Ecuador registró 334 desapariciones en casas de salud en 47 años
De las 334 personas, 24 continúan desaparecidas sin ningún rastro. La Corte Interamericana de Derechos Humanos sentenció a Ecuador, en junio, por uno de esos casos y ordenó investigarlo.
Zoila Chimbo, madre de Luis Guachalá, expuso ante la CIDH el caso de la desaparición de su hijo en un hospital público, el 3 de abril de 2016.
Flickr / CIDH
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13 de marzo de 2014. Álvaro Nazareno sufrió una recaída en su salud. Era portador de VIH y su madre, Maribel Angulo, temía que una descompensación pudiera tener consecuencias fatales.
Pese a que un día antes ya estuvo ahí y solo recibió medicación que no surtió efecto, Angulo insistió y volvió a llevar a su hijo al Hospital Eugenio Espejo, en el centro norte de Quito.
Nazareno ingresó a las 10:00 por emergencia. El servicio estaba repleto, no había camillas y el personal de salud lo acomodó en una silla, mientras recibía hidratación por vía intravenosa.
La enfermera que lo atendía le tomó una muestra de sangre. Entregó el tubo a su madre y le pidió que lo llevara al laboratorio. Luego de 15 minutos, Angulo regresó y su hijo ya no estaba.
Las 10 horas siguientes fueron un drama. Maribel Angulo buscó a su hijo por todo el hospital y en las calles aledañas. No estaba. 17 años después Álvaro Nazareno todavía no aparece.
Hoy, el hombre tendría 44 años. Su madre no ha dejado de buscarlo. Las autoridades ecuatorianas no le dieron respuestas y hoy su caso se ventila ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
14 de octubre de 1999. Rosa Witt recibió una llamada del hospital Julio Endara. Su hermano, Fausto, quien había sido internado meses atrás en ese lugar, desapareció y no dejó rastro.
Fausto Witt, de 36 años, tuvo un quebranto en su salud. Por varios años, había sufrido convulsiones, pero su familia había dejado de pagar sus aportaciones al Seguro Social.
Ante la negativa de las dependencias del IESS para atenderlo, su hermana Rosa Witt, lo llevó al hospital Julio Endara, en Conocoto, al oriente de Quito. Ese era un centro que atiende afecciones psiquiátricas.
Cuando recibió la notificación de su desaparición, Rosa acudió al Hospital y lo buscó en cada espacio. No estaba. Luego recorrió las quebradas aledañas y las morgues de la ciudad, tampoco lo encontró.
Entre 1999 y 2013, la desaparición de Fausto Witt y los pedidos de búsqueda de su hermano no tuvieron respuesta de las autoridades. Apenas en 2013, la Fiscalía empezó a buscarlo, aunque todavía no hay rastros.
Han pasado 22 años. Hoy Fausto Witt tendría 58 años. Su hermana, Rosa, sigue clamando justicia y verdad.
47 años de desapariciones
Aunque parecen casos aislados, las desapariciones de Álvaro Nazareno y Fausto Witt son parte de una larga estadística de desapariciones en casas de salud ecuatorianas.
Los representantes de la Asociación de Personas Desaparecidas (Asfadec), incluso, se atreven hablar de la existencia de un patrón: "personas desaparecen en los hospitales y el Estado no hace nada para encontrarlas".
En 2020, la Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos (Inredh) hizo una solicitud de acceso a información pública a la Fiscalía General del Estado (FGE).
Según esos datos, entre 1973 y 2020, en Ecuador se han registrado 334 casos de personas desaparecidas en casas de salud.
- 144 casos se dieron en hospitales.
- 104 en centros y subcentros de salud.
- 60 en clínicas.
- 11 en farmacias.
- Siete en dispensarios médicos.
- Cuatro en laboratorios clínicos.
- Cuatro en puestos de salud.
La Fiscalía informó a Inredh que hasta 2020, 310 personas habían sido localizadas. No se aclaró bajo qué circunstancias desaparecieron o si fueron halladas con vida.
Sin embargo, hasta ese año, 24 personas seguían desaparecidas y no había ningún rastro de ellas.
Una sentencia abre el camino
Además de Álvaro Nazareno y Fausto Witt, entre las 24 personas que siguen desaparecidas está Luis Guachalá. Él desapareció el 10 de enero de 2004, cuando tenía 23 años.
Guachalá sufría de epilepsia recurrente y, aunque permanecía medicado, llevaba una vida relativamente normal, según su madre. Pero, en enero de 2004 tuvo una crisis.
Al igual que Witt, Guachalá fue internado en el Julio Endara. Dos días después, su madre, Zoila Chimbo, fue a visitarlo y ya no estaba. Nunca más lo vio.
El 26 de marzo de 2021, luego de un largo camino, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) sentenció a Ecuador por su responsabilidad en la desaparición y falta de búsqueda de Guachalá.
Según Inredh y el Centro de Derechos Humanos de la PUCE, que auspiciaron la defensa internacional de la familia Guachalá, la sentencia marca un hito en Ecuador y en la región porque es la primera vez que se reconocen los derechos de una persona con discapacidad cuando ingresa a una casa de salud.
Además, es el primer caso ecuatoriano con sentencia sobre desapariciones en casas de salud. Es decir, este fallo abre el camino para los otros 24 casos que no están resueltos.
Mario Melo, abogado que participó en el caso, explicó que el Estado debe desarrollar una investigación para conocer que pasó realmente con Luis Guachalá.
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