Estudiantes ecuatorianos apenas 'pellizcan' los conceptos mínimos de su nivel formativo
Los estudiantes ecuatorianos, según el examen Ser Estudiante, no alcanzan el puntaje mínimo para acreditar un conocimiento acorde a su nivel en la mayoría de las materias.
Estudiantes de la escuela Mercedes González, de Quito, reciben clases, el 13 de noviembre de 2023.
Ministerio de Educación
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El examen Ser Estudiante 2022-2023, implementado por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineval), retrata la difícil situación que atraviesa el sistema educativo ecuatoriano, cuyas consecuencias recaen directamente sobre los estudiantes.
El principal resultado, al que las autoridades educativas califican como preocupante, concluye que los estudiantes no alcanzan los niveles mínimos de conocimientos para aprobar la mayoría de materias de la malla curricular.
Según el Ineval, en el examen participaron 36.078 estudiantes de 1.084 escuelas y colegios fiscales, particulares, fiscomisionales y municipales que debían conseguir una calificación de "al menos 700 puntos para considerar que tienen los conocimientos suficientes para desenvolverse en el nivel educativo en el que fueron evaluados".
Los estudiantes de Educación Elemental (segundo, tercer y cuarto grado) y Media (quinto, sexto, séptimo grado) no lograron la nota mínima en ninguna de las asignaturas evaluadas: Matemática; Lengua y Literatura; Ciencias Naturales; y Ciencias Sociales.
Incluso, en Ciencias Naturales existe un retroceso con relación a las calificaciones del período 2021-2022.
Durante ese ciclo académico, los alumnos de Educación Elemental lograron 660 puntos, frente a los 659 del período 2022-2023. Mientras que la nota de los estudiantes de Educación Media cayó 29 puntos al pasar de 690 a 661 entre los dos años lectivos.
Esta tendencia se repite en los estudiantes de Bachillerato, quienes tampoco consiguieron las calificaciones mínimas, pese a que las notas obtenidas en los últimos años de secundaria son clave para la postulación a las universidades públicas.
En Lengua y Literatura, por ejemplo, la nota que obtuvieron los estudiantes fue de 668 puntos, siendo la más baja de las ocho evaluadas.
Le siguen Biología, con 684 puntos, y Física, con 693. Por el contrario, en las únicas asignaturas en las que los alumnos superaron los 700 puntos fueron Filosofía, con 703, y en Educación para la Ciudadanía, con 706.
En estas dos últimas asignaturas se registra una mejora en las calificaciones con relación al período 2021-2022, cuando los puntajes fueron de 694 en Filosofía y de 697 en Educación para la Ciudadanía.
Aun así, estas calificaciones están lejos de ser ideales porque bordean los 700 puntos que es el mínimo del nivel satisfactorio y están lejos de los 800 del nivel excelente, en los que los estudiantes lograron desarrollar todas sus habilidades y destrezas.
Un problema integral
El ministro de Educación, Daniel Calderón, reconoce que los resultados arrojados por el examen Ser Estudiante eran previsibles.
"Estas calificaciones se explican por el contexto en el que se ha encontrado el sistema educativo. No hay una sola causa que las expliquen porque tienen que ver, por ejemplo, con la situación de pobreza en la que viven algunos estudiantes", dice el funcionario.
Agrega que las estrategias que implementará el Ministerio de Educación en 2024 y 2025 servirán para cambiar esta realidad.
Se refiere, por ejemplo, a la capacitación continua que recibirán los profesores, la creación del programa de comunidades educativas seguras y la implementación del nuevo currículo académicos que empezará en el ciclo 2024-2025.
Calderón sostiene que "si el entorno en el que estudian los niños es seguro, sus calificaciones mejorarán. Además, con el nuevo currículo fortaleceremos sus habilidades y competencias".
Sin embargo, el Ineval cree que la reducción de la brecha digital, la mayor dotación de recursos educativos a las comunidades de las zonas rurales y la implementación de programas de contención emocional son otras de las políticas que requiere el sistema educativo de forma urgente para mejorar el entorno de los estudiantes.
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