Estrés y tristeza, las secuelas del confinamiento en los niños
Martina Romero estudia en un colegio particular de Guayaquil y recibe clases virtuales por la pandemia, desde el pasado 1 de junio.
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En el ciclo Costa, más de 2,5 millones de niños y adolescentes estudian bajo la modalidad virtual debido a la pandemia. Y un futuro con las aulas llenas de alumnos aún sigue lejano.
Como explica la psicóloga clínica Kathalina Urquizo, este alejamiento de los salones de clase ha implicado un cambio emocional en los niños. "La escuela no solo es para aprender Lengua o Matemáticas, sino también un espacio para relacionarse socialmente con sus pares", dice Urquizo.
Este confinamiento, que en el país supera los 90 días, además de alejar físicamente a los niños del colegio, también les impide hacer actividades propias de su edad como ir al parque o visitar a sus amigos.
Todas estas restricciones derivadas de la pandemia, según Urquizo, dejan secuelas emocionales en los niños. "Muchas veces se confunde con aburrimiento, pero los pequeños son muy receptivos a lo que ocurre en casa", añade.
Un estudio de Unicef, en alianza con la organización Save the Children, alerta sobre los cambios en la conducta de los niños:
- Estrés por la falta de contacto social y juegos con sus amigos.
- Falta de interés en las actividades escolares.
- Dificultad para aprender lecciones y conceptos del colegio que antes solían ser de fácil comprensión.
- Tristeza por no poder ver a sus amigos, abuelos o tíos.
- Irritabilidad o enojo, que puede reflejarse en las relaciones con sus padres.
"Mamá, ¿por qué no puede saludar al abuelito?"
La pediatra y neonatóloga Cecilia Massache reconoce que los niños de la postpandemia tendrán que adaptarse a un nuevo escenario social.
Massache explica que las relaciones entre abuelos y nietos serán trastocadas por la emergencia, porque las visitas familiares se deben realizar bajo los parámetros de la nueva normalidad.
"Las visitas son detrás de una reja o con mascarillas, y pasará un largo tiempo hasta que puedan abrazarse", dice la pediatra.
Esto ocurre en el hogar de Diana Fernández, cuya hija pequeña de seis años estaba acostumbrada a visitar a sus abuelos paternos todos los domingos.
"Ahora me pregunta por qué no puede abrazarlos ni entrar a la casa", cuenta Fernández.
La mayoría de los abuelos, como sucede con los padres de Fernández, pertenece a la tercera edad y son considerados grupos prioritarios en la emergencia sanitaria.
El riesgo, según explica la pediatra Massache, es que los niños contagien a sus abuelos, porque los más pequeños son muchas veces agentes asintomáticos del virus.
¿Qué pueden hacer los padres para hacer más llevadera la cuarentena? El primer paso, explican las especialistas consultadas, es estar atentos a los cambios de humor de sus hijos.
A continuación otros consejos para afrontar el confinamiento con los más pequeños del hogar.
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