Descargas de represa Daule Peripa impactan a siete cantones

La temperatura es de 32 grados y las lluvias más intensas se registraron el fin de semana, pero cuatro días después de las precipitaciones, un manto de agua verde y de mal olor cubre calles e inunda viviendas de dos barrios del cantón Santa Lucía, en Guayas.

Se trata de uno de los cantones más afectados por las inundaciones en la cuenca del río Daule. Gestión de Riesgos del Municipio local registra cinco sectores más propensos a inundarse, hasta el 4 de mayo de 2023.

Pero desde hace 15 días permanecen inundados los barrios Tres de Abril y Morochal, en la cabecera cantonal. Riesgos registra unas 160 casas afectadas en los dos sectores. 

Los habitantes de las viviendas más bajas tuvieron que salir a albergues o se alojaron con familias de acogida.

En dos barracas de un albergue ubicado frente del cementerio local permanecen 22 familias (60 personas) que no saben cuándo volverán a casa.

Las lluvias en la cuenca alta del río y las descargas de la represa Daule Peripa por exceso de agua impactan a siete cantones en Guayas y Manabí.

De hecho, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos informó que hay 3.000 familias afectadas en áreas rurales de los cantones Balzar, Colimes, Palestina, Santa Lucía, Nobol y Daule (en Guayas) y Pichincha (Manabí).

El alcalde de Santa Lucía, Edson Alvarado, informó que más de 60 recintos se encuentran afectados en el cantón, mientras que 100 hectáreas de arrozales se perdieron.

A través de la Asociación de Municipalidades Regional 5, Alvarado exigió atención al Gobierno Nacional para miles de familias afectadas por las inundaciones en la región.

“Es necesario que se destinen recursos y se implementen medidas de ayuda para las personas que han sufrido pérdidas materiales”, puntualizó el Alcalde.

La represa Daule Peripa

Las lluvias de los últimos tres meses (febrero-abril) se ubicaron por sobre niveles normales en la Costa.

En Guayaquil, por ejemplo, las precipitaciones de abril alcanzaron índices sólo comparables a los de eventos extremos como el fenómeno de El Niño de 1998.

Con el exceso de lluvias, la represa Daule Peripa, ubicada al norte de la cuenca del río Guayas, alcanzó su máximo nivel a partir del 16 de abril, es decir cerca de los 6.000 millones de metros cúbicos de agua. 

Por ello, la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec EP) tuvo que implementar un protocolo de apertura controlada de compuertas del vertedero principal.

Esas descargas contribuyen a las inundaciones a lo largo de las poblaciones ubicadas en la cuenca del río Daule. 

El ministro de Energía y Minas, Fernando Santos, informó que buscan evitar perjuicios para la población.

Pero sostuvo que es necesario poner en balance el fenómeno natural con la seguridad de la represa, que genera energía durante todo el año.

“Si no se abren las compuertas, ponemos en riesgo la planta”, señaló Santos. El 2 de mayo, las compuertas tuvieron que ser abiertas 25 centímetros adicionales para garantizar el control de caudal y la seguridad del embalse.

Actualmente están abiertas las tres compuertas a 1,25 metros, con un caudal de 900 metros cúbicos por segundo, informó Marlon Casilla, gerente de Celec EP Hidronacion.

Además de generar energía, la presa Daule Peripa permite el control de inundaciones en invierno y entrega regadío en verano, recordó el funcionario.

La apertura de compuertas inició el 12 de abril a una franja de 25 centímetros y se cerraron dos días después. 

Se volvieron a abrir de forma gradual desde el 16 de abril, con una fluctuación de entre 50 centímetros y 1,50 metros. 

Barrios inundados

Decenas de familias evacuaron el barrio Tres de Abril, inundado desde hace tres semanas. La emergencia se agravó con la apertura de la represa Daule Peripa el pasado 21 y 22 de abril. 

Los habitantes de viviendas más altas han decidido permanecer en sus casas y salen del sector con el agua hasta las rodillas. Cecilia Ortiz, quien vive con sus padres y un hermano de 11 años, es una de ellas. 

Cuenta que en toda su cuadra solo cinco familias siguen en sus viviendas, a pesar del agua estancada y maloliente que cubre este sector de Guayas. 

“No queremos ir a un albergue y tampoco hemos recibido ayuda como para alquilar una casa hasta que bajen las aguas”, dijo la joven.

“Los vecinos tampoco quieren dejar solos sus hogares por temor a que les roben lo poco que tienen”.

Cecilia Ortiz.

Emily Beltrán, otra de las damnificadas, dice que un vecino le prestó una casa alta. En la vivienda prestada vivía una adulta mayor, a quien tuvieron que evacuar, dijo.

Mientras que el domicilio de los Beltrán sigue inundado. El nivel de agua les llegó al pecho la noche del 21 de abril, provocando daños en los electrodomésticos.

Las inundaciones son recurrentes en esas zonas bajas cada cinco u ocho años. Pero los vecinos coinciden en el inusitado evento extremo de esta temporada lluviosa.

“En otras ocasiones han traído tuberías y bombas para evacuar el agua. Si esperamos que el agua drene por su cuenta, tomará más de una semana”, estima Beltrán.

Entre los damnificados hay 15 niños. Marco Vivanco tuvo que mudarse con su esposa y su hijo de 9 años al albergue municipal hace casi tres semanas. 

"No recordamos inundaciones de esta magnitud en décadas”, aseguró Vivanco. “En cada barraca hay 11 familias, usamos sábanas para crear divisiones entre los espacios para cada familia. Cada quien cocina por su cuenta”, agregó