Gobierno: "hemos demostrado que se puede reducir la desnutrición infantil"
El Gobierno sostiene que es posible erradicar la desnutrición crónica infantil, aunque teme que vuelva a incrementarse si no se mantienen las actuales políticas.
Dos niños en un albergue de Esmeraldas, el 6 de junio de 2023.
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La desnutrición crónica infantil en Ecuador cayó 3,5% entre 2018 y 2023, según los datos publicados en la Encuesta Nacional de Desnutrición Infantil (ENDI).
En entrevista con PRIMICIAS, el titular de la Secretaría Ecuador Crece Sin Desnutrición Crónica Infantil, Erwin Ronquillo, dijo que la reducción de este problema se dio, sobre todo, por el aumento de las atenciones a mujeres embarazadas y a niños menores de dos años en los centros de salud del país.
Además, señaló que el Gobierno cerrará su mandato con una inversión de USD 650 millones en políticas orientadas a la reducción de la desnutrición infantil. Pidió a los candidatos a la Presidencia de la República que, de ganar las elecciones, no abandonen esta iniciativa estatal.
El presidente Guillermo Lasso dijo que 20.000 niños ya no padecen desnutrición crónica. Pero usted se refirió a 60.000. ¿Cuál es la cifra real?
Son 20.000 niños menores de dos años que ya no tienen desnutrición crónica. Pero, son 60.000 niños menores de cinco años, entre los que están incluidos los menores de dos años.
La ENDI nos dice que la desnutrición crónica en niños menores de dos años está en el 20,1% y en los niños menores de cinco años, en el 17,5%.
Con relación a los últimos datos oficiales, que son de 2018, redujimos en cuatro puntos la desnutrición en niños menores de cinco años y en 3,5 puntos la incidencia en niños menores de dos años.
Son cifras muy buenas para el país porque hemos demostrado que se puede reducir este problema.
¿Cuáles fueron las principales estrategias que implementó el Gobierno para lograr la reducción?
Lo más importante fue incrementar las atenciones a niños. Pasamos de 175.658 chequeos en mayo de 2021 a 262.268 en junio de 2023. Se trata de un aumento del 50% que permitió que esos niños reciban cuidados médicos, buena alimentación y suplementos.
Con las madres embarazadas pasó algo similar. Pasamos de 75.997 controles a 86.100 en el mismo período. Estos dos incrementos fueron el pilar que ahora se refleja en los números que hemos alcanzado.
No hay que olvidar que también contratamos 1.726 profesionales de la salud. Entre ellos, 1.000 enfermeras y 200 nutricionistas que trabajan en el primer nivel de atención.
Además, implementamos la campaña contra la varicela, rubeola y sarampión, que llegó al 97% de niños menores de 12 años.
¿Cuál ha sido la evolución de los indicadores de la desnutrición infantil desde 2018, cuando se realizó la última encuesta?
Entre esos años no hay estadísticas de lo que pasó con la desnutrición infantil. Lo que sabemos es que entre esos años hubo una pandemia que lanzó al piso las atenciones médicas en el primer nivel.
Si estamos hablando de que esta es una política de prevención en los centros de salud, sin tener los datos podemos inferir que la situación no estaba muy bien.
Lo que hizo el presidente Guillermo Lasso fue reactivar centros de salud en todo el país y los centros de desarrollo infantil. Además de la campaña de vacunación contra el Covid-19.
Cuando el Presidente asumió el mandato no había presupuesto para combatir la desnutrición infantil.
Desde que empezó el Gobierno se creó un presupuesto directo para este problema. Son USD 544 millones que se han ejecutado y que llegarán a USD 650 millones hasta finales de 2023.
¿Cómo se puede garantizar que esta política se mantenga independientemente del Gobierno de turno?
Como Gobierno tenemos la disposición de hacer un proceso de transición serio y transparente.
Ya estamos trabajando en un documento profundo y detallado acerca de lo que ha funcionado y los nudos críticos que no hemos podido resolver. Lo que hay que destacar es que esta política pública ha funcionado y da resultados.
¿Cuáles son los nudos que no se resolvieron?
Las buenas noticias que muestra la ENDI no nos pueden alejar del objetivo final: erradicar la desnutrición crónica.
Cuando el Presidente asumió el mandato impuso una meta de reducir este problema en seis puntos hasta 2025. En 28 meses se redujo en 3,5 puntos, así que se cumplió la meta.
Pero también dijo que debemos llegar a 10 puntos hasta 2030. Para lograr eso hay que seguir lo que se está haciendo.
Ahora bien, debemos enfocarnos y profundizar acciones en las provincias que mantienen altas tasas de desnutrición.
Por poner un ejemplo y hablar de memoria, hay provincias que tenían 40% de prevalencia y ahora están en 35%. Los indicadores bajaron, pero todavía es demasiado.
También hay que trabajar en educación en temas de alimentación, lactancia materna y de entender la importancia de ir a los controles y de vacunar a los niños.
Sin embargo, no hay que olvidar que la desnutrición es un problema transversal que también se origina por la falta de acceso a agua potable, saneamiento, recolección de basura y tratamiento de aguas servidas.
Hasta la fecha, el Gobierno ha entregado USD 269 millones para estos proyectos a los gobiernos autónomos descentralizados. Y, hasta final del mandato, serán USD 335 millones.
¿Ecuador puede erradicar la desnutrición crónica infantil?
Erradicar la desnutrición crónica infantil sí es posible. Chile lo logró y es un país que tiene menos del 2% de desnutrición infantil.
Otro ejemplo es Perú, que empezó la lucha contra la desnutrición a inicios de este siglo. Ese país redujo del 28% al 11% la tasa de desnutrición con una población similar a la de nuestro país.
En Bolivia también fue posible reducir la desnutrición y llegar al 11% con una alta población indígena, incluso mayor a la ecuatoriana.
Esto nos hace ver que no existe ninguna razón para que no podamos erradicar este problema. Y se lo puede lograr dejando de lado las banderas políticas, sobre todo de los candidatos que están en busca de la Presidencia.
Aunque deben tener claro que estas políticas no generan votos, pero sí un mejor futuro para los niños, que es lo más importante.
¿Cuánto tiempo puede tardar erradicar esta condición?
Tenemos la meta de reducir 10 puntos hasta 2023. Lleguemos hasta allá para replantear el objetivo de erradicar la desnutrición.
No podemos flaquear ni dar vuelta atrás porque la desnutrición crónica, así como puede disminuir, puede aumentar rápidamente.
¿Por qué se mantiene una alta prevalencia en las provincias indígenas y en Santa Elena?
Lo que pasa en Santa Elena es que hay problemas para acceder a agua y saneamiento. Y ese es un gran reto para todos los actores estatales.
Por otro lado, en la Sierra hay un tema relacionado con la composición del plato alimenticio. Es decir, cómo se alimentan esas poblaciones.
Ahora que existe información de la ENDI es necesario profundizar la investigación que brinden soluciones en conjunto. Esto no lo va a solucionar un gobierno ni dos o tres. Es un trabajo que debe unir al país.
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