Cuenca gana un fondo para crear calles amigables para la niñez
Cuenca es una de las 10 ciudades del mundo elegidas para volver sus calles más amigables para los niños. El trabajo ya empezó con actividades como el impulso de la bicicleta y la creación de entornos escolares seguros.
Niños menores de cinco años cruzan una calle de Cuenca en la parroquia Monay.
Cortesía.
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Un grupo de escolares de cuatro a cinco años intenta cruzar la calle para llegar a un parque en el barrio Monay, en el este de Cuenca. No hay paso cebra, solo una señal de Pare y los conductores de los vehículos no pueden ver a los niños desde su altura.
En el centro de la ciudad, cuando es mediodía, las calles aledañas a las escuelas se saturan de conductores que llegan a recoger a sus hijos. Los niños que deben cruzar la calle para tomar el bus deben esperar varios minutos para poder hacerlo de forma segura.
Estas escenas son un reflejo de lo “poco amigables” que pueden ser las calles de Cuenca con los niños, explica Viviana Cordero, urbanista especializada en la planificación de ciudades con enfoque en la infancia.
Cordero es parte del equipo de Cuenca que ganó la convocatoria internacional “Street for Kids”, de la Iniciativa Global de Diseño de Ciudades (GIN). La capital azuaya fue elegida junto a otras nueve ciudades del mundo para volver a sus calles más amigables para los niños.
En la primera etapa de esta iniciativa fueron seleccionadas 20 ciudades, que participaron en un Acelerador de Liderazgo de Calles. Por Ecuador también estuvo Quito, pero solo el proyecto de Cuenca fue seleccionado en la etapa final, que incluye financiamiento para el proyecto.
Una de las razones de la selección es que en Cuenca ya se implementan algunas actividades que buscan que las calles y el espacio público sean más seguros, agradables y accesibles para los niños.
Entornos escolares seguros
Uno de los mayores problemas para los niños está alrededor de las escuelas. Hay alto tráfico, que genera contaminación y riesgo de accidentes. Eso provoca que en las primeras horas del día, la mayor parte de los agentes de tránsito estén destinados a cuidar las zonas escolares.
También hay una alta sensación de inseguridad. En un diagnóstico realizado por los investigadores, encontraron que los niños no usan los parques que están cerca a sus escuelas por temor a cruzar la calle.
El proyecto ganador de la convocatoria de GIN busca cambiar esa realidad, por eso se enfoca en transformar los entornos escolares. Está a cargo del colectivo Huasipichanga y del Municipio de Cuenca.
La capital azuaya recibirá un fondo de USD 20.000 para una intervención en los alrededores de una escuela, en la que ya se trabaja desde el año anterior.
El plan busca:
- Crear calles seguras que permitan la conexión entre la escuela y el parque, para incentivar en los niños el uso del espacio público.
- Prevenir el incremento de tráfico en la zona. Se mejorarán los espacios para el peatón y se trabajará con los niños para impulsar el uso de medios alternativos de movilidad.
- Desarrollar un programa municipal de entornos escolares seguros en toda la ciudad.
El objetivo final es que esa iniciativa es que los niños no tengan temor a usar el espacio público, que caminen más, que usen las calles y los parques, detalla Viviana Cordero, integrante del colectivo Huasipichanga.
Pero para lograr eso, se necesitan cambios en el diseño urbano, explica la académica. Por eso, desde 2022, el colectivo ha implementado 850 metros de rutas seguras escolares.
"Además de adecuar los espacios para que sean más amigables, el plan es educar a los niños en movilidad para que crezcan con una visión diferente", explica Cordero.
Promoción de la bicicleta
A la par, el Municipio de Cuenca empezó a implementar proyectos de movilidad enfocados en niños. Es el caso de BiciEscuela, que busca fomentar el hábito de medios alternativos en los niños de parroquias urbanas y rurales.
La Dirección de Movilidad de Cuenca tiene la meta de que los padres y sus hijos usen la red de ciclovías para llegar a las instituciones educativas y así disminuir el tráfico.
También hicieron talleres con niños, quienes dieron su propio diagnóstico de las calles de Cuenca: hay poco respeto al paso cebra, faltan pasos peatonales en las calles y rampas para personas con discapacidad.
Los niños también pidieron letreros más grandes en los buses, veredas más anchas y más señales de tránsito alrededor de las escuelas.
"El diseño de las ciudades debe realizarse con enfoque en la seguridad de los más vulnerables, ellos los niños y niñas, haciendo de esta manera ciudades habitables para todos", expresó Ana Elisa Torres, coordinadora de Gestión Estratégica de Movilidad del Municipio.
Desde el año pasado, el Municipio de Cuenca ya incluye en la planificación urbana a las necesidades de la niñez. El personal de las áreas de movilidad ha recibido capacitaciones y empezó proyectos de movilidad segura enfocada en esa población.
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