Déleg es el cantón con mayor ausentismo y más alta migración
En el cantón Déleg, de Cañar, la emigración ha creado un modo de vida distinto al de otras ciudades: es una tierra donde las mujeres son una abrumadora mayoría.
Un grupo de mujeres en una calle central de Déleg el 22 de diciembre de 2022.
Jackeline Beltrán/Primicias
Autor:
Actualizada:
Compartir:
En los portales de las casas céntricas de Déleg (Cañar), un grupo de mujeres espera atención médica, mientras otras se encargan de una tienda de artesanías.
Al otro lado de la calle, una mujer sale de una agencia de envíos; cerca de ella van unas madres que llevan a sus hijos a una pasada navideña; una cuadra más arriba, un numeroso grupo de vendedoras se ubica en un improvisado mercadito.
Salta a la vista que en Déleg hay pocos hombres.
La primera impresión de este rincón del Austro ecuatoriano, ubicado a 21 kilómetros de Cuenca, coincide con lo que dicen los registros oficiales: seis de cada 10 habitantes de Déleg son mujeres, según los censos poblacionales realizados entre 1974 y 2010.
Según las proyecciones poblacionales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en 2022, un 56% de la población de este cantón es femenina. Aunque en las calles, la cifra parece más alta.
Eso tiene una explicación: Déleg es uno de los cantones con mayor migración del país y la mayoría de quienes se van son hombres. Lo han hecho desde hace más de seis décadas.
En 2001, un año de alta migración tras la crisis bancaria, el 68% de los habitantes que salieron de Déleg fueron hombres. En el 2010, la cifra bajó a 58%.
Esa realidad migratoria se refleja en cada jornada electoral. En Déleg se registró el ausentismo más alto del país en las elecciones generales de 2021, con un 42,85%. Significa que cuatro de cada 10 votantes no llegaron el día de las elecciones.
Esto pese a que en 2021, el Consejo Nacional Electoral hizo una depuración del padrón. El número de electores en ese cantón se redujo de 8.519 en las seccionales de 2019 a 5.892 en 2021.
El ausentismo más alto se vio en 2007, cuando el 69% de los ciudadanos empadronados no se presentó a votar.
La franja de población de entre 50 y 65 años de edad es donde menos varones hay. Son solo el 35%, según los datos del Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial (PDOT) de Déleg.
Es uno de los efectos la ola migratoria que hace 50 años empezó a vaciar los pueblos de Cañar.
La mayoría de los hombres que emigraron décadas atrás se ha establecido en Estados Unidos, su principal país de destino. Los que lograron regularización su situación migratoria regresan a su tierra solo en vacaciones.
Las mujeres que se quedan
Viviana Uruchima tiene 25 años. Trabaja en una tienda de artesanías en el centro cantonal de Déleg. "Aquí tenemos un dicho: Cuando los chicos, acaban el colegio, ya es hora de migrar", cuenta.
Sus dos hermanos se fueron y ahora están en Estados Unidos.
Aclara que por chicos se refiere a los hombres. "Ellos crecen con esa idea", cuenta Viviana. Las mujeres normalmente se van después, cuando el objetivo es la reunificación familiar.
Ella no quiere irse. "Si me voy, se queda botada la casa de mi mamá y se va a destruir". Uruchima explica que muchas mujeres prefieren quedarse "por las cosas de la casa".
Esa es la misma razón por la que Hortensia Morocho no deja su tierra, Chaguarpamba, una comunidad de Déleg.
"Yo tengo que ver mi ganado”, repite. Sus hermanos emigraron hace más de cuatro décadas y uno de ellos, Rafael, está de visita en Ecuador por Navidad.
Hace 45 años, Rafael se fue a Estados Unidos. Dejó a su esposa y a su hija recién nacida, y cuando se estabilizó se las llevó. "Los hombres se van de Déleg, porque aquí no hay dónde trabajar", asegura.
"Ahora, veo que en Chaguarpamba ya quedan pocas personas. Los vecinos también se han ido, hay poca gente alrededor", comenta Rafael Morocho.
Déleg tiene unos 6.000 habitantes. El principal ingreso del cantón son las remesas y hay pocas actividades económicas a la vista: pequeños comercios, construcción, agencias de envíos, algunos bancos y cooperativas, una que otra actividad turística.
En el campo no se ve mayor producción agrícola, solo casas dispersas y quintas vacacionales.
Las mujeres están a cargo de esas construcciones, cuenta el arquitecto Daniel Barrera. Una vez que los esposos se estabilizan en Estados Unidos, empiezan a enviar dinero para construir una casa.
Las mujeres lideran la comunidad
Aunque la mayoría de la población de este cantón es femenina, las mujeres se dedican a las labores del hogar, al cuidado del ganado, a los cultivos y otras actividades que generan pocos ingresos.
Son pocas las que llegan a cargos de decisión política.
Las mujeres se desenvuelven en el ámbito comunitario, explica Teresa Cajas, directora de la Unidad Educativa San Sebastián, de Solano, la única parroquia rural de Déleg, que tiene unos 1.500 habitantes.
"Las reuniones de la escuela no son de padres, son de madres de familia", agrega. Cuando la institución organiza campeonatos deportivos, ellas están a la cabeza. Los equipos de indor fútbol son femeninos.
En Déleg funcionan alrededor de 30 organizaciones sociales, como juntas de agua, clubes deportivos, comités de mejoras y otros similares. El 61% de sus integrantes son mujeres, según datos del PDOT.
Pese a que son más, la participación de la mujer en la política aún es escasa. Las listas para las elecciones seccionales están lideradas por hombres, tanto para concejales como para juntas parroquiales.
Para la Alcaldía de Déleg hay cuatro candidatos: dos hombres y dos mujeres.
La única autoridad mujer es la presidenta de la Junta Parroquial, Verónica Chuya. Ella ganó en el 2019 con el voto mayoritario de las mujeres.
Migración interna
En la parroquia Solano, un lugar silencioso, de calles limpias y pocas casas, ocurre algo particular: la migración también ha sido hacia las provincias de la Costa.
"La gente vio allá una forma más fácil de trabajar y de conseguir recursos", cuenta la rectora de la Unidad Educativa.
Esa migración explica el dialecto de los habitantes de esta parroquia: más parecido al de Guayaquil que al de Cuenca.
La gente regresa en fiestas, feriados y vacaciones, que son las pocas veces que este pueblo tiene movimiento.
Compartir: