras debían ejecutarse desde hace por lo menos 10 años, pero los planes no se han cumplido, ni siquiera el mantenimiento, según Verónica Polo, gerente de la Empresa de Agua Potable y Telecomunicaciones (Etapa).
Incluso, los diseños están listos, pero no existe el presupuesto necesario para ejecutar las obras. Polo explicó que ya hay un acercamiento con el Banco de Desarrollo para América Latina (CAF) para buscar los recursos.
Hay una "falsa salud financiera"
Galo Durazno, gerente de Agua Potable de ETAPA, explica a PRIMICIAS que los problemas financieros han impedido que la empresa ejecute las inversiones necesarias para garantizar la dotación de agua potable para Cuenca.
No solo se trata de la repotenciación de la planta de El Cebollar. Hay más obras pendientes, como el mantenimiento de otras plantas potabilizadoras y la expansión del servicio de alcantarillado para la población periurbana y rural de Cuenca.
Eso se evidencia en los estados financieros de la empresa. Entre 2018 y 2022, el presupuesto devengado en gastos de inversión se redujo de USD 24,9 millones a USD 11,3 millones.
En 2022, incluso la administración municipal habló de un superávit de USD 3 millones, pero la administración actual cuestiona que esos fondos no se hayan utilizado y asegura que la empresa ha tenido "una falsa salud financiera".
"Una falsa salud financiera de Etapa ha provocado un detrimento en el mantenimiento y en la operación de las plantas".
Verónica Polo, gerente de ETAPA
La aplazada revisión al costo de agua
Etapa es una empresa que está dividida en dos áreas: agua potable y saneamiento y telecomunicaciones.
Hasta hace unos años, el área de telecomunicaciones, principalmente la telefonía fija, sostenía el servicio de agua potable y permitía que la tarifa por ese servicio sea subsidiada.
Pero esa realidad ha cambiado, los ingresos por la telefonía se desplomaron en la última década y el negocio del Internet, que surgió como una alternativa en 2005, se estancó a partir de 2018.
En medio de esa crisis financiera, se sigue aplicando el subsidio a las tarifas de agua potable, explica Durazno. Pero eso tiene un impacto económico en los planes de la empresa.
"El subsidio implica dejar de hacer las cosas. El subsidio hipoteca el futuro de nuestros hijos, porque al dejar de hacer las cosas, estoy afectando el servicio", sostiene el gerente de Agua Potable.
Los cuencanos pagan entre USD 0,41 y USD 0,73 por metro cúbico de agua en la categoría residencial; mientras que el costo de producción de cada metro cúbico de agua es USD 1,35, según datos de ETAPA.
Sin embargo, el costo político de revisar las tarifas de agua potable es alto. La última vez que la empresa aprobó un incremento fue en 2015, cuando ya existían problemas económicos.
Pero el alza generó un gran rechazo de la población y obligó a las autoridades a aplicar un subsidio focalizado.
A la actual administración le tocará revisar las tarifas de agua y saneamiento cuando avance en la construcción de la nueva planta de tratamiento de aguas residuales de Guangarcucho.
El crédito de USD 70 millones entregado por bancos internacionales establece que Etapa debe cobrar por el servicio de saneamiento, que actualmente no recauda.
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