Los reinados de belleza se debaten entre reinventarse o morir
Daniela del Carmen Almeida, fue electa como Reina de Quito el 23 de noviembre de 2018. El evento fue presidido por el exalcalde, Mauricio Rodas.
Patronato San José Quito
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La exreina de Quito, durante los años 1994 y 1995, los atiende con una sonrisa y a todos repite, más o menos, lo mismo: la decisión del Patronato Municipal San José de no financiar el certamen de Reina de Quito les tomó por sorpresa y, ahora, buscan alternativas para mantenerlo.
Arteta asegura que, desde hace seis años, la fundación no tiene financiamiento del Municipio quiteño y su actividad se solventa en la organización de eventos benéficos, así como en los aportes mensuales de unos 200 padrinos.
"Nunca representó un gasto, más bien fue el principal evento de recaudación de fondos para los proyectos del Patronato", dice.
Aunque la versión de la actual administración municipal es otra:
El papel del Municipio, durante estos últimos años, ha sido encargarse de la organización del certamen, una tarea que está dispuesta a asumir la fundación.
"Reina de Quito no es solo un concurso de belleza, es el punto de partida de una importante obra social que beneficia a más de 120 niños de escasos recursos con discapacidad intelectual", dice Arteta.
No obstante, los derechos los tiene el Municipio capitalino y, a decir de Arteta, el alcalde Jorge Yunda no está dispuesto a cederlos. "Nos dijo que él no está de acuerdo con los concursos de belleza y los estereotipos que promueve hacia la mujer, por lo que no puede delegar a otra entidad su organización".
Así lo ratificó la presidenta del Patronato San José, Liliana Yunda, mediante un comunicado de prensa en el que señala que la elección de la Reina de Quito no se realizará "como parte de la política de revalorización de la mujer desde otros espacios".
Además, agregó que se prevé destinar el dinero destinado a la organización del concurso, unos USD 150.000 según el Municipio de Quito, a proyectos sociales orientados a prevenir la violencia de género, y fortalecer el centro de acogida municipal que da atención de adolescentes embarazadas, madres solteras y víctimas de violencia.
Pero, la parte más sensible del comunicado municipal y la que ha generado el debate, es la que señala que los reinados de belleza "construyen imaginarios y estereotipos sociales"
Colectivos feministas han respaldado la decisión municipal, pero otro segmento de la población la califica como innecesaria e incoherente con otras acciones comunicacionales del mismo municipio y del alcalde Jorge Yunda.
Sofía Arteta califica a la elección de Reina de Quito como una "tradición intangible de la ciudad" y recuerda que la reina de Quito es una figura que genera pertenencia con la ciudad.
Pero admite que debe reinventarse para transmitir los mensajes correctos.
Arteta no está de acuerdo con los parámetros en los que se está encasillando a las reinas de belleza. La idea central, dice, es hacer todo lo que esté a su alcance para mantener el certamen: "nosotros necesitamos a la reina para salir adelante y continuar con nuestros proyectos".
"La elección de la Reina de Quito no es algo obligatorio. Participan quienes desean hacerlo y desean fortalecer su trabajo social a través de un reinado. Quienes no, no lo hacen"
Sofía Arteta, diectora ejecutiva Fundación Reinas de Quito
No obstante algunas críticas llegaron desde gente cercana a Reina de Quito. La exreina entre 2017 y 2018, Ana Carolina Carvajal, subió a su cuenta de Twitter una serie de publicaciones contra el manejo del reinado.
En una entrevista con PRIMICIAS, la exsoberana señaló que no se opone a la realización del certamen, pero cree que no se debería utilizar dinero público, ni dinero destinado a obras sociales, a su organización.
"Yo creo firmemente en el derecho de las minorías y quienes gustan de los concursos de belleza son ahora minoría"
Ana Carolina Carvajal, exreina de Quito
Además refirió que este tipo de concursos "imponen estándares de belleza inalcanzable para ser una representante digna".
Agregó que "la Reina de Quito es muchas veces usada como una herramienta de marketing social por algunas empresas privadas que hacen acciones de supuesta responsabilidad social que en realidad son acciones de promoción".
En cuanto al tema de empoderamiento de la mujer, Carvajal cree que la acción municipal no debe centrarse solo en la eliminación de un concurso de belleza.
"Este es un inicio para generar cambios integrales en el Municipio de Quito", pero dijo que hace falta eliminar todos los rastros en las políticas comunicaciones del Municipio que podrían atentar contra los derechos y la imagen de la mujeres.
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