Cuenca busca masificar el uso de autos, bicicletas y scooters eléctricos
Luego de tres años de planificación, Cuenca arranca este 9 de enero un proyecto masivo de electromovilidad, que incluye sustituir los buses y taxis que funcionan con gasolina.
Un vehículo eléctrico en una estación de carga del Municipio de Cuenca.
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Cuenca puso en marcha la última etapa de su plan de electromovilidad. El objetivo es llegar a 2030 con menos vehículos contaminantes circulando en las calles y disminuir los gases de efecto invernadero, que provoca el actual parque automotor.
El proyecto inició en 2020, cuando TUMI, una iniciativa de implementación global líder en movilidad sostenible, eligió a dos ciudades en el mundo para desarrollar pilotos de movilidad eléctrica: Cuenca y Lviv (Ucrania).
Un tranvía 100% eléctrico, un sistema de bicicleta pública, la expansión de la red de ciclovías, un sistema de pago y recaudo eficiente en el transporte son algunas de las condiciones que convirtieron a Cuenca en la candidata ideal para iniciar la transición.
El plan se realiza con la coordinación de la Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ), que financia la iniciativa, y la asesoría de Cities Forum. En este proceso se involucraron entidades gubernamentales, municipales, la empresa eléctrica, universidades, gremios de transporte urbano, taxistas y la empresa privada.
¿En qué consiste el plan?
Tras casi tres años de trabajo, el Plan de Electromovilidad, que se denomina e-Cuenca está listo. La última fase, que consiste en la implementación de proyectos pilotos y la creación de políticas públicas, inicia este lunes 9 de enero de 2023.
Con estos planes pilotos, se espera familiarizar a los cuencanos con la movilidad eléctrica y enseñarles los beneficios que tiene, explica Adrián Ortega, asesor técnico de GIZ.
El primer piloto consiste en dotar de bicicletas eléctricas a diferentes instituciones de la ciudad para que las usen quienes están acostumbrados al vehículo privado. El plan empezará en la Universidad del Azuay, que también se encargará de medir los resultados.
Mateo Coello es académico e investigador de la Universidad en Azuay. También se ha especializado en planificación y gestión energética y detalla que el proyecto busca incluir las bicicletas eléctricas en el sistema de bicicleta pública de la ciudad.
Los investigadores encontraron que una barrera para desplazarse en ese medio de transporte son las subidas empinadas, algo que se puede solucionar con un motor eléctrico.
El reto de sustituir buses y taxis
Otra arista del plan será la sustitución de la flota del transporte urbano y de taxis. La medida está acorde a una disposición de la Ley de Eficiencia Energética, que establece que desde 2025, los buses que adquieran los transportistas deben ser eléctricos.
Esta parte es más compleja, por la alta inversión inicial y por los estigmas sobre la movilidad eléctrica, explica Ortega de GIZ. Por ello, el Plan de Electromovilidad contempla la inclusión del sistema financiero y generar créditos especiales para la adquisición de estos vehículos.
Los transportistas también recibieron capacitación y conocieron las experiencias de Bogotá (Colombia) y Santiago (Chile), donde las flotas ya son eléctricas.
Como parte del plan, hay instituciones que ya empezaron a reemplazar su flota por vehículos eléctricos, como la Universidad de Cuenca y la Universidad del Azuay, que además desarrollan prototipos, baterías y estaciones de carga.
La Empresa Municipal de Movilidad (EMOV) adquirió 15 camionetas eléctricas en diciembre de 2022, para patrullaje, y el Municipio tiene en sus planes la compra de una flota de buses eléctricos para conectarlos con el tranvía.
Convertir el plan en política pública
La otra parte del Plan de Electromovilidad contempla las políticas públicas que debe poner en marcha Cuenca. Se requieren normativas para la regulación de los nuevos sistemas de transporte que ya circulan en la ciudad, como los 'scooters' eléctricos.
El plan sugiere políticas para dar beneficios a quienes opten por la electromovilidad, como parqueaderos exclusivos. Y también normas para desincentivar el uso de los vehículos de combustibles fósiles.
Otra de las acciones será crear las condiciones adecuadas para esta nueva movilidad, como garantizar la dotación de energía eléctrica y de la infraestructura para el sistema de carga. Eso es algo en lo que ya se trabaja desde 2022.
En Cuenca hay estaciones de carga rápida y lenta, instaladas por la Empresa Eléctrica, la EMOV y la Universidad de Cuenca. Además, hay una ruta de electrolineras en la vía que conecta con Guayaquil.
Un plan para combatir el cambio climático
La iniciativa tiene una meta con proyección a 2030: reducir las emisiones gases de efecto invernadero en Cuenca gracias a la transición al vehículo eléctrico. El porcentaje de reducción aún se evalúa, pero está entre un 3% y 10%.
En Cuenca circulan aproximadamente 150.000 vehículos. El parque automotor, incluyendo el transporte público y comercial, es responsable del 60% de las emisiones contaminantes de la ciudad.
La aspiración en 2030 es contar con una amplia oferta de transporte eléctrico, como autos, bicicletas, scooters, motos y servicios de movilidad compartida, que sustituyan al parque automotor tradicional.
Pero no solo se trata de sustituir un vehículo de gasolina por uno eléctrico, explica el asesor técnico en de GIZ. "Nuestra visión es que esto sea un vector para alcanzar la movilidad sostenible".
Por ello, el proyecto busca cambiar el actual modelo de movilidad en Cuenca: centrado en el vehículo privado, donde el peatón está al final de la pirámide.
El investigador de la Universidad del Azuay, Mateo Coello, explica que las condiciones geográficas, climáticas y de distancia favorecen ese propósito. La mayoría de los traslados en Cuenca son cortos y se pueden hacer en transporte público o en otros modos menos contaminantes.
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