La política opaca la necesidad de instalar radares en las ciudades
En ciudades como Cuenca, Durán, Azogues, Guayaquil y Quito, el uso de radares ha sido cuestionado por la forma en cómo se han entregado los contratos o por los criterios técnicos usados para su instalación.
Un radar instalado en la vía Cuenca-Azogues, el 10 de febrero de 2023.
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El uso de radares en las vías de Cuenca se ha convertido en un tema de disputa entre la administración actual y el alcalde electo, Cristian Zamora. Además, fue uno de los temas centrales de la última campaña electoral.
Hasta el 24 de febrero de 2023, el consorcio privado Movil Tecnology debe colocar 42 dispositivos en Cuenca, por un contrato firmado con la administración municipal saliente.
Eso, a pesar de que el alcalde electo anunció que, apenas asuma el cargo, en mayo de 2023, dará por terminado ese contrato, vigente desde enero de 2022. Zamora sostiene que el proceso fue adjudicado con irregularidades.
Pero dejando de lado esas presuntas irregularidades, hay una realidad. Los radares cumplen un rol importante en la prevención de accidentes en las vías más conflictivas de la ciudad.
Edison Moscoso, exdirector provincial de la Comisión de Tránsito del Ecuador y experto en seguridad vial, sostiene que estos dispositivos son necesarios para disminuir la siniestralidad.
En Ecuador, la principal causa de muerte de personas de entre los cinco y 40 años son los accidentes de tránsito, según las estadísticas de defunción del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), de 2017 a 2020.
Conducir a exceso de velocidad está entre las tres primeras causas de mortalidad en accidentes de tránsito, según los datos de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT).
"La discusión debe ser técnica"
Por ello, la discusión sobre los radares debe ser técnica, sostiene Moscoso. "El problema con los dispositivos de las diferentes vías del Ecuador es que, habitualmente, no están instalados en lugares adecuados o bajo criterios técnicos incorrectos", añade.
Como ejemplo, cita a la vía rápida Cuenca-Azogues. En esta vía, las muertes por accidentes de tránsito disminuyeron desde 2018 en algunos puntos de alta siniestralidad, cuando la Comisión de Tránsito del Ecuador colocó radares de velocidad.
En 2021, en el tramo que corresponde a Cuenca de esta vía, ocurrió solo un accidente por exceso de velocidad. En 2022 la vía no tuvo control de radares, el número de accidentes fue de 12, además hubo cuatro fallecidos.
Moscoso recuerda en los operativos de control de la Comisión de Tránsito en Azuay se detectó vehículos que circulaban a 140 kilómetros por hora, cuando el límite es de 90 kilómetros por hora.
Contrato cuestionado
La vía Cuenca-Azogues es uno de los tramos donde el consorcio privado Movil Technology debe colocar los nuevos radares antes del 24 de febrero, como lo establece el contrato.
La Empresa Municipal de Movilidad (EMOV) de Cuenca también defiende que el control de velocidad a través de radares sí disminuye las infracciones. Un ejemplo de ello es lo que ocurre en la avenida Ordóñez Lasso.
En 2018, la EMOV colocó dos radares en esta avenida tras un atropello en el que murió un ciudadano. En los años siguientes, no han reportado accidentes por esa causa en esa vías.
Los conductores se han acostumbrado a disminuir la velocidad cuando se acercan al radar, aunque algunos aceleran al pasar el dispositivo.
Según la empresa municipal, la presencia de un dispositivo de control de velocidad provoca que, con el paso del tiempo, haya menos infracciones.
En un monitoreo que la EMOV hizo en 2022, por ocho horas en esta avenida circularon unos 7.000 vehículos y solo 16 excedieron el límite de velocidad. Tras las impugnaciones, solo cuatro pagaron multa.
Contratos cuestionados en varias ciudades
Cuenca no es la única ciudad donde los radares han provocado conflicto. En otras, como Durán y Azogues, también hay cuestionamientos a los contratos entregados a los consorcios privados que instalan las cámaras de foto multas y se quedan con un porcentaje de la multas.
En diciembre de 2022, la Agencia de Tránsito de Durán instaló nuevos dispositivos en la avenida Nicolás Lapentti. Además, bajó el límite de velocidad de 70 a 50 kilómetros por hora, lo que provocó el rechazo de los conductores.
Pero, apenas ocho días después, el alcalde del cantón, Dalton Narváez, aprobó que se eliminen las multas generadas esos días.
El alcalde electo de Azogues, Javier Serrano, también ofreció que una de sus primeras acciones cuando asuma el cargo será revisar el contrato con un consorcio privado para el manejo de los radares.
En Guayaquil, el alcalde electo Aquiles Álvarez anunció, en campaña, que regulará el uso de los dispositivos. “Hay más radares que árboles en Guayaquil”, dijo en diciembre pasado.
El tema llegó a la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional, que revisó el contrato de los radares en Cuenca y pidió a la Fiscalía investigar supuestas irregularidades.
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